El crimen organizado se apoderó del mercado negro de gas LP en la Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Jalisco, Zacatecas, Durango, Querétaro y Tamaulipas y ya no solo roba a Petróleos Mexicanos (Pemex), también extorsiona a las empresas y las obliga a vender combustible ilegal, por eso muchas han cerrado sus instalaciones, asegura en entrevista, Luis Landeros, presidente de la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADG).
Indica el caso de Guerrero como uno de los más graves porque obligan a los empresarios a participar en esquemas ilegales de negocios con amenazas, lo que afecta los servicios.
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Tres plantas en Zihuatanejo están cerradas y dejan sin empleo a más de 500 personas, además de que se impiden más de cuatro mil 500 servicios diarios
“En Guerrero, particularmente en Zihuatanejo, es donde debido a la presión que ejercen grupos criminales a través del cobro de derecho de piso a las empresas, las obligan a que vendan gas de origen ilícito, que les renten sus instalaciones y a establecer días de operación y el precio al que debe ser vendido”, señaló.
La totalidad del mercado negro de gas LP, llamado huachigas, representa una pérdida mensual de mil 200 millones de pesos para Pemex y con las nuevas reglas dispuestas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) esta pérdida ya no será para la petrolera, se la van a cobrar a los consumidores.
El problema es la cantidad de tomas clandestinas que hay en el ducto que va del centro procesador de Cactus, en Tabasco, a Guadalajara, ya que crecieron de 2018 a 2022 en mil 148 por ciento, al pasar de 215 perforaciones a dos mil 684.
Landeros comentó que las plantas de distribución del combustible que operan en las zonas mencionadas se han visto en la necesidad de cerrar sus operaciones con graves implicaciones en el abasto.
“Al menos el 80 por ciento del gas LP robado termina en la zona metropolitana de la Ciudad de México, es gas que se vende por debajo del precio, sin control alguno y sin regulaciones de seguridad, el resto se vende en los estados del Triángulo Rojo (Veracruz, Puebla y Tlaxcala) o se mueve hacia Guerrero, en donde el abasto necesariamente se hace por tierra y es donde el crimen organizado se aprovecha”, indicó.
Se han presentado denuncias, sin que, hasta el momento, se tenga algún resultado que permita detener a estos grupos o minimizarlosLuis Landeros, presidente de la ADG
El presidente de la ADG señaló que han hablado con diversas autoridades sobre el crecimiento del mercado de gas LP de origen ilícito, ya que este creció de manera exponencial en los últimos años, acompañado por diversos grupos criminales en diferentes zonas del país, y ahora ya están presentes en toda la cadena de distribución de la industria, en especial en la última milla.
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“Hay amenazas, extorsiones y cobro de derecho de piso, restringen la entrada y venta a muchas zonas donde se consume este combustible y, por ende, en donde más se afecta a la población. Se tienen zonas de alta incidencia del crimen organizado en la actividad, como es el caso de Guanajuato, Puebla, Veracruz, Tlaxcala y Estado de México”, dijo el presidente de la ADG.
Los gaseros presentaron ayer, una carta a la Secretaría de Energía con el fin de que se establezca una mesa de trabajo con el sector para abordar de manera inmediata acciones que permitan implementar una estrategia conjunta para detener este fenómeno que atenta en contra de uno de los servicios básicos de la población y que pone en riesgo inminente a la población consumidora.