OTTAWA, Canadá.- Los líderes del G-7 presionarán en su cumbre que inicia hoy al presidente Donald Trump por los aranceles que impuso Washington a las importaciones de metales, pero deben ser corteses en su intento por disuadir al mandatario estadounidense, dijo ayer el presidente francés, Emmanuel Macron.
En declaraciones a la prensa, luego de reunirse con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, Macron agregó, no obstante, que los otros seis miembros del Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados del mundo eran un bloque poderoso que podría sobrevivir si Estados Unidos decidiera abandonar su rol global.
Los comentarios de Macron reflejan las tensiones comerciales que amenazan con opacar la cumbre que se realizará hoy y mañana en Canadá. Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Canadá han dicho que serán firmes, sin llegar a una ruptura que pueda causar una guerra comercial a gran escala.
La cumbre del G-7 corre el riesgo de transformarse en escenario de un feroz enfrentamiento entre el presidente francés Emmanuel Macron y su homólogo norteamericano Donald Trump. No es el único peligro que acecha ese cónclave entre las siete mayores potencias económicas: ese tipo de cónclaves, creado en 1975 por el expresidente francés Valery Giscard d’Estaing para analizar anualmente la situación internacional, puede concluir en una trágica ruptura -que se gesta desde hace un año- entre EU y sus seis aliados históricos (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá).
A ese alineamiento sin precedentes ciertos diplomáticos lo describen como una cumbre G6 + 1.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el jefe de Estado francés se esforzó con evitar que el presidente de Estados Unidos cometiera actos irreparables en materia política y económica. Como era previsible, no tuvo éxito.
El punto más explosivo del G-7 puede ser el encuentro de Trump con Macron. Como resultado del debilitamiento de la primera ministra británica Theresa May y el escaso margen de maniobra de la canciller alemana Angela Merkel, Macron actuó en los últimos meses como el portavoz natural de Europa y, por lo tanto, quedó ubicado en la delicada posición de pararrayos protector.
Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos conforman el grupo de los siete países más industrializados.