/ lunes 9 de mayo de 2022

Doopla: Más sabe el diablo por viejo

Esta plataforma fintech conecta directamente a gente que quiere solicitar un préstamo con gente que quiere invertir, en un modelo mejor conocido como préstamos colectivos o crowdfunding

El escaparate del emprendimiento digital en México ha cambiado rápidamente en los últimos años, platica Carlos Flores, CEO y fundador de Doopla, una de las primeras fintech en ser creadas en México.

De ser un mercado de unos cuantos jugadores ha pasado a ser uno de miles, tanto nacionales y extranjeros, en el que todos dicen ofrecer las mejores condiciones pero sólo un puñado cumple completamente con la regulación vigente.

Sin embargo –dice– la oportunidad para acercar el crédito al mexicano que no quiere saber nada de bancos aún sigue vigente.

"No hay mucho que analizar, los economics siguen y saltan a la vista. El crédito en general en México es caro y escaso. Poca gente invierte y además invierte en general a muy bajos rendimientos.

"Sólo toca a las fintech que ya están reguladas seguir dando a conocer el modelo de negocio, las bondades de este y que la gente siga confiando en ellas".

Carlos sabe de lo que habla, fue de los primeros en imaginar un México sin sucursales bancarias, lo viene haciendo desde hace siete años con Doopla, la empresa que creó.

Doopla es una plataforma fintech que conecta directamente a gente que quiere solicitar un préstamo con gente que quiere invertir, en un modelo mejor conocido como préstamos colectivos o crowdfunding.

Cualquier persona aplica en la plataforma y luego de un proceso de selección se le aprueba un crédito que está financiado con dinero recolectado entre inversionistas no institucionales, con personas comunes y corrientes que quieren hacer algo con sus ahorros más allá de tenerlos guardados en una cuenta de banco.

Según Carlos, gracias a esta interacción directa entre ambas partes, y con una intermediación cuidada de la plataforma, el que pide un préstamo lo obtiene a tasas de interés más bajas que las del mercado y el que invierte obtiene mejores rendimientos.

En sus años de historia, Doopla ha logrado colocar en el mercado 400 millones de pesos de esta manera.

De acuerdo con datos oficiales citados por Carlos, en México existen 15 millones de personas que cuentan con un crédito al consumo, es decir, una tarjeta de crédito, crédito de nómina, crédito personal, y que pagan por su préstamo un interés anual promedio del 63 por ciento anual.

El interés promedio a pagar que los usuarios de Doopla pueden obtener es del 22 por ciento por préstamos que van desde 10 mil hasta los 350 mil pesos, con plazos de tres a 36 meses; condiciones que no son muy frecuentes en el mercado.

Foto: Roberto Hernández

Según lo describe Carlos, un usuario promedio de la plataforma es alguien entre 25 y 40 años usuario de redes sociales y con cultura financiera previa en torno al crédito y el pago de intereses.

Una característica adicional y relevante es la insatisfacción de los usuarios con el servicio tradicional de tarjetas de crédito bancarias y toda la experiencia que representa ir a una sucursal.

"Son nativos digitales y dispuestos a probar nuevos modelos, (...) personas que prefieren ir al dentista antes que irse a parar a una sucursal bancaria.

"Si la gente tiene buen perfil de riesgo, un buen historial crediticio, no hace ningún sentido económico que estés pagando un interés con equis tarjeta de crédito el 50 o 60 por ciento de interés".

Tal es el caso que la mayoría de préstamos que son otorgados mediante Doopla son para el pago de deudas de tarjeta de crédito, que son el 70 por ciento.

Los bajos intereses que se cobran a los usuarios son posibles gracias a un modelo de cálculo de riesgo que mide 40 variables de los perfiles, tales como edad, estado laboral, capacidad de pago, historial crediticio, en qué rama de la economía trabaja y zona en la que vive.

Derivado de este proceso la plataforma ha rechazado durante su vida al 85% de los solicitantes, lo que habla de lo riguroso del proceso.

Asimismo, la plataforma llama al azar a los solicitantes para detectar inconsistencias en su solicitud de crédito, les hace firmar un contrato avalado por la Ley Fintech y establece mecanismos de cobranza temprana hasta llegar a los últimos ámbitos legales de cobro con despachos legales.

"El meollo del asunto en este tipo de modelos es que no hemos encontrado un patrón clavado para detectar a los morosos. Creo que el éxito radica en una buena cobranza, no que la aprobación sea a prueba de balas.

"Ya ha habido jurisprudencia y ha habido casos que jueces han emitido su veredicto a favor de los inversionistas de Doopla".

Carlos refiere que con todo esto la tasa de morosidad de los créditos otorgados por Doopla es de apenas el 9.8 por ciento; cuando los de las tarjetas de crédito bancaria en México oscila entre el 18 y el 20 por ciento.

