La decisión de cancelar el aeropuerto de Texcoco es una derrota para el sentido común, así califica Citibanamex la medida anunciada por el próximo gobierno.
En una nota especial, la institución financiera deja ver que aun con un resultado en contra de Texcoco en la consulta, le presidente electo tomaría la decisión de continuar de todas formas con el proyecto.
Pensamos que el sentido común jugaba en contra de la segunda posibilidad (optar por Santa Lucía), pero eventualmente, y a nuestro parecer, las consideraciones políticas prevalecieron.
Los detalles son aún muy vagos, pero nos mantenemos muy escépticos sobre la viabilidad de la propuesta alternativa de AMLO, es decir un sistema aeroportuario que incluye a la base militar, la terminal de Toluca y la actual en la Ciudad de México.
En el frente técnico, el presidente electo ofreció que el proyecto alternativo estará listo para operar en tres años y que tiene información técnica no hecha pública con anterioridad, que garantiza la viabilidad de la opción Santa Lucía.
En espera de conocer dicha información, Citibanamex apunta que el tráfico aéreo alcanzará el límite de 55 millones de pasajeros por año permitido por la infraestructura del aeropuerto actual de la Ciudad de México, mientras que el de Toluca, con menos de un millón de pasajeros por año en la actualidad, ofrecerá un alivio modesto, pues es poco probable que las dos pistas de aterrizaje propuestas para Santa Lucía hayan para entonces obtenido todas las certificaciones requeridas, incluso si efectivamente están listas en el tiempo prometido.
No te pierdas: En consulta rechazan a Texcoco; Santa Lucía va
Lo anterior, aclara, implica una restricción significativa en comparación con el tráfico de 60 millones de pasajeros que esperaba procesarse para 2025 en el aeropuerto de Texcoco.
Citibanamex considera que el costo financiero de cancelar está subestimado. AMLO ratificó que todos los contratos serán honrados, las penalizaciones cubiertas y que existen suficientes recursos en el fideicomiso actual para enfrentar estos desembolsos. Añadió que, a final de cuentas, el proyecto de Santa Lucía permitiría ahorrar 100 mil millones de pesos.
El costo total del NAIM está estimado en 285 mil millones de pesos, de los cuales 197 mil mdp ya se obtuvieron vía los mercados (emisiones de deuda y Fibra E), así como con recursos fiscales.
Por otra parte, los desembolsos a la fecha son de 58 mil millones de pesos más otros 112 mil millones asignados a contratos hoy vigentes.
El primer monto, junto con aproximadamente 40 mil millones correspondientes a los contratos vigentes que ya involucran compras de materiales, representa el costo inmediato de cancelar el proyecto.
Además de lo anterior, dice Citibanamex, debemos considerar las garantías que se activan sobre los bonos emitidos; un pago obligatorio de dichos instrumentos a su valor de emisión se activará si la concesión a la compañía desarrolladora GACM se cancela.
También se genera un evento de impago (default) si la razón de pago de servicio de deuda cae debajo de un múltiplo de 1.15 (hoy en día dicha razón está en 1.42), lo que limita muy severamente el empleo de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) para propósitos distintos a cubrir la deuda actual (hoy en día ello representa 70% del flujo total de TUA).
Un acuerdo negociado con acreedores es el resultado más factible pero nuestros estrategas de deuda piensan que será un largo proceso. Por lo tanto, pensamos que a final de cuentas serán necesarios recursos fiscales adicionales aun para una expansión mucho más modesta del movimiento de tráfico aéreo en la zona metropolitana Del Valle de México.
Aunado a lo anterior, Citibanamex señala que la visión de “AMLO como un proceso” es ahora más negativa. El resultado de este episodio sugiere un proceso más discrecional en la toma de decisiones en el equipo del próximo presidente, advierte.
Cancelar Texcoco, riesgo para el bolsillo
Al costo directo por cancelar las obras del aeropuerto en Texcoco, que equivale a 0.9 por ciento del PIB, habrá que sumar una mayor inflación, es decir un alza en los precios de bienes y servicios que pagan los consumidores mexicanos.
El área de investigación de BBVA Bancomer señala en un análisis que los costos indirectos se reflejan ya principalmente en tasas de interés de largo plazo más altas y un peso más débil. Un dólar más fuerte implica, por ejemplo, que México importe gasolina más cara, lo que impacta en su precio al consumidor final.
En este escenario de mayor inflación, la institución financiera anticipa que el Banco de Mexico (Banxico) reaccionará con una nueva alza en la tasa de interés de referencia en su anuncio de política monetaria del 15 de noviembre.
Es decir, encarecerá el costo de contratar créditos, por ejemplo. "De hecho -advierte-, ahora pensamos que Banxico debería aumentarla no sólo para reducir los riesgos de inflación derivados del fuerte debilitamiento del peso frente al dólar, sino también para indicar que los errores en las políticas conllevan un costo".