En México las perspectivas de crecimiento para 2017 se ubican entre 1.8 y 2.3%, lo cual subraya que la economía continúa sin despegar como debería y este año se sumará a los más de 30 años que se lleva creciendo a una tasa inercial, que no permite generar los empleos que los mexicanos demandan ni reducir la pobreza como se necesita, señaló el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Al resaltar que “nuestro país tiene que tomar medidas para cambiar esta realidad y alcanzar un crecimiento sostenido, sostenible y más acelerado”, el presidente del CCE, Juan Pablo Castañón Castañón, dijo que durante 2018, México deberá hacer frente al impacto de los sismos ocurridos en septiembre, pero también tendremos que mejorar en varios indicadores económicos que han tenido una tendencia a la baja en los últimos meses. La actividad industrial y el consumo han mostrado un comportamiento negativo que recalca la necesidad de fortalecer el mercado interno del país.
“A estos retos se suma una inflación que no cede. Aunque hay mejores perspectivas para 2018, todavía se refleja el ajuste que han tenido los precios del gas doméstico y las gasolinas, que muestran alzas anuales superiores a 30 y 20%, respectivamente. En este entorno, la inflación podría acercarse a 6.6% al cierre del año, con un efecto sobre el poder adquisitivo de los hogares”, comentó.
El dirigente subrayó que México termina 2017 con un entorno estable, pero continuará enfrentando importantes desafíos en 2018, varios de ellos externos.
“Aunque sectores público y privado continuamos trabajando por modernizar el Tratado de Libre Covmercio de América del Norte en beneficio de toda la región, aún existe incertidumbre por el resultado de la negociación. Al mismo tiempo, la reforma fiscal en Estados Unidos puede reducir los incentivos a invertir en México”, aseveró.