Según explica Carlos uno de los mayores retos del modelo de préstamos colectivos es generar confianza para los inversionistas, cosa que logra sólo con procesos muy escrupulosos para reducir los riesgos.

Explica que hay 12 millones de inversionistas que ponen su dinero en el sistema financiero tradicional y que obtienen un interés promedio anual del 4%, menor a la inflación. Para ellos Doopla ofrece una ganancia del 14 por ciento sin comisiones.

"Evidentemente, como cualquier otra inversión siempre hay un riesgo, pero es un riesgo en este caso medido. Tenemos que ser muy escrupulosos porque el riesgo lo toman los inversionistas, no lo toma la empresa con sus recursos".

Foto: Roberto Hernández

"La gente puede confundir este modelo con el de microcréditos con el que les prestan menores cantidades de dinero con sólo tres clicks… Aquí quizá son cinco pero debemos trabajar más para afinar nuestra audiencias porque una parte fundamental de nosotros es que hay gente que está arriesgando su dinero", dice.

A diferencia de los perfiles tecnológicos que son comunes entre los fundadores de nuevas fintech operando en México, Carlos antes de Doopla era un economista quien había trabajado durante 11 años en el Infonavit, con múltiples cargos como consultor y gerente en diversas áreas asociadas al crédito donde detectó las grandes necesidades de mexicanas.

Inspirado en la británica Zopa, compañía especializada en préstamos entre particulares, decidió fundar Doopla en marzo de 2014, una de las primeras en importar el modelo a Latinoamérica.

Para 2018 Doopla ya había alcanzado una facturación de 15 millones de pesos, fue reconocida por Forbes como una de las promesas del emprendimiento mexicano, así como por la aceleradora Village Capital como una de las 10 fintechs más prometedoras de Latinoamérica.

Doopla cuenta con el mérito de haber sido en febrero de 2021 la primer fintech acreditada legalmente en México, lo que le coloca en un selecto club de 27 empresas reguladas al día de hoy de un universo de startups financieras en el país que para el cierre del 2021 llegaba a las 512.

Según refiere Carlos, los últimos dos años representaron cambios fundamentales para la plataforma, pues había años de papeleo ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y asimilando el impacto de la pandemia en el escaparate fintech.

Explica que los primeros meses del 2020 fueron complicados para la plataforma debido a que tanto inversionistas como solicitantes de crédito redujeron sustancialmente su actividad ante la incertidumbre.

"Los inversionistas no sabían si se iba acabar el mundo o si se iban a enfermar, los solicitantes decían 'para qué pido un crédito si me van a correr y no lo voy a poder pagar'".

Tan fue así que durante el primer año de pandemia ocurrieron el 70% de las reestructuras de deuda que la plataforma ha tenido que tramitar durante toda su existencia, créditos que no pudieron ser pagados a tiempo.

Sin embargo, conforme pasó el tiempo –refiere– los inversionistas y consumidores de crédito pasaron más tiempo conectados a la red y empezaron a explorar alternativas fintech como Doopla.

Foto: Roberto Hernández

Con esto la plataforma llegó a su pico histórico de llegada de nuevos inversionistas a mediados del 2020.

Se le pregunta a Carlos cómo es que Doopla se mantiene vigente en medio de un mercado que ha visto recientemente la llegada de múltiples soluciones financieras digitales, algunas de gran calado como Nubank, Fondeadora o Rappi.

A ello responde que los productos que las nuevas startups están ofreciendo no alcanzan a competir en cuanto a costos y el respaldo del gobierno mexicano.

"Habemos muchas plataformas financieras que dan crédito pero la gran mayoría aún no penetra cierto segmento de la población. Del lado de la inversión es lo mismo, ya hay bancos digitales y de inversión en acciones pero puedes perder toda tu lana si no tienes cuidado.

"La ventaja de nosotros es que tenemos más de siete años de experiencia en el mercado, somos regulados, y las condiciones financieras son inmejorables".

Sin embargo esto también limita la capacidad de realizar cambios a su portafolio de productos tan rápido como quisieran.

"Al ser una fintech regulada hay muchas ventajas que vienen con estar en un marco legal donde las operaciones estén monitoreadas por las autoridades financieras y eso genera confianza.

"Pero en ese sentido la regulación nos tiene un tanto atados porque no podemos estar sacando y sacando productos".

Es por esto que hacia adelante Carlos prevé que Doopla refuerce su producto de créditos a la nómina, el cual ya está siendo utilizado por trabajadores de la consultoría PWC.

