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La pandemia no ha pasado desapercibida para el mundo del arte, explican los emprendedores y artistas Carleti López y Diego Beyró.
Las temáticas de la soledad, la introspección y la fragilidad de la vida han surgido con fuerza entre las propuestas de artistas de profesión. Mientras tanto cada día están naciendo nuevos artistas que, encerrados en sus casas aprendieron a pintar o retomaron el hábito, se están expresando sobre estos tiempos extraordinarios.
Sin embargo, esta nueva fuerza creativa –explican– se encontró con el problema de exposiciones físicas que dejaron de existir y galerías cerradas.
Así, ante la necesidad de mantener vivo al mundo del arte independiente, Diego y Carleti comenzaron a caminar terrenos desconocidos para los artistas y los comerciantes de arte en México; empezaron a hablar el idioma del e-comerce, el blockchain y el delivery.
Todo esto a través de su propia empresa y espacio artístico: Casa Equis.
Casa Equis es la primer galería de arte independiente en México en digitalizar toda su oferta artística para su compra en línea, aceptar Bitcoin como forma de pago y realizar entregas a través de Rappi.
Mediante su página web Casa Equis está especialmente preocupada por convertirse en un semillero de nuevo talento y aportar las herramientas tecnológicas para monetizar su trabajo durante esta era de la digitalización de la experiencia de compra.
Los usuarios pueden conocer vía online la totalidad de un acervo de mas de 500 pinturas de 30 artistas emergentes en México, sus medidas, técnicas y obras relacionadas, así como ordenar su compra, pagar y finalmente recibirlas a domicilio.
Aunque parece obvia esta innovación, el concepto de vender en línea es profundamente disruptivo en el ámbito artístico al no haber sido explotado por curadores y artistas, quienes en su mayoría dependen de la venta en persona para una apreciación más cercana del arte.
"Nos enfocamos en dos cosas, en los artistas, en ayudar a darles visibilidad y a que puedan monetizar su trabajo, y en el público, a que pueda acercarse al arte y ver que está todo bien, que los podemos cuidar, que es una experiencia que no necesariamente tiene que ser mamona.
"A veces el arte está muy asociado a algo frío, pretencioso, muy asociado a la riqueza, y nosotros intentamos descontracturarlo para hacer la experiencia alrededor del arte un poco más cálida".
Según explican Diego y Carleti, la experiencia digital no reemplaza a la compra física, por lo que una vez que la nueva normalidad se asiente esperan poder madirar las dos opciones.
Sin embargo, reconocen que esta digitalización de la oferta de artistas independientes amplió las fronteras de su mercado potencial, pues Casa Equis ha realizado durante estos meses envíos a clientes en Estados Unidos, Bélgica, Chile o Italia; compradores que nunca hubieran llegado de no ser por el marketplace.
"Había gente que antes de la pandemia nunca hubiera comprado algo sin ver pero ahora tenemos compradores de este tipo. Creo esto no hubiera sucedido antes porque ahora hay más confianza en general en las plataformas de e-commerce, además de que confían en Casa Equis".
Además del marketplace, en los últimos meses siendo un entusiasta de la tecnología y el blockchain, Diego habilitó en este la posibilidad del pago de dichas obras mediante Bitcoin ante el ascenso de la criptomoneda en los últimos meses.
"Me interesa todo el valor que viene a aportar a la humanidad con un pensamiento más descentralizado, un poco más independiente y más libre de las grandes instituciones, los bancos, los gobiernos. Entendiendo que hay mucha gente que ha ahorrado mucho en Bitcoin, se ha capitalizado y que quieren usarlo para darse un gusto, parecía lógico aceptar una moneda que está tan en auge en este momento", explica.
Asimismo, en este orden constante de implementar nuevas facilidades para el consumidor de arte y al observar el ascenso del delivery durante estos meses de pandemia, Casa Equis también llegó a un acuerdo con Rappi para la venta y envío de reproducciones pequeñas de algunos de sus cuadros originales, los cuales hoy ya se venden bajo el apartado de hogar en RappiMall.
Los resultados de esta estrategia están por verse, a medida que la oferta de Casas Equis se vaya colocando más entre el gusto de artistas y consumidores.
"Nos gusta mucho esto de innovar para crecer. Me da la sensación que estas cosas eventualmente eran el camino pero la pandemia las aceleró por diez, y para la gente que ha sabido ponerse en este lugar ha sido hasta buena en cierta medida.
"Faltaba mucha innovación y creó que todavía falta mucha más siendo que somos los únicos en esto. Las nuevas generaciones de artistas tienen que tomar acción, y lo que está pasando es lo más coherente y cada colega tiene que innovar cada uno con sus conocimientos".
NUEVOS ARTISTAS
Fundada en 2018 por Diego y Carleti –ambos artistas– en un departamento de Santa María la Ribera, Casa Equis ya estaba disrumpiendo el escaparate artístico en la Ciudad de México previo a la pandemia al ser un semillero de nuevo talento artístico.
