El Producto Interno Bruto (PIB) de México cerró el 2020 con una contracción de 8.5 por ciento en su comparación anual, la mayor caída para la economía desde 1932, de acuerdo con la estimación oportuna del Inegi.
El resultado superó la expectativa de la Secretaría de Hacienda que preveía una caída de ocho por ciento, aunque la contracción fue menor a la de nueve por ciento que esperaban organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
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Con la estimación que dio a conocer el Inegi, el país sumó dos años consecutivos de caída económica luego de que en 2019 registró una disminución de 0.1 por ciento, algo que no ocurría desde 1982 y 1983.
Por sectores económicos destacó la contracción de 10.2 por ciento de las actividades secundarias, ligadas a industrias como la manufacturera o de la construcción, seguidas de las actividades terciarias, como el comercio y servicios, que cayeron 7.9 por ciento.
Solo las actividades primarias, que son las agropecuarias, tuvieron un resultado positivo al cierre del año, con un crecimiento de dos por ciento respecto a 2019..
De acuerdo con un análisis del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el costo económico de esta recesión es de 1.5 billones de pesos reales.
El organismo estimó que el retroceso de las actividades industriales en 2020 fue de 540 mil millones de pesos mientras que para el sector servicios sería superior a los 900 mil millones de pesos.
La pandemia de Covid-19, que obligó a México al cierre de actividades entre marzo y junio, fue la principal razón del desplome económico histórico del país, aunque no la única.
El Inegi informó que en el periodo octubre-diciembre la economía disminuyó 4.6 por ciento en su comparación anual, con lo que acumuló seis trimestres consecutivos a la baja, algo no visto desde principios de la década de 1980.
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Para Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, esta racha evidencia que no solo el Covid-19 llevó a la baja al PIB nacional.
“Se combinaron tres factores: en primer lugar la pandemia, en segundo lugar la ausencia de una política fiscal contracíclica en México que detuviera las caídas del PIB y sentara las bases de una rápida recuperación, y en tercer lugar la inercia negativa que traía la economía mexicana desde finales de 2018”, apuntó.
La especialista añadió que tras la fuerte caída del PIB en el segundo trimestre y la lenta recuperación registrada posteriormente, se espera que el primer cuarto de 2021 también haya una contracción, con lo que se hilarían siete trimestres a la baja, algo nunca visto para la economía nacional.
Para este año, diversos analistas prevén un crecimiento de la economía de entre tres y cuatro por ciento, como efecto de rebote tras la contracción de 2020 y condicionado en gran medida al avance del programa de vacunación contra Covid-19.
“Este año la recuperación va a estar marcada por el ritmo de vacunación, si permanece lento, veríamos ritmos más lentos, pero si por el contrario mejora la logística y se acelera podemos ver un mayor crecimiento”, dijo Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA.
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Para el IDIC, la recuperación económica iniciará en el segundo trimestre del año y podría llegar hasta un crecimiento de 4.3 por ciento al cierre de 2021, atribuible principalmente a que el sector exportador ha iniciado su reactivación.
Incluso, tanto el IDIC como BBVA coincidieron en que la recuperación también dependerá de factores como la certidumbre para las empresas y el aumento en la inversión productiva, de otra forma el crecimiento del PIB será inferior a dos por ciento a partir del próximo año.
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