Según él, sólo este mercado compuesto por 17 millones de trabajadores y 1 millón de empleadores formales le va a dejar a Doopla 200 millones de pesos en créditos colocados, y que serán "el principio de muchas disrupciones que van a venir".

"A pesar de que van y vienen fintechs los economics siguen ahí y sigo confiado que con un marco regulatorio, con esta base de conocimiento que tenemos y trabajando en innovación podemos alcanzar grandes metas.



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De ser un mercado de unos cuantos jugadores ha pasado a ser uno de miles, tanto nacionales y extranjeros, en el que todos dicen ofrecer las mejores condiciones pero sólo un puñado cumple completamente con la regulación vigente.

Sin embargo –dice– la oportunidad para acercar el crédito al mexicano que no quiere saber nada de bancos aún sigue vigente.

"No hay mucho que analizar, los economics siguen y saltan a la vista. El crédito en general en México es caro y escaso. Poca gente invierte y además invierte en general a muy bajos rendimientos.

"Sólo toca a las fintech que ya están reguladas seguir dando a conocer el modelo de negocio, las bondades de este y que la gente siga confiando en ellas".

Carlos sabe de lo que habla, fue de los primeros en imaginar un México sin sucursales bancarias, lo viene haciendo desde hace siete años con Doopla, la empresa que creó.

Doopla es una plataforma fintech que conecta directamente a gente que quiere solicitar un préstamo con gente que quiere invertir, en un modelo mejor conocido como préstamos colectivos o crowdfunding.

Cualquier persona aplica en la plataforma y luego de un proceso de selección se le aprueba un crédito que está financiado con dinero recolectado entre inversionistas no institucionales, con personas comunes y corrientes que quieren hacer algo con sus ahorros más allá de tenerlos guardados en una cuenta de banco.

Según Carlos, gracias a esta interacción directa entre ambas partes, y con una intermediación cuidada de la plataforma, el que pide un préstamo lo obtiene a tasas de interés más bajas que las del mercado y el que invierte obtiene mejores rendimientos.

En sus años de historia, Doopla ha logrado colocar en el mercado 400 millones de pesos de esta manera.

De acuerdo con datos oficiales citados por Carlos, en México existen 15 millones de personas que cuentan con un crédito al consumo, es decir, una tarjeta de crédito, crédito de nómina, crédito personal, y que pagan por su préstamo un interés anual promedio del 63 por ciento anual.

El interés promedio a pagar que los usuarios de Doopla pueden obtener es del 22 por ciento por préstamos que van desde 10 mil hasta los 350 mil pesos, con plazos de tres a 36 meses; condiciones que no son muy frecuentes en el mercado.

Foto: Roberto Hernández

Según lo describe Carlos, un usuario promedio de la plataforma es alguien entre 25 y 40 años usuario de redes sociales y con cultura financiera previa en torno al crédito y el pago de intereses.

Una característica adicional y relevante es la insatisfacción de los usuarios con el servicio tradicional de tarjetas de crédito bancarias y toda la experiencia que representa ir a una sucursal.

"Son nativos digitales y dispuestos a probar nuevos modelos, (...) personas que prefieren ir al dentista antes que irse a parar a una sucursal bancaria.

"Si la gente tiene buen perfil de riesgo, un buen historial crediticio, no hace ningún sentido económico que estés pagando un interés con equis tarjeta de crédito el 50 o 60 por ciento de interés".

Tal es el caso que la mayoría de préstamos que son otorgados mediante Doopla son para el pago de deudas de tarjeta de crédito, que son el 70 por ciento.

Los bajos intereses que se cobran a los usuarios son posibles gracias a un modelo de cálculo de riesgo que mide 40 variables de los perfiles, tales como edad, estado laboral, capacidad de pago, historial crediticio, en qué rama de la economía trabaja y zona en la que vive.

Derivado de este proceso la plataforma ha rechazado durante su vida al 85% de los solicitantes, lo que habla de lo riguroso del proceso.

Asimismo, la plataforma llama al azar a los solicitantes para detectar inconsistencias en su solicitud de crédito, les hace firmar un contrato avalado por la Ley Fintech y establece mecanismos de cobranza temprana hasta llegar a los últimos ámbitos legales de cobro con despachos legales.

"El meollo del asunto en este tipo de modelos es que no hemos encontrado un patrón clavado para detectar a los morosos. Creo que el éxito radica en una buena cobranza, no que la aprobación sea a prueba de balas.

"Ya ha habido jurisprudencia y ha habido casos que jueces han emitido su veredicto a favor de los inversionistas de Doopla".

Carlos refiere que con todo esto la tasa de morosidad de los créditos otorgados por Doopla es de apenas el 9.8 por ciento; cuando los de las tarjetas de crédito bancaria en México oscila entre el 18 y el 20 por ciento.

