Las pérdidas por el robo al autotransporte de carga alcanzaron el año pasado un monto equivalente a medio punto del PIB, aunado a que conducir un camión es ya una actividad de alto riesgo que muchos ya no quieren realizar. La industria tiene un déficit de 50 mil choferes.
“Tenemos que aprender a reducir la inseguridad, no a administrarla. Tenemos que erradicarla, no disminuirla”, reclamó en entrevista Enrique González Muñoz, el presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) luego de una conferencia de representantes de esa industria.
El año pasado se reportaron 16 mil 471 delitos (del fuero común y federal) contra el sector con un impacto económico equivalente a medio punto porcentual del PIB. “Es un degenere de costos en cadena, un efecto dominó, eso me preocupa. La industria del transporte es lineal y transversal en toda la economía, en comercio, en producción en industria y eso es lo que afecta”.
Recordó que en 2017 el daño económico por la inseguridad en el sector del autotransporte de carga fue de 92 mil 500 millones de pesos y ha subido de manera gradual hasta el año anterior, pero lo que no se puede contabilizar son las pérdidas humanas, de conductores. “Ya no podemos seguir tolerando, porque es gente buena que sale a ganarse el pan”.
“Tenemos un déficit de 50 mil conductores. Se está desalentado a que sean conductores de camión”, advirtió González Muñoz.
Las cifras oficiales muestran que además de un incremento en los delitos contra el sector hay un incremento en el uso de la violencia.
Un reporte compartido a este diario por la Canacar - que retoma datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad y la Fiscalía General de la República- indica que de enero a noviembre del año pasado, en 86 de cada 100 delitos del fuero común cometidos contra el sector hubo violencia. En el mismo lapso pero de 2017 estuvo presente en 79 casos.
De acuerdo con esta información, si bien los delitos del fueron común disminuyeron de enero a noviembre de 2019 respecto a igual lapso de un año antes, en el caso de los ilícitos del fueron federal la incidencia se incrementó 75 por ciento.
La mayor incidencia se reporta en tres entidades: Estado de México, Puebla y Guanajuato.
Ayer mismo, la Asociación Mexicana de la Industria de Seguros (AMIS) dio a conocer que entre 2014 y 2019 el robo de vehículos pesados aumentó 81 por ciento.
Según estas cifras, sólo el año pasado se robaron 10 mil 750 unidades de carga, casi la mitad eran tractocamiones, un tercio eran semirremolques y 19 por ciento, camiones.
Las carreteras de Puebla y Veracruz son las más peligrosas del país para el transporte de carga, según las empresas aseguradoras.
El reporte de las aseguradoras menciona que en 2019 el robo de vehículos pesados que contaban con una póliza disminuyó siete por ciento, mientras que el robo de autos en general se redujo 11 por ciento en comparación con 2018, aunque en los últimos seis años creció 36 por ciento.
A pesar de esta disminución, el monto que pagaron las aseguradoras el año pasado fue de 20 mil millones de pesos, unos mil millones más que en 2018.
ASALTOS EN MARCHA
El reporte Robo y Recuperación de Vehículos Asegurados de la AMIS, indica que en más de la mitad (seis de cada 10) de los asaltos hubo violencia, y cuatro de cada 10 ilícitos se cometieron cuando la unidad se encontraba estacionada.
Por ciudad o localidad, destaca Ecatepec con más robos con violencia (84 por ciento) y Culiacán (80 por ciento).
En total, el año pasado se robaron 84 mil 133 vehículos asegurados, un promedio de 230 unidades a diario. “El pico de robo de autos fue en 2018 (94 mil 544 unidades robadas), por lo que aún tenemos que analizar los siguientes meses para sacar una conclusión de que la tendencia ya va hacia abajo”, explicó Recaredo Arias, director general de la AMIS en una conferencia de prensa.
Los cinco autos más robados el año pasado, según la AMIS, fueron la camioneta NP300 de la Nissan; el Tsuru, también de Nissan; el Versa de WV; el Aveo; y el camión Kenworth.
Las camionetas SUV son las líderes en robos con violencia, es el caso de la Sportage de KIA y el CX5 de Mazda.