“El comercio electrónico y el trabajo a distancia llegaron para quedarse”, es la frase que analistas y empresas repitieron constantemente cuando comenzó la crisis sanitaria.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refieren que las ventas mayoristas y minoristas por medio de canales digitales y tiendas físicas tuvieron comportamientos distintos durante los últimos dos años.
Por un lado, el suministro de estos bienes al mayoreo cerró 2020 con una contracción anual de 3.64 por ciento.
No obstante, en todo el año, únicamente se registraron dos meses con resultados positivos, los cuales fueron marzo y octubre, con incrementos de 10 y 4.8 por ciento, frente a los mismos periodos de 2019, respectivamente.
Al analizar estas ventas en canales minoristas todos los meses fueron al alza en su comparación anual. De hecho, alcanzaron un máximo histórico en noviembre de más de mil 80 unidades, según el Inegi.
“No todos los comercios estaban preparados para migrar a las ventas electrónicas; muchos hicieron ajustes operativos, lo que incluyó grandes inversiones. Fue un periodo de aprendizaje”, refiere Carlos Martínez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“El 2020 fue un año de oro para el comercio electrónico, pero perdió fuerza casi al mismo tiempo que cuando se anunciaron las primeras vacunas para el Covid-19 en México”, agregó el especialista de la UNAM.
Guillermo Mantilla, director comercial de National Soft, empresa proveedora de tecnología de pagos para pequeñas y medianas empresas (Pymes), explica que hay negocios que se resisten a implementar un esquema digital por los altos costos o inversiones que deben hacer.
Otro de los factores es que los dueños de estos comercios son gente mayor y no están tan familiarizados con esquemas electrónicos, ya sea para pagar o vender en línea.
De cara al 2021, las empresas esperaban la misma tendencia de ventas en canales electrónicos. A este barco también se subieron grandes cadenas como Liverpool, Walmart, Palacio de Hierro o Sanborns, entre otras.
Si bien algunas ya tenían implementados canales de venta electrónicos para sus usuarios, otras tuvieron que hacer pequeños ajustes para darse abasto a la alta demanda de productos a través de esta vía.
Liverpool fue una de las cadenas que más se dio abasto y perfeccionó sus ventas a través de sus canales de “Click & Collect”, que consiste en comprar o apartar en línea y retirar en una tienda física.
A inicios de 2021, la tienda departamental dijo que sus entregas ya podrían ser surtidas el mismo día de la compra en un lapso de hasta cuatro horas.
Incluso, en plazas comerciales de la Ciudad de México, como Parque Tezontle o Plaza Insurgentes, hay espacios de estacionamiento reservados para que los clientes aparquen y recojan sus productos, lo cual también causó el descontento de los visitantes habituales de estos lugares, porque “no había lugar para estacionarse”.
Vacunas y altibajos
El año pasado quedó marcado con la llegada masiva de vacunas contra el coronavirus al país, así como la reapertura de actividades al aire libre y nuevas tiendas o restaurantes, las cuales habían estado cerradas gran parte del 2020.
“Las tiendas físicas tuvieron cambios de manera constante, pero fue más marcado entre enero y marzo de 2021. Abrieron tiendas, con restricciones de horario y personas, pero ya había una mayor afluencia de gente”, comenta Rodrigo Cerda, gerente de desarrollo de negocios de Ecomsur México.
Los especialistas coinciden en que la vacunación frenó el avance que tuvo el comercio electrónico durante 2020, porque la gente ya tenía más confianza de salir a la calle y otros espacios públicos.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), las ventas en línea en México crecieron a una tasa anual de 81 por ciento al cierre de 2020.
Pero el comercio electrónico comenzó el año con el pie izquierdo. Si bien existen aumentos anuales de enero a septiembre en este rubro, al hacer la comparación mensual hay retrocesos de hasta 22.5 por ciento en el canal minorista.
El último dato disponible a octubre de 2021 refiere que las ventas al menudeo en este canal tienen una caída mensual de 3.5 por ciento, mientras que al mayoreo hay una baja de 1.03 por ciento, de acuerdo con el Inegi.
“En julio ya la gente se sentía más relajada y comenzaron a salir a la calle; visitaron tiendas y otros comercios de manera presencial y por ende las compras digitales también cayeron durante este mes”, comenta Marisol Huerta, analista de empresas de Grupo Financiero Ve por Más.
Las estimaciones para 2021 son, según Ecomsur México, que el sector tendrá un crecimiento de entre 20 y 25 por ciento.
