El aumento de 15 por ciento al salario mínimo este año (que lo llevó de 123.22 a 141.70 pesos diarios) queda por debajo del incremento a precios de la canasta básica. Al cierre de octubre, alimentos como tomate verde, nopales y cebolla se encarecieron 25.55 por ciento, 25 y 19.33 por ciento, respectivamente, y la electricidad hasta 18.80 por ciento.
En el décimo mes, la inflación general anual llegó a un nivel de 6.24 por ciento como resultado de un aumento en el costo de frutas, verduras y electricidad, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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Según los datos del Inegi, durante octubre se registraron aumentos anuales de 13.44 por ciento en el costo de los energéticos, como el gas LP, gasolinas y electricidad; al igual que un repunte de 12 por ciento en los precios de productos pecuarios, como carne de puerco, pollo, huevo y leche, entre otros.
“La inflación va en automático sobre los trabajadores que tengan un salario fijo o que tuvieron incrementos salariales por debajo de la inflación. No es lo mismo tener un aumento salarial con una inflación del tres por ciento, como el año pasado que esta, la de octubre, rozando el siete por ciento anual en general”, advirtió César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El indicador pegará más fuerte en el bolsillo de las familias o trabajadores que tuvieron una reducción en sus ingresos a causa de la pandemia, puntualizó Salazar.
“Hay correcciones en los salarios, pero a veces toma tiempo en reflejarse en el poder adquisitivo de las personas. El nuevo salario mínimo que se discutirá en diciembre deberá contemplar la inflación y situación económica”, refirió Axel González, investigador de la organización México, ¿cómo vamos?
Debido a las presiones inflacionarias, sobre todo en el componente subyacente, que excluye a los artículos con una mayor volatilidad en sus precios, se estima que la inflación pueda cerrar este año alrededor de 7.15 por ciento, el mayor cierre anual desde 2000, indicó Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.
Un estudio de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) reveló que la inflación provocó caídas en ventas en al menos seis de cada 10 pequeños negocios del país.
Las pérdidas en establecimientos como tienditas o papelerías son de hasta un 20 por ciento, pues la inflación elevó el precio de los productos y con ello la gente perdió su poder adquisitivo, explica Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec.
A finales de octubre el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que su administración está trabajando para contener los altos niveles de inflación, ya que es un fenómeno que afecta principalmente a la economía popular.
El mandatario aseguró que el aumento de precios es consecuencia del retraso en la entrega de mercancías y por los estímulos fiscales que se otorgaron en Estados Unidos para ayudar a la gente durante la pandemia.
“Los economistas nuestros de Hacienda sostienen que es transitorio (el efecto de la inflación). De todas formas, vamos a seguir cuidando que no haya aumentos de precios sin justificación”, manifestó el jefe del Ejecutivo en conferencia de prensa matutina a finales de octubre.
Durante el décimo mes del año las mayores alzas mensuales se registraron en el costo del tomate, que creció 25.55 por ciento; los nopales, superiores en 25 por ciento, y la cebolla, con un aumento de 19.3 por ciento, de acuerdo con el Inegi.
También se presentaron incrementos en el precio de la electricidad, que aumentó 18.8 por ciento; alimentos como la sandía, mayor en 18 por ciento, al igual que otros chiles, que repuntaron cerca del 10 por ciento en dicho periodo.
Las entidades que más resintieron esta alza de precios fueron Tabasco, Coahuila, Nuevo León, Campeche y Quintana Roo. Por el contrario, en la Ciudad de México, San Luis Potosí, Puebla, Estado de México y Sinaloa se registró un descenso en el costo de bienes y servicios.
Los especialistas coinciden que el incremento de precios es resultado de la apertura económica tras la crisis sanitaria, la cual ha provocado retrasos en la entrega de mercancías y aumentos en el costo internacional del petróleo.
El dato reportado por el Inegi es el más alto para un mismo mes desde 2017, cuando el indicador de precios al consumidor se registró de 6.37 por ciento.
La inflación, según reportes del Inegi, acumula tres meses consecutivos de incrementos y ocho fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico), que va del dos al cuatro por ciento.
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