La Comisión Reguladora de Energía (CRE) volvió a favorecer a Petróleos Mexicanos y le permitió cumplir hasta 2024, con la NOM-016-CRE que le exigía producir, distribuir y vender diésel limpio.
Con la resolución, la empresa puede seguir comercializando diésel de ultra bajo azufre (DUBA) solamente en las zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey, así como en la frontera norte hasta diciembre de 2024, mientras que en el resto del país puede distribuir diesel sucio, de hasta 500 partes por millón de azufre.
En su sesión ordinaria de este miércoles 18 de diciembre, por unanimidad y en cuestión de minutos, la CRE que preside Vicente Melchi resolvió prorrogar por cinco años el plazo que tiene Pemex para cumplir con la normativa que beneficiaría la calidad del aire.
Sin embargo, los comisionados pidieron a Pemex que en un plazo de 90 días hábiles presente un programa de trabajo donde exponga los tiempos en los que contará con la infraestructura para producir dicho petrolífero en el resto del país.
Ramsés Pech, consultor ene nergía considera que la resolución de la CRE, le da tiempo a Pemex para terminar de configurar las refinerías para que puedan producir diésel de bajo azufre y “abre una oportunidad a privados a importar diésel de menos de 15 ppm para poder vender a aquellos que realizaron inversiones en la conversión en el transporte de carga”.
El analista detalló que la demanda total de diésel es de 400 mil barriles diarios y cerca del 65 por ciento es la demanda diésel menor a 15 ppm. Agregó que México importa entre 200 y 300 mil barriles diarios.
Hace un año, la Secretaría de Energía (Sener) instruyó a la CRE a aplazar un año la entrada en vigor de la obligación con el fin de evitarle un daño financiero y patrimonial a Pemex.
La Sener que encabeza Rocío Nahle, en ese entonces, hacía hincapié en la falta de capacidad de transporte por ducto, de almacenamiento y de capacidad de servicios portuarios, que permitan realizar la operación simultánea de importación del Diesel de Ultra Bajo Azufre (DUBA) y el desalojo de diésel de 500 partes por millón (ppm) hacia los puertos para su exportación.