Según explica Carlos uno de los mayores retos del modelo de préstamos colectivos es generar confianza para los inversionistas, cosa que logra sólo con procesos muy escrupulosos para reducir los riesgos.

Explica que hay 12 millones de inversionistas que ponen su dinero en el sistema financiero tradicional y que obtienen un interés promedio anual del 4%, menor a la inflación. Para ellos Doopla ofrece una ganancia del 14 por ciento sin comisiones.

"Evidentemente, como cualquier otra inversión siempre hay un riesgo, pero es un riesgo en este caso medido. Tenemos que ser muy escrupulosos porque el riesgo lo toman los inversionistas, no lo toma la empresa con sus recursos".

Foto: Roberto Hernández

"La gente puede confundir este modelo con el de microcréditos con el que les prestan menores cantidades de dinero con sólo tres clicks… Aquí quizá son cinco pero debemos trabajar más para afinar nuestra audiencias porque una parte fundamental de nosotros es que hay gente que está arriesgando su dinero", dice.

A diferencia de los perfiles tecnológicos que son comunes entre los fundadores de nuevas fintech operando en México, Carlos antes de Doopla era un economista quien había trabajado durante 11 años en el Infonavit, con múltiples cargos como consultor y gerente en diversas áreas asociadas al crédito donde detectó las grandes necesidades de mexicanas.

Inspirado en la británica Zopa, compañía especializada en préstamos entre particulares, decidió fundar Doopla en marzo de 2014, una de las primeras en importar el modelo a Latinoamérica.

Para 2018 Doopla ya había alcanzado una facturación de 15 millones de pesos, fue reconocida por Forbes como una de las promesas del emprendimiento mexicano, así como por la aceleradora Village Capital como una de las 10 fintechs más prometedoras de Latinoamérica.

Doopla cuenta con el mérito de haber sido en febrero de 2021 la primer fintech acreditada legalmente en México, lo que le coloca en un selecto club de 27 empresas reguladas al día de hoy de un universo de startups financieras en el país que para el cierre del 2021 llegaba a las 512.

Según refiere Carlos, los últimos dos años representaron cambios fundamentales para la plataforma, pues había años de papeleo ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y asimilando el impacto de la pandemia en el escaparate fintech.

Explica que los primeros meses del 2020 fueron complicados para la plataforma debido a que tanto inversionistas como solicitantes de crédito redujeron sustancialmente su actividad ante la incertidumbre.

"Los inversionistas no sabían si se iba acabar el mundo o si se iban a enfermar, los solicitantes decían 'para qué pido un crédito si me van a correr y no lo voy a poder pagar'".

Tan fue así que durante el primer año de pandemia ocurrieron el 70% de las reestructuras de deuda que la plataforma ha tenido que tramitar durante toda su existencia, créditos que no pudieron ser pagados a tiempo.

Sin embargo, conforme pasó el tiempo –refiere– los inversionistas y consumidores de crédito pasaron más tiempo conectados a la red y empezaron a explorar alternativas fintech como Doopla.

Foto: Roberto Hernández

Con esto la plataforma llegó a su pico histórico de llegada de nuevos inversionistas a mediados del 2020.

Se le pregunta a Carlos cómo es que Doopla se mantiene vigente en medio de un mercado que ha visto recientemente la llegada de múltiples soluciones financieras digitales, algunas de gran calado como Nubank, Fondeadora o Rappi.

A ello responde que los productos que las nuevas startups están ofreciendo no alcanzan a competir en cuanto a costos y el respaldo del gobierno mexicano.

"Habemos muchas plataformas financieras que dan crédito pero la gran mayoría aún no penetra cierto segmento de la población. Del lado de la inversión es lo mismo, ya hay bancos digitales y de inversión en acciones pero puedes perder toda tu lana si no tienes cuidado.

"La ventaja de nosotros es que tenemos más de siete años de experiencia en el mercado, somos regulados, y las condiciones financieras son inmejorables".

Sin embargo esto también limita la capacidad de realizar cambios a su portafolio de productos tan rápido como quisieran.

"Al ser una fintech regulada hay muchas ventajas que vienen con estar en un marco legal donde las operaciones estén monitoreadas por las autoridades financieras y eso genera confianza.

"Pero en ese sentido la regulación nos tiene un tanto atados porque no podemos estar sacando y sacando productos".

Es por esto que hacia adelante Carlos prevé que Doopla refuerce su producto de créditos a la nómina, el cual ya está siendo utilizado por trabajadores de la consultoría PWC.

Según él, sólo este mercado compuesto por 17 millones de trabajadores y 1 millón de empleadores formales le va a dejar a Doopla 200 millones de pesos en créditos colocados, y que serán "el principio de muchas disrupciones que van a venir".

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