Datos de la plataforma de pagos electrónicos Conekta indican que los negocios que más vendieron en línea el año pasado se ubican en la Ciudad de México y el Estado de México, ya que en estas entidades se llevaron a cabo seis de cada 10 transacciones.
Artículos para la higiene o belleza personal y videojuegos fueron de los más adquiridos por los mexicanos.
Ómicron, ¿la amenaza fantasma?
Uno de los retos para la recuperación económica, pero que al mismo tiempo podría ser el salvavidas del comercio electrónico durante los próximos meses es la variante Ómicron del coronavirus, de acuerdo con los expertos.
“Ahora vamos a la inversa, casi como cuando arrancó la pandemia. Estamos viendo incrementos en contagios y eso merma la confianza de la gente para comprar en tiendas físicas, pero será un empujoncito para el canal digital”, comenta Elisa Madrigal, analista financiera.
Vicente Yáñez, presidente de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad), considera que esta variante, aunada a los altos niveles de inflación, son de las principales preocupaciones para el comercio nacional en general.
“El deseo de la Antad es que vayamos avanzando en la recuperación económica y ojalá que Ómicron sea leve, porque así saldremos más rápido de la pandemia”, afirma Yáñez.
De no controlarse el ritmo de contagios por Covid-19 podrían haber mayores restricciones de movilidad y eso podría complicar el panorama del sector durante 2022, agregó el líder empresarial.
El home office, inmune
A inicios del año pasado, en México se puso en marcha una reforma para regular el trabajo a distancia, la cual fue plasmada en la Ley Federal del Trabajo y establece obligaciones tanto para patrones como empleados.
“Dichas disposiciones serán para aquellas relaciones laborales que se desarrollen en más del 40 por ciento del tiempo en el domicilio de la persona trabajadora bajo la modalidad de teletrabajo, o en el domicilio elegido por ésta”, señala la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Entre las disposiciones de la ley resaltan que las empresas deberán proporcionar, instalar y encargarse del mantenimiento de los equipos necesarios para el teletrabajo, como computadoras, sillas ergonómicas, impresoras, entre otros.
También señala que se tendrán que pagar los salarios en la forma y fechas estipuladas, al igual que cubrir los costos por estas actividades; por ejemplo, el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de electricidad.
No obstante, hay empresas que por su naturaleza no pueden adaptarse a la realidad del teletrabajo, lo cual, desde el punto de vista de los expertos, también constituye un riesgo para la salud de los empleados.
"Afecta al sector de los servicios de manera decidida; mientras que en actividades de agricultura, ganadería, pesca o manufactura, por su propia naturaleza, se les impide trabajar remotamente”, menciona Juan Pacheco, socio director del despacho De la Paz, Costemalle - DFK.
El incumplimiento de estas obligaciones del teletrabajo podría equivaler a una multa de entre cuatro mil 500 y 22 mil 500 pesos, aproximadamente, según el analista.
Y si bien hay ganadores en este universo del trabajo a distancia, como las grandes empresas de Zoom o Microsoft, quienes vieron repuntes en sus acciones durante 2020 y 2021, o en el caso de empresas que rentan espacios de oficina como WeWork, lo cierto es que ante los temores de un rebrote de Covid-19 más agresivo, las compañías tendrán que diseñar nuevas estrategias o medidas de protección a sus empleados.
“Quedarse en casa es lo más recomendable. Realmente no hay una necesidad de que los empleados vayan a las empresas bajo el argumento de ‘supervisarlos’ o que verdaderamente trabajen, porque de por medio está la salud”, menciona Rubén Argüelles, especialista en materia laboral.
El experto recordó que durante los primeros meses de la crisis sanitaria se reportaron contagios de Covid—19 en centros de trabajo.
Algunas medidas implementadas en México y el mundo para prevenir este hecho fue el diseño de medios de movilidad para sus empleados, ya que se argumentaba que el uso del transporte público era una de las principales vías para adquirir el virus y, posteriormente, esparcirlo entre trabajadores.
“Un tema no legislado, que crea incertidumbre al patrón, es la temporalidad de teletrabajo: una empresa o sector, puede requerir presencia física algunos meses del año y los otros tener flexibilidad y estar trabajando a distancia”, precisa el directivo de De la Paz, Costemalle - DFK.
A dos años del Covid-19 aún hay áreas de oportunidad en materia laboral y para el comercio electrónico, pero, concluyen los especialistas, el 2022 ya agarra “más preparados” a estos dos segmentos (y a las propias autoridades sanitarias).