La inteligencia artificial (IA), sus desafíos y su importancia geopolítica fueron el foco de atención de la cuarta jornada del Foro de Davos, donde el cofundador de OpenAI, Sam Altman, reconoció que no hay certeza de lo que va a pasar con esa tecnología.
En una edición del Foro Económico Mundial marcada por la explosión de la inteligencia artificial, el protagonista de la jornada fue Sam Altman, cofundador de OpenAI, la empresa creadora del ChatGPT, quien participó en una mesa sobre el papel de la tecnología en medio de las turbulencias que afectan al mundo.
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Altman aseguró que comprende la ansiedad que ha producido en la sociedad la rápida expansión de esta tecnología, “muy poderosa”, pero reconoció que “no podemos decir con certeza exactamente qué va a pasar, puede salir muy mal. Este es el caso con todas las nuevas grandes revoluciones tecnológicas”.
“Creo que no tener precaución, no sentir la gravedad de lo que está en juego, sería muy malo. Por eso me gusta que la gente esté nerviosa. Nosotros también lo estamos, pero creemos que podemos superarlo”, comentó.
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En el debate, en el que participaron ejecutivos de distintos sectores, uno de los principales asuntos fue el problema de desconfianza que genera la IA, en particular por su impacto en prácticamente todas las áreas de la vida, y la ausencia de principios que guíen su utilización.
Sin embargo, Altman defendió que su empresa, que ha tenido un rol fundamental en el acceso de la gente ordinaria a usos básicos de la inteligencia artificial, hace progresos con cada versión de GPT que lanza, y que los GPT3 y GPT4 han mostrado enormes avances que muestran “lo bien que (esta tecnología) puede alinearse con un conjunto de valores”.
Si bien para él la tecnología que ello requiere no es la parte difícil, reconoció que la gran pregunta que todavía no tiene respuesta es quién decide cuáles son esos valores, cuáles son los valores por defecto, cuáles son los límites” y como eso va a diferir de un país a otro.
Altman también abrió la puerta a pagar a los medios de comunicación por los contenidos que utilice ChatGPT para mostrar a los usuarios, tras una polémica lanzada por una denuncia del periódico The New York Times por utilizar su información sin pagarle.
Por su parte, el gigante tecnológico Meta (empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp) auguró un futuro en el que los sistemas de IA serán “más inteligentes que los humanos en todos los ámbitos”, aunque descartó que lleguen a dominar a la humanidad, ya que “serán muy inteligentes pero obedientes”.
El vicepresidente y responsable de IA de Meta, Yann LeCun, aseguró que “con el tiempo o en las próximas décadas” se verán modelos de IA más inteligentes que las personas.
“Los humanos tienen un tipo de inteligencia muy especializada, somos buenos en ciertas cosas y terribles en otras. No hay duda de que las máquinas serán más inteligentes que los humanos”, destacó en la charla.
Ante los avances asombrosos de la IA generativa que han provocado estupor en el mundo, la élite presente de Davos se enfocó ayer en buscar la manera de aprovechar sus perspectivas y minimizar sus riesgos.
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La importancia geopolítica de la IA, que supera la de casi todas las tecnologías anteriores, hizo que los líderes mundiales, desde China hasta Francia, prácticamente no hablaran de otra cosa incluso en las recepciones posteriores a las conferencias del penúltimo día del foro.
Con información de AFP y EFE