/ lunes 23 de marzo de 2020

Exclusiva | Jesús Seade: Renuncié a 80% de mis ingresos en Hong Kong

El subsecretario para América del Norte platica que regresó a México de Hong Kong por la patria, para cerrar una negociación comercial con EU y Canadá, que tuvo días de tensión horrible

Jesús Seade Kuri, negociador del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), asegura que defender los intereses comerciales de su patria fue lo que motivó dejar vida, familia y trabajo en Hong Kong.

“Me vine a México por la patria y por la patria sacrifique más de 80 por ciento de mi ingreso, porque en Hong Kong los costos son altísimos y los sueldos son para pagar”, cuenta el hombre, quien fue invitado por Andrés Manuel López Obrador a regresar a defender los intereses comerciales del país.

El subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha vivido en varios países del mundo, pero nunca hizo una amistad tan profunda como cuando con vivía con su familia en China.

Los chinos son personas de mucho corazón, leales y parecidos a los mexicanos, señala el funcionario, quien todos los días ve desde el piso 18 de la torre de la Cancillería la Alameda Central y el Museo Franz Mayer.

En su oficina, el economista tiene una figura de peluche de Andrés Manuel López Obrador para romper con la fría foto presidencial, un mapa de América del Norte con unos puntos marcados en rojo, cómodos sillones y en las paredes obras del pintor mexicano Vicente Rojo.

Hace dos años, por estas fechas, Jesús Seade ya sabía que volvería a México si López Obrador ganaba la elección. Así fue y dejó su vida en Asia.

“No hay país en el mundo más loco para comer lo que sea como China y México. Aquí comemos escamoles y allá no sé qué tantas cosas raras. Comemos unas cositas muy loquitas y los chinos también”, platica a El Sol de México .

Hay dos cosas en común en China y México: una es el carrito del “hay camooooootes”, que se ve mucho al norte del país asiático y la piñata, recuerda con cierto entusiasmo-. “No me gusta que es gente muy acelerada y muy ambiciosa”.

El economista recuerda los 22 capítulos del TLCAN negociados por Ildefonso Guajardo Villarreal, el exsecretario de Economía, pero faltaban los más difíciles.

Al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador no le había gustado cómo había sido negociado el capítulo del sector energético, estaban pendientes de discusión la solución de diferencias, comercio electrónico, cuestiones fiscales e impuestos de minimis y las llamadas “píldoras venenosas”.

—¿La negociación del TLCAN de Ildefonso Guajardo estaba bien hecha?

—Estaba muy atrasada y había muchas cosas que no me gustaban. Una o dos (cosas) que logramos cambiar y una o dos que cambiaron al segundo año, con la ayuda de los demócratas (en Estados Unidos). Cuando llegué (como negociador) todo estaba atorado, no se movía nada. Yo llegué muy tranquilo y cuatro semanas después seguía sin moverse y casi tuve que hacer un golpe de Estado.

—¿Hubo golpe de Estado?

—Sí lo di en el buen sentido, pero contábamos con siete semanas desde el triunfo en las urnas del presidente López Obrador hasta la fecha en la que se tenía que acabar, que era a finales de agosto de 2018. Semana tras semana eran puros gritos entre Ildefonso Guajardo y Robert Lighthizer, porque no se avanzaba en la negociación. Había varios temas que eran muy horrorosos, como la cláusula de extinción (Sunset) y aranceles estacionales.

—¿Las aranceles eran para afectar al sector agrícola mexicano?

—A todo el sector agrícola. Cuando llegó Donald Trump a la Casa Blanca dijo que se iba a retirar del tratado y luego cambió de parecer ¿Por qué cambió?

—¿Porque el aguacate y el tequila les saldría caro?

—No. Donald Trump no tenía el poder para salirse del TLCAN, porque las leyes le pertenecen al Congreso. Hubiera sido un pantanal horrible si se quiere salir del Tratado, porque el Congreso hubiera dicho que no. Después, el presidente de Estados Unidos estaba proponiendo una cláusula de extinción a los cinco años de entrar en vigor el Tratado, para que se acabara, a menos que los tres países quisieran continuar. Entonces era una píldora venenosa.

— ¿La propuesta de Donald Trump era un balazo en el pie?

—Era algo mortal para nosotros y le dimos la vuelta. Entonces quedó al revés, hay que firmar para que dejes salir.

—¿Jesús Seade fue el único que estuvo negociando el TLCAN?