Según explican, el mercado del arte se divide en dos capas: las las galerías de gran renombre que comercializan piezas de un puñado de artistas y enfocadas en el consumidor de arte elite, y por el contrario, están los espacios artísticos independientes con gran apertura pero sin el sustento financiero necesario para sobrevivir los primeros años de existencia.
Casa Equis busca colocarse en medio de estos conceptos. Retoma el profesionalismo y curaduría de las grandes galerías, y al mismo tiempo busca ser un semillero de talento nuevo para artistas emergentes.
"Creamos Casa Equis para ocupar un espacio que no existía y por eso para nosotros es muy importante tomar lo bueno de cada lado, (...) y creo que eso hace una diferencia clara de por qué hemos atravesado la pandemia y tenemos luz por delante".
Diego y Carleti se detienen en la importancia de apoyar a los nuevos artistas, a quienes no se les exige un curriculum y un pago para poner su obra a la venta.
Lo único que exigen es consistencia, seriedad y una propuesta artística de calidad.
"Tratamos a los artistas como nuestros socios. No somos una galería que les cobra por exponer, nosotros siempre vamos con ellos y si a ellos les va bien, a nosotros nos va bien", explican Diego y Carleti, quienes ayudan a los nuevos artistas en el difícil trabajo de ponerle precios a las obras con base en las realidades del mercado y los méritos artísticos de las piezas.
Durante sus tres años de vida Casa Equis ha logrado generar una comunidad con artistas, coleccionistas, curadores, galeristas y otras personas, realizado 90 exposiciones, participado en las ferias de arte internacionales F-A-M-A 2019, SWAB Barcelona Art Fair y la Material Art Fair.
Asimismo Grupo Equis –matriz de Casa Equis– organiza la Feria de Arte Independiente (FAIN), que este 2021 se expande a dos ciudades más: Guadalajara y Monterrey.
NUEVOS COMPRADORES
Para los socios el componente de la democratización del mercado artístico también pasa por darle la bienvenida al público no iniciado.
Según explican, durante estos meses de encierro las personas han buscado embellecer sus casas mediante la compra de arte, lo que ha empujado al mercado así como ha sucedido con los campos de la decoración y la mueblería.
"Creo que tenemos que encontrar formas de acercar el arte a gente que se siente alejado de él. Tienen que haber formas de volver a introducirlo en la vida de las personas que lo sienten como algo inalcanzable, algo frío.
"La pandemia representó eso, entender lo necesario que es estar en una casa con imágenes con las que puedas dialogar. El hecho de que mucha gente pase más horas en la casa en la que antes sólo iba a dormir, bañarse, desayunar y volver a trabajar generaron ese deseo".
De acuerdo con un reporte sobre venta de arte online de la aseguradora inglesa Hiscox que encuestó a 552 compradores de arte en todo el mundo, el 67% de ellos compraron arte vía online durante el 2020, cuando un año previo habían sido el 44 por ciento.
Esto, principalmente debido a la desaparición de los canales de venta físicos de arte y un mayor poder de compra entre los consumidores que se han ahorrado el dinero que tenían pensado para viajes y otros bienes.
En esto contexto también existen nuevos compradores que ven al arte como una inversión o activo refugio en medio de la inestabilidad financiera global.
Según los datos de Sothebys el número de nuevos oferentes creció el año pasado 17% para representar el 34% de todos los oferentes, algo no visto. En tanto, el número de compradores de menos de 40 años creció 22% anualmente.
Es así que esta revitalizada demanda aglomera a nuevos compradores de arte con diferentes gustos y presupuestos más modestos.
Casa Equis busca atacar este segmento mediante un portafolio variado de propuestas y técnicas de más de 50 artistas y que se sitúa en un rango de costo que empieza en los mil pesos y termina en los 100 mil.
"Nos tomamos tiempo para la educación del nuevo comprador para que pueda acercarse a algo porque le gusta o porque cree en la misión del artista, pero también nos interesa mucho ese acercamiento de nuevos inversores, de personas que ven el arte como una inversión a largo plazo", explican.
Así, ayudados por la tecnología Diego y Carleti esperan que su propuesta gane poco a poco más espacios entre el gran público, para reconectarlo con el arte, ayudarle a realizar una buena inversión o simplemente para hacerlo sentir bien con el espacio que habita.
"Hace un año empezaron a suceder cosas en las que en las que nosotros no nos veíamos experimentado antes y la pandemia nos dio un empujón.
"Aunque no sea lo mismo a lo que estábamos acostumbrados, la innovación fue una excusa para seguir dialogando, presentando artistas, generando a partir de una manera diferente. Hay que pelear, hay seguir difundiendo arte y esa fue la idea. Hemos aprendido mucho y seguiremos aprendiendo".
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