- Líderes políticos y financieros se reúnen del 17 al 20 deenero
- Recuperación económica es opacada por la políticapopulista
DAVOS, Suiza. (Reuters).- La economía mundial está en su mejormomento de muchos años. Los mercados bursátiles viven un auge, elprecio del petróleo sube de nuevo y el riesgo de unadesaceleración brusca de China -un profundo temor hace solo unaño- es menor.
Aun así, no hay ánimo de celebración entre los líderespolíticos, empresariales y de las finanzas que realizan superegrinación anual a los Alpes suizos para el Foro EconómicoMundial (FEM) en Davos.
Bajo el barniz del optimismo por el panorama económico hay unaaguda ansiedad por un clima político cada vez más tóxico, y unaprofunda sensación de incertidumbre que rodea a la presidencia deDonald Trump, quien asumirá el liderazgo de la mayor economía delmundo durante el último día del foro.
El consenso el año pasado había sido que no existíaposibilidad de que Trump fuera elegido. Su victoria, apenas mesesdespués de comicios en que el Reino Unido decidió dejar la UniónEuropea (UE), fue una bofetada a principios que les son muyqueridos a la elite de Davos: la globalización, el libre comercioy el multilateralismo.
Trump es la personificación de una nueva cepa de populismo quese contagia por todo el mundo desarrollado y que amenaza el ordendemocrático liberal de la posguerra. Con elecciones a la vuelta dela esquina en Holanda, Francia, Alemania y posiblemente en Italia,el nerviosismo entre quienes llegan a Davos se percibeclaramente.
“Independientemente de cuál sea tu visión sobre Trump y susposiciones, esta elección ha creado una muy profunda sensación deincertidumbre que proyectará una larga sombra sobre Davos”, dijoJean-Marie Guehenno, presidente de International Crisis Group, uncentro de estudios especializado en la resolución deconflictos.
Moisés Naim del Fondo Carnegie para la Paz Internacional esaún más pesimista. “Hay un consenso de que algo grande estápasando, global y en muchos sentidos sin precedentes. Pero nosabemos cuáles son sus causas y cómo lidiar con ello”.
Los nombres de los seminarios del foro, que durará desde el 17al 20 de enero, evocan un panorama incierto: “Exprimida yenojada: ¿Cómo resolver la crisis de la clase media?,“Política del miedo o rebelión de los olvidados”, “Un puntode inflexión para la tolerancia” y “La era post UniónEuropea”.
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Quizás el asunto central en Davos --cuatro días de mesasredondas, almuerzos y recepciones en que se discuten asuntos desdeel terrorismo a la inteligencia artificial--, es si los líderespodrán ponerse de acuerdo en cuál es la causa del malestar de lagente y cómo comenzar a articular una respuesta.
Un reporte del FEM publicado antes de la reunión destacó “lamenguante confianza en las instituciones” y que una recuperaciónde la fe en el proceso político y sus líderes será una “tareadifícil”.
Guy Standing, autor de varios libros sobre el “precariado”,una nueva clase de persona que no tiene seguridad en el trabajo niingresos predecibles, cree que más gente se está convenciendo dela idea de que se necesita una reestructuración del capitalismo delibre mercado, incluso algunos de los que más se han beneficiadode él.
“El grueso de los ejecutivos empresariales no quieren a Trumpy a otros autoritarismos de extrema derecha”, dice Standing,quien ha sido invitado a Davos por primera vez. “Quieren unaeconomía mundial sostenible en la que puedan hacer negocios. Ymás y más se han vuelto lo suficientemente sensibles para darsecuenta de que han sido superados”, agrega.
A algunos de los participantes les preocupa que el ritmo deavance tecnológico y la naturaleza compleja e integrada de laeconomía mundial haga más difícil que los líderes puedanmoldear y controlar lo que pasa, y menos aún reformar el sistemamundial.
La crisis financiera de 2008 y 2009 y la crisis de losinmigrantes en 2015 y 2016 ha dejado en evidencia la impotencia delos políticos, profundizado la desilusión y empujado a la gentehacia los populismos, que ofrecen explicaciones y solucionessimples.
El problema, dice Ian Goldin, un experto en globalización ydesarrollo de la Universidad de Oxford, es que muchos de losasuntos más importantes ahora, desde el cambio climático a laregulación financiera, sólo pueden resolverse con cooperaciónmultilateral, exactamente lo que rechazan los populistas.
“La política mundial está en su peor momento en muchotiempo”, dijo Goldin. “En momentos en que necesitamos máscoordinación para enfrentar el cambio climático y otros riesgossistémicos, nos estamos volviendo cada vez más insulares”.