—Con Ildefonso Guajardo se estaban negociando todos los 31 capítulos del Tratado, entonces tenían negociadores y un grupo técnico del sector textil, agrícola y antidumping. Eso ya se cerró con mi participación al final del gobierno de Enrique Peña Nieto.

—¿Fueron casi 18 meses de mucho trabajo para Jesús Seade?

—No tanto.

—Ildefonso Guajardo dijo que sus asesores estaban a punto del divorcio por el TLCAN ¿Le sucedió algo parecido?

—Yo estuve a prueba, porque desde que me invitó el Presidente me vine a México y dejé mi familia en Hong Kong. Afortunadamente estamos en la era del internet y hablar por teléfono ya no sale tan caro, o sea todas las mañanas y las noches hablo con mi familia.

—¿Para Jesús Seade primero fue la patria o su familia?

—Me vine a México por la patria y por la patria sacrifique más de 80 por ciento de mi ingreso, porque en Hong Kong los costos son altísimos y los sueldos son para pagar: no es que la gente viva tan bien, pero todo es más caro. Me vine a México y sigo pagando los costos de Hong Kong con sueldos de la Cuarta Transformación. Me estoy endeudando y con un apretón (de cinturón) terrible, así como la familia, ya no tiene paseos desde hace año y medio.

—¿Regresará a Hong Kong o se dedicará al servicio público en México?

—Ahora estoy contento con el Presidente y con mi trabajo sirviendo a mi país. El encargo principal que me dio el Presidente fue renegociar el TLCAN y ser subsecretario de América del Norte, en donde me ocupo de temas como la migración, inseguridad, de los apoyos de gobierno y de los consulados.

—El Presidente de la República dice que es el mejor economista, porque ayudó a sacar adelante el T-MEC.

—No me toca decirlo, pero sí he tenido el gusto de hacer carrera muy fuerte como economista en el extranjero. Hay gente que dice eso y son muy amables, pero yo estoy aquí no como economista, sino como negociador.

—¿Jesús Seade lloró el día que Andrés Manuel López Obrador habló sobre el buen trabajo de negociación del T-MEC?

—No mucha gente me lo ha dicho, pero mi hermano me lo dijo y sí fue muy emotivo cómo habló el Presidente de la República. Además, con tanta carga y desde el 4 hasta el 10 de febrero de 2020 fueron días de una tensión horrible y había sido una semana de estar al cuello.

—Gustavo Hoyos dijo que el T-MEC había entregado la mitad del país, como pasó en el gobierno de Antonio López de Santa Anna.

—La negociación salió bien para México, no cedió nada y el resultado fue muy bueno para México. La negociación con Ildefonso Guajardo nos dio un Tratado bueno para México y la revisión de 2019 la mejoró mucho, así como las dos cosas que no me gustaban de la negociación de 2018, se corrigieron. Todo tratado de libre comercio necesita de paneles para solucionar diferencias o controversias: México con Europa lo tiene y el TLCAN lo tuvo, pero nunca entró en vigor.

Estados Unidos nunca nombró panelistas, entonces esa cosa de bloqueo era la mayor frustración del TLCAN. Y le puedes preguntar a los negociadores de hace 25 años, porque lo peor que nos salió es que no hubo paneles: por eso tuvimos (a los productores de) aguacate, atún, tomate y otros sectores yendo a decir 'por favor' a Estados Unidos.

—¿El sector atunero y tomatero siguen desprotegidos todavía?

—Nos dan un golpe y no teníamos forma de demandarlos, si no era pedir ´por favor ya no nos hagan eso'. Lo normal es que tienes un panel y si te hacen una medida ilegal convocas a los jueces o jurado para definir la controversia. En la negociación con Ildefonso Guajardo la prioridad era corregir eso y no se pudo, porque Estados Unidos estaba totalmente en contra.

—¿El T-MEC cómo se refleja en el mediano plazo para México?

—Su principal característica a nivel económico es que las reglas de origen se hacen más duras, es decir las condiciones de una corbata para que la puedas exportar de México a Estados Unidos libre de impuestos. Una de las condiciones es que esté hecha en Norteamérica.

Las reglas de origen en todos los sectores manufactureros se hacen más duras, quiere decir que se hace más difícil traer partes, diseño o componentes de Corea del Sur, Japón o Alemania para un producto fabricado en México. Al coche, a la televisión o a la secadora de pelo producida en México le estás exigiendo un mayor porcentaje de productos manufacturados en Norteamérica.

—¿Jesús Seade ayuda a convencer a los inversionistas extranjeros para que vengan a México?

