Las energías renovables le estorban al Gobierno porque son muy baratas y en un sistema de despacho eléctrico con criterios económicos son las primeras que entran, y eso ha ido desplazando a las viejas plantas de la CFE, afirma Daniel Chacón, director de Energía de Iniciativa Climática de México (ICM).
En la última subasta eléctrica los privados ofrecieron precios de 20 dólares por cada megawatt (MW) por hora, mientras que producir energía eléctrica con gas natural cuesta cerca de 50 dólares MW/h y el combustóleo más de 100 dólares, explica Chacón.
"La CFE le cuesta mucho al Gobierno mexicano, en el primer presupuesto se pidieron 26 mil millones de pesos para mantenimiento de las plantas viejas", comenta.
La CFE , agrega, tiene centrales obsoletas con hasta 50 años de antigüedad con poco más de 20 por ciento de la generación total de electricidad a partir del combustóleo o carbón.
Otro 12 por ciento proviene de plantas hidroeléctricas, cuatro por ciento de nuclear y cuatro por ciento de geotermia, mientras que 50 por ciento son plantas de gas natural con participación privada que abastece a la CFE.
La nueva política energética del Gobierno mexicano da prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre las empresas privadas, pero la compañía estatal no puede invertir lo necesario.
La generación de electricidad le cuesta a México entre 300 mil y 350 mil millones de pesos, expone Ramses Pech, socio fundador de Caraiva y Asociados.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, defiende esta nueva política con el argumento de dar un "trato justo" a la CFE, presuntamente perjudicada por los anteriores gobiernos, y garantizar el abastecimiento eléctrico.
Pero para Chacón, lo que busca el Gobierno es que la CFE aproveche el residuo de la refinación de Pemex, el combustóleo.
Esto, señala, a pesar de que la Organización Marítima Internacional (OMI) ha prohibido el combustóleo con más de 0.5 por ciento de azufre, pero el mexicano tiene hasta seis por ciento.
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