Los meses de protestas en Hong Kong y la guerra comercial están dejando huella en la economía de la ciudad y el Gobierno informó hoy de que está oficialmente en recesión técnica por primera vez en 10 años, después de que el crecimiento económico se haya reducido por segundo trimestre consecutivo.
Así, mientras que en el segundo trimestre del año se registró una caída del 0.4%, en el tercer trimestre la economía se redujo un 3.2% frente al trimestre previo, según datos publicados hoy por el Departamento de Estadísticas de la urbe.
En términos interanuales, el Producto Interior Bruto se contrajo un 2.9% en el tercer trimestre, el mayor decrecimiento de toda la década.
Para la consultora Capital Economics, el dato de la recesión es "peor de lo esperado" y la fuente pronosticó que "el PIB de Hong Kong seguramente siga contrayéndose en el último trimestre" de este año.
La jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, advirtió esta semana de una posible contracción para todo el año.
La principal causa fue la contracción del consumo privado, que supone más de 70% del PIB indicó la consultora en un informe enviado a sus abonados.
Esto se debería a "la intensificación de las protestas, que han resultado en el cierre de tiendas, la interrupción del transporte público y también han ahuyentado a los turistas. La guerra comercial y una menor demanda externa también siguieron pasando factura".
Hoy se conoció además que el número de turistas que visitan Hong Kong cayó un 34.2% interanual en septiembre. Unos 3.1 millones de personas visitaron la ciudad en septiembre, de los cuales el 78% procedía de la China continental.
Sin embargo, en los primeros nueve meses de este año, las llegadas de turistas a Hong Kong crecieron un 0.2% hasta los 46 mil 76 millones con respecto al mismo período del año pasado.
La excolonia británica vive desde el pasado mes de junio sumida en la mayor crisis de la década por una oleada de protestas que, en numerosas ocasiones, han acabado en graves incidentes violentos entre policía y manifestantes radicales.
Aunque las protestas comenzaron como rechazo a un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por parte del Ejecutivo hongkonés, han evolucionado hacia una serie de peticiones para mejorar los mecanismos democráticos de la ciudad y oponerse al autoritarismo de Pekín.