—Es algo que me gusta mucho, pero no es mi función, sino de la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, quien tiene una política industrial muy activa y está en contacto con los empresarios, las empresas y las compañías para ver cuáles son las oportunidades.

Jesús Seade Kuri, negociador del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), asegura que defender los intereses comerciales de su patria fue lo que motivó dejar vida, familia y trabajo en Hong Kong.

“Me vine a México por la patria y por la patria sacrifique más de 80 por ciento de mi ingreso, porque en Hong Kong los costos son altísimos y los sueldos son para pagar”, cuenta el hombre, quien fue invitado por Andrés Manuel López Obrador a regresar a defender los intereses comerciales del país.

El subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha vivido en varios países del mundo, pero nunca hizo una amistad tan profunda como cuando con vivía con su familia en China.

Los chinos son personas de mucho corazón, leales y parecidos a los mexicanos, señala el funcionario, quien todos los días ve desde el piso 18 de la torre de la Cancillería la Alameda Central y el Museo Franz Mayer.

En su oficina, el economista tiene una figura de peluche de Andrés Manuel López Obrador para romper con la fría foto presidencial, un mapa de América del Norte con unos puntos marcados en rojo, cómodos sillones y en las paredes obras del pintor mexicano Vicente Rojo.

Hace dos años, por estas fechas, Jesús Seade ya sabía que volvería a México si López Obrador ganaba la elección. Así fue y dejó su vida en Asia.

“No hay país en el mundo más loco para comer lo que sea como China y México. Aquí comemos escamoles y allá no sé qué tantas cosas raras. Comemos unas cositas muy loquitas y los chinos también”, platica a El Sol de México .

Hay dos cosas en común en China y México: una es el carrito del “hay camooooootes”, que se ve mucho al norte del país asiático y la piñata, recuerda con cierto entusiasmo-. “No me gusta que es gente muy acelerada y muy ambiciosa”.

El economista recuerda los 22 capítulos del TLCAN negociados por Ildefonso Guajardo Villarreal, el exsecretario de Economía, pero faltaban los más difíciles.

Al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador no le había gustado cómo había sido negociado el capítulo del sector energético, estaban pendientes de discusión la solución de diferencias, comercio electrónico, cuestiones fiscales e impuestos de minimis y las llamadas “píldoras venenosas”.

—¿La negociación del TLCAN de Ildefonso Guajardo estaba bien hecha?

—Estaba muy atrasada y había muchas cosas que no me gustaban. Una o dos (cosas) que logramos cambiar y una o dos que cambiaron al segundo año, con la ayuda de los demócratas (en Estados Unidos). Cuando llegué (como negociador) todo estaba atorado, no se movía nada. Yo llegué muy tranquilo y cuatro semanas después seguía sin moverse y casi tuve que hacer un golpe de Estado.

—¿Hubo golpe de Estado?

—Sí lo di en el buen sentido, pero contábamos con siete semanas desde el triunfo en las urnas del presidente López Obrador hasta la fecha en la que se tenía que acabar, que era a finales de agosto de 2018. Semana tras semana eran puros gritos entre Ildefonso Guajardo y Robert Lighthizer, porque no se avanzaba en la negociación. Había varios temas que eran muy horrorosos, como la cláusula de extinción (Sunset) y aranceles estacionales.

—¿Las aranceles eran para afectar al sector agrícola mexicano?

—A todo el sector agrícola. Cuando llegó Donald Trump a la Casa Blanca dijo que se iba a retirar del tratado y luego cambió de parecer ¿Por qué cambió?

—¿Porque el aguacate y el tequila les saldría caro?

—No. Donald Trump no tenía el poder para salirse del TLCAN, porque las leyes le pertenecen al Congreso. Hubiera sido un pantanal horrible si se quiere salir del Tratado, porque el Congreso hubiera dicho que no. Después, el presidente de Estados Unidos estaba proponiendo una cláusula de extinción a los cinco años de entrar en vigor el Tratado, para que se acabara, a menos que los tres países quisieran continuar. Entonces era una píldora venenosa.

— ¿La propuesta de Donald Trump era un balazo en el pie?

—Era algo mortal para nosotros y le dimos la vuelta. Entonces quedó al revés, hay que firmar para que dejes salir.

—¿Jesús Seade fue el único que estuvo negociando el TLCAN?

—Con Ildefonso Guajardo se estaban negociando todos los 31 capítulos del Tratado, entonces tenían negociadores y un grupo técnico del sector textil, agrícola y antidumping. Eso ya se cerró con mi participación al final del gobierno de Enrique Peña Nieto.

