En junio de 2014, la marca inglesa de botas Dr. Martens dio su primer paso en la Ciudad de México, con la apertura de su primera tienda en la colonia Roma, de entonces a la fecha, han mantenido un ritmo de ventas y crecimiento estable que les ha permitido inaugurar una tienda por año y tienen proyectadas tres más en años venideros.
Edgar Pitta, representante de la marca en México, comenta entrevista con El Sol de México que aun con el lento andar de la economía en este 2019 piensan culminar el año con buenos números, pues en 2018 vendieron 20 mil 200 pares de zapatos y “hasta junio de este año hemos vendido 15 mil pares y esperamos estar arriba del cinco por ciento al cierre de 2019 en comparación con 2018”.
Antes, las “doctor”, como se conoce a las botas inglesas eran únicamente conseguidas en los tianguis de La Lagunilla, la San Felipe, La Raza o en El Chopo y era correr con suerte si encontrabas del color y número de preferencia, si no era esperar cada fin de semana para recorrer los tradicionales tianguis, y poder usar las botas que usaran cantantes como Sid Vicious vocalista de los Sex Pistols.
Con la llegada de las tiendas Dr. Martens a México ese viacrucis quedó atrás, asegura Edgar Pitta, quien asegura que hay quienes han intentado copiar estilo, colores y diseño de Dr. Martens y “aunque le echan ganas” no se acercan a los diseños originales, nuestro fuerte es “durabilidad y comodidad”.
Las botas se siguen fabricando con tecnología exclusiva, “su suspensión neumática, caracterizada por flores con amortiguación de aire conocidas como bouncing soles o suelas rebotantes” son el distintivo de las Martens, asegura Pitta.
APROPIACIÓN OBRERA
En Inglaterra, este calzado formaba parte del uniforme de los obreros y éstos comenzaron a darle su toque: le pusieron agujetas de colores, confeccionaron sus pantalones y comenzaron a crear cultura.
Más tarde, el movimiento skinheads y el punk se identificaron con el calzado y lo incorporaron como un accesorio básico de su estilo y resistencia, así las botas bordadas de amarillo comenzaron a ganar popularidad, cuenta Edgar.
La globalización no sólo se manifestó en la economía, sino en la cultura y pronto las botas comenzaron a ser populares, sobre todo en occidente. La fabricante de las botas buscó otros sitios donde manufacturar y en 2002 se mudaron a Asia.
Ahora, explica Edgar, los 30 mil pares que venden al año provienen de Vietnam, Tailandia, Laos y China, “con calidad y supervisión de Inglaterra”.
Edgar apunta que para 2007, R. Griggs Group, fabricante de las botas, decidió abrir una pequeña fábrica en Alemania y actualmente “produce dos por ciento de las botas a nivel mundial”, y estas botas hechas en Alemania, “son las más buscadas por los conocedores de la marca”.
MARCA PARA TODOS
Edgar Pitta sabe que la diversificación es la alternativa para no quedar encasillado como un producto sólo para punks, darks o góticos, de ahí que quieren llegar a otros nichos y diseñar “un zapato formal tipo bostoniano, ya sin la costura amarilla, una línea exclusiva para mujeres”. Los que vivieron la época de gloria de Martens traen a sus pequeños hijos y para ellos “tenemos la línea my first Dr. Martens ”.
“Tenemos calzado para todos los gustos. Incluso tenemos calzado vegano fabricado en China, con versiones de piel sintética de los modelos clásicos 1460 (botas con ocho ojos) y 1461 (zapatos con tres ojos), en negro y rojo cereza”.
MODELO CONMEMORATIVO
Cada temporada se hace una colaboración artística para hacer un homenaje a las bandas que, como Sex Pistols o The Clash, popularizaron las botas, esta vez el grupo The Who fue el homenajeado. La colaboración se inspira en el verano de 1967, cuando el guitarrista de The Who, Pete Townshend, usó las icónicas botas 1460 de Dr. Martens en el escenario.
En las próximas ediciones se verán botas conmemorativas de Sex Pistols, e incluso la gatita Hello Kity estará en el calzado de origen británico.