El saldo de la deuda bruta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) creció de 133 mil 084.9 millones de pesos (mdp) en 2012 a 226 mil472.9 mdp, con lo que fue equivalente a 1.0% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, según datos de la Auditoria Superior de la Federación (ASF).
En su tercera entrega del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2017, el organismo destaca lo siguiente: “Cabe señalar que en los Estados Financieros Dictaminados de CFE, dicho saldo más otros pasivos ascendió a 457 mil 776.3 mdp al cierre de 2017. La diferencia corresponde al reconocimiento de intereses devengados de deuda documentada, deuda de Proyectos de Inversión de Infraestructura Productiva con Registro Diferido en el Gasto Público (PIDIREGAS) de largo plazo y deuda de Productores Externos de Energía, Inversión Condicionada, conforme a las Normas Internacionales de Información Financiera”.
En otro aspecto, la ASF señala en su documento que en el periodo 2013 a 2017 la CFE depreció sus inmuebles, mobiliario y equipo en 265 mil 064.6 mdp, mientras que sus inversiones en bienes productivos (CAPEX, por sus siglas en inglés) en el periodo fue positivo en 704 mil 600.4 mdp.
“La contratación de nueva deuda en el mismo periodo fue de 156 mil 988.3 mdp, por lo que CFE ha empleado tanto los recursos de la deuda financiera como recursos propios para incrementar o mejorar su planta productiva”, señala el informe.
La ASF señala que para la operación de la reforma (energética) se realizó la separación legal y financiera de la Comisión en nueve empresas productivas subsidiarias (seis de generación, una de transmisión, una de distribución y una de suministro), cinco filiales y una unidad de negocios; “sin embargo, la asignación de activos en las empresas de generación no se realizó con base en criterios de optimización y eficiencia, lo que podría afectar el desempeño financiero de la CFE y, por tanto, el cumplimiento de sus objetivos en materia de rentabilidad y generación de valor económico”.