—¿Fueron casi 18 meses de mucho trabajo para Jesús Seade?

—No tanto.

—Ildefonso Guajardo dijo que sus asesores estaban a punto del divorcio por el TLCAN ¿Le sucedió algo parecido?

—Yo estuve a prueba, porque desde que me invitó el Presidente me vine a México y dejé mi familia en Hong Kong. Afortunadamente estamos en la era del internet y hablar por teléfono ya no sale tan caro, o sea todas las mañanas y las noches hablo con mi familia.

—¿Para Jesús Seade primero fue la patria o su familia?

—Me vine a México por la patria y por la patria sacrifique más de 80 por ciento de mi ingreso, porque en Hong Kong los costos son altísimos y los sueldos son para pagar: no es que la gente viva tan bien, pero todo es más caro. Me vine a México y sigo pagando los costos de Hong Kong con sueldos de la Cuarta Transformación. Me estoy endeudando y con un apretón (de cinturón) terrible, así como la familia, ya no tiene paseos desde hace año y medio.

—¿Regresará a Hong Kong o se dedicará al servicio público en México?

—Ahora estoy contento con el Presidente y con mi trabajo sirviendo a mi país. El encargo principal que me dio el Presidente fue renegociar el TLCAN y ser subsecretario de América del Norte, en donde me ocupo de temas como la migración, inseguridad, de los apoyos de gobierno y de los consulados.

—El Presidente de la República dice que es el mejor economista, porque ayudó a sacar adelante el T-MEC.

—No me toca decirlo, pero sí he tenido el gusto de hacer carrera muy fuerte como economista en el extranjero. Hay gente que dice eso y son muy amables, pero yo estoy aquí no como economista, sino como negociador.

—¿Jesús Seade lloró el día que Andrés Manuel López Obrador habló sobre el buen trabajo de negociación del T-MEC?

—No mucha gente me lo ha dicho, pero mi hermano me lo dijo y sí fue muy emotivo cómo habló el Presidente de la República. Además, con tanta carga y desde el 4 hasta el 10 de febrero de 2020 fueron días de una tensión horrible y había sido una semana de estar al cuello.

—Gustavo Hoyos dijo que el T-MEC había entregado la mitad del país, como pasó en el gobierno de Antonio López de Santa Anna.

—La negociación salió bien para México, no cedió nada y el resultado fue muy bueno para México. La negociación con Ildefonso Guajardo nos dio un Tratado bueno para México y la revisión de 2019 la mejoró mucho, así como las dos cosas que no me gustaban de la negociación de 2018, se corrigieron. Todo tratado de libre comercio necesita de paneles para solucionar diferencias o controversias: México con Europa lo tiene y el TLCAN lo tuvo, pero nunca entró en vigor.

Estados Unidos nunca nombró panelistas, entonces esa cosa de bloqueo era la mayor frustración del TLCAN. Y le puedes preguntar a los negociadores de hace 25 años, porque lo peor que nos salió es que no hubo paneles: por eso tuvimos (a los productores de) aguacate, atún, tomate y otros sectores yendo a decir 'por favor' a Estados Unidos.

—¿El sector atunero y tomatero siguen desprotegidos todavía?

—Nos dan un golpe y no teníamos forma de demandarlos, si no era pedir ´por favor ya no nos hagan eso'. Lo normal es que tienes un panel y si te hacen una medida ilegal convocas a los jueces o jurado para definir la controversia. En la negociación con Ildefonso Guajardo la prioridad era corregir eso y no se pudo, porque Estados Unidos estaba totalmente en contra.

—¿El T-MEC cómo se refleja en el mediano plazo para México?

—Su principal característica a nivel económico es que las reglas de origen se hacen más duras, es decir las condiciones de una corbata para que la puedas exportar de México a Estados Unidos libre de impuestos. Una de las condiciones es que esté hecha en Norteamérica.

Las reglas de origen en todos los sectores manufactureros se hacen más duras, quiere decir que se hace más difícil traer partes, diseño o componentes de Corea del Sur, Japón o Alemania para un producto fabricado en México. Al coche, a la televisión o a la secadora de pelo producida en México le estás exigiendo un mayor porcentaje de productos manufacturados en Norteamérica.

—¿Jesús Seade ayuda a convencer a los inversionistas extranjeros para que vengan a México?

—Es algo que me gusta mucho, pero no es mi función, sino de la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín, quien tiene una política industrial muy activa y está en contacto con los empresarios, las empresas y las compañías para ver cuáles son las oportunidades.

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