El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Luis Méndez Jaled, confía en que a las empresas del sector les vaya mejor en el sexenio de Claudia Sheinbaum, luego de “terminar tablas” la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
En entrevista con El Sol de México recordó que al término del actual sexenio, la industria espera un crecimiento de uno por ciento o menos, cuando con gobiernos anteriores creció en el orden de dos o hasta tres por ciento.
El plan de infraestructura de Sheinbaum, que incluye vivienda, proyectos ferroviarios y la continuación de los Polos de Desarrollo del Bienestar, así como la demanda de obras por la relocalización de plantas en el país, fenómeno conocido como nearshoring, junto con una mayor colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada, serán los detonantes para el sector.
“Creemos que por ahí va, por esas dos cosas, por un lado el plan de infraestructura que hemos visto, y por el fenómeno de la relocalización que necesita de mucha infraestructura”, dijo.
El plan de infraestructura de Sheinbaum abarca proyectos clave de carreteras, puertos, aeropuertos, trenes de carga y pasajeros, así como la construcción de 500 mil viviendas. Pero para alcanzar los beneficios de la infraestructura en generación de empleo y desarrollo económico, el presidente de la CMIC advierte que debe haber mayor inversión, esto luego de que el presupuesto público para este campo se redujo 25 por ciento este año para quedar en sólo 600 mil millones de pesos.
“Hoy en día las necesidades de infraestructura en nuestro país ascienden a prácticamente tres o cuatro veces más de lo que se viene invirtiendo. Acabamos de entregar un proyecto de más de 650 necesidades de infraestructura que hay en los 32 estados (…) Se necesitan tres veces más recursos principalmente por el rezago que se tiene y por el nearshoring”, subrayó Méndez Jaled.
El directivo apuntó que en temas hídricos, donde se destinaron entre 30 mil o 40 mil millones de pesos al año, se necesita invertir el doble en los siguientes cinco o 10 años; en el mantenimiento de carreteras, añadió, este año se destinaron sólo cuatro mil millones cuando históricamente se daban entre 10 mil y 15 mil millones por año.
Para enfrentar estos retos, el representante de los constructores en el país aseguró que se requiere del trabajo conjunto entre sector público y privado.
“La recuperación es posible siempre y cuando podamos llegar a hacer ejercicios de coinversiones o inversiones mixtas, es decir, donde la iniciativa privada y la inversión pública trabajan en equipo”, anotó.
Méndez Jaled señaló que hay una correlación entre inversión en infraestructura con productividad y calidad de vida, por lo que, añadió, los países desarrollados invierten entre cinco y siete por ciento de su PIB en este sector mientras que, en México, en los últimos años se ha destinado alrededor de 2.5 por ciento.
El presidente de CMIC destacó que durante el sexenio que termina se hicieron aportes relevantes en grandes proyectos, pero consideró que faltó que se pusiera atención a segmentos relevantes para el desarrollo del país.
“En términos generales no podría yo decirte que fue un sexenio malo. Hubo temas que nos tuvieron muy incómodos, como el del Ejército construyendo, y obras que fueron polémicas, pero al final del día pusieron al sur en el mapa, como el Tren Maya cuya construcción ronda los 500 mil millones de pesos, pero también creo que hubo puntos obscuros en temas como la educación, salud y agua, donde faltó mucha inversión en infraestructura”, comentó.
Los riesgos
El presidente de la CMIC vislumbra una mayor colaboración entre el gobierno de Sheinbaum y la iniciativa privada, sin embargo, apuntó que hay un riesgo en que las calificadoras reduzcan la nota para el país debido a las reformas Impulsadas por el presidente López Obrador, lo que frenaría la inversión.
“Si logramos mantener la calificación hoy que nos dan las firmas que se dedican a esto sí podrá haber inversiones, si podrá ver esquemas muy interesantes para poder invertir con tasas de retorno (…) Si hay estabilidad económica se pueden lograr grandes cosas, de lo contrario sería muy complicado”.
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Entre los riesgos para la nota del país señaló a las reformas que se están discutiendo, y aprobando en el Congreso, como la del Poder Judicial y la que desaparecerá a organismos autónomos.
“Definitivamente es un riesgo latente. Estamos esperando en algunas de las reformas las leyes secundarias”.