Si bien la implementación de una reducción de impuestos adicional para Petróleos Mexicanos (Pemex), anunciada el pasado 24 de mayo, es un paso más en la dirección correcta, es insuficiente para estabilizar la calidad crediticia de la empresa, estimó Fitch Ratings.
La calificadora apuntó que las medidas fiscales aprobadas representarían una reducción adicional de 1.1 mil millones de dólares o el equivalente a 3.7 por ciento de las transferencias totales de 2018 al gobierno de México.
Cuando se agregan a la cantidad anunciada en 2017 de aproximadamente 400 millones de dólares, solo ayudarán moderadamente a la compañía a reducir su carga fiscal, argumentó en un reporte.
La medida nueva solo es aplicable para 2019, ya que Pemex y el gobierno exploran soluciones más permanentes para la carga fiscal alta de la empresa, señaló.
Fitch consideró que Pemex necesitaría que sus impuestos se redujeran en no menos de 50 por ciento para que la empresa pueda retener suficiente flujo de efectivo interno e invertir en su negocio principal o para pagar deuda.
Se espera que el apoyo total del gobierno para Pemex para 2019 ascienda a aproximadamente 5.5 mil millones de dólares que incluyen esta última reducción de impuestos, las exenciones fiscales anunciadas anteriormente, una inyección de capital y la amortización anticipada de los bonos del gobierno otorgados para pagos de pensiones.
Estas estimaciones asumen que Pemex es capaz de aprovechar este año las reducciones de impuestos implementadas en enero sobre 5.0 por ciento de su producción, abundó la agencia evaluadora de riesgo crediticio.
Tras compensar estas contribuciones de las inversiones en refinación de 50 mil millones de pesos proyectadas para la refinería nueva en 2019, refirió que estas medidas equivalen a aproximadamente una reducción de impuestos de 10 por ciento o dos mil 900 millones de dólares, que se comparan desfavorablemente con unos 27 mil millones de dólares de transferencias al gobierno durante 2018.
Fitch estimó que si Pemex estuviera invirtiendo a un nivel suficiente para estabilizar su producción y reponer las reservas, su déficit de flujo de efectivo sería de entre 12 mil millones a 17 mil millones de dólares.
El pasado viernes 24 de mayo, México firmó un decreto para aumentar los límites de costos que determinan la cantidad de gastos e inversiones que un campo puede deducir de los ingresos gravables para una producción total de líquidos que no exceda de los 250 mil barriles por día.
Aunque la tasa impositiva calculada por el gobierno no cambia en los campos de petróleo y gas elegibles, la calificadora anticipó que los impuestos reales pagados caerán debido a un aumento en el límite de costo permitido de 35 por ciento desde 12.5 por ciento para aguas someras y de 40 por ciento para producción en campos terrestres.
La calificadora internacional comentó que el límite de costo más alto solo puede aplicarse a la producción que es rentable antes de impuestos, pero que genera pérdidas para Pemex bajo el régimen fiscal actual.
Este esquema incluye lo que se le entregó a la compañía en agosto de 2017 para una producción nominal de líquidos que exceda los 150 mil barriles por día, abundó.
En enero de 2019, Fitch bajó las calificaciones en escala nacional de largo plazo de Pemex a 'AA(mex)' desde 'AAA(mex)' y en escala internacional a 'BBB-' de 'BBB+'. Fitch mantuvo la perspectiva en “Negativa”.