En febrero, el costo financiero de la deuda neta del gobierno federal alcanzó un monto de 74 mil 991 millones de pesos, la cifra más alta para un mismo periodo desde que se tiene registro en 1990, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El costo financiero se compone del pago de intereses, comisiones y otros servicios derivados de la adquisición de deuda pública por parte de México con instituciones financieras u organismos internacionales.
La cantidad reportada por la dependencia durante el segundo mes del año también representó un aumento anual de 15.9 por ciento. Según especialistas, las altas tasas de interés, tanto a nivel local como internacional, impactaron en dicha variable.
En México, desde marzo del año pasado la tasa de interés fue de 11.25 por ciento, como una medida para combatir el alza de precios en bienes y servicios. La semana pasada, el banco central bajó el referencial a un nivel de 11 por ciento.
“Desde 2023, diversos bancos centrales del mundo endurecieron su política monetaria y México no fue la excepción. Al país le salió más caro endeudarse y se prevé que esta tendencia siga al alza en los próximos meses”, advirtió Salvador Soto, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El experto recordó que el país tiene la posibilidad de financiarse a través de la emisión de deuda o préstamos con organismos internacionales, pero el costo del crédito depende de las condiciones del mercado e incluso, de la calificación crediticia del país.
De acuerdo con la SHCP, si se consideran los recursos erogados para el pago de la deuda en el primer bimestre del año, la cifra asciende a más de 145 mil 851 millones de pesos, 7.1 por ciento menos que lo gastado en el mismo periodo de 2023.
A inicios de marzo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer que México es uno de los tres países que destina el mayor porcentaje de su gasto público, como proporción del PIB, al pago de intereses de la deuda.
En promedio, se estima que las 38 naciones que integran a la OCDE destinan en promedio 2.1 por ciento de todo su gasto para el pago de deuda, pero en México este monto es de cinco por ciento, seguido de Brasil y Jamaica, que necesitan 5.2 y 5.5 por ciento de su PIB, respectivamente, para cubrir sus necesidades de financiamiento.
“Los déficits recurrentes a lo largo del tiempo pueden significar la acumulación de deuda pública y enviar señales preocupantes a consumidores e inversores sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas, lo que puede desalentar las decisiones de consumo o inversión”, abundó la OCDE en su informe “Panorama de las Administraciones Públicas: América Latina y el Caribe 2024”.
Los datos de la SHCP, que encabeza Rogelio Ramírez de la O, exponen que tan sólo el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador cerrará con el endeudamiento más alto del siglo XXI, con un saldo de más de 17.04 billones de pesos, el equivalente al 50.2 por ciento del PIB.