La calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) dependerá de los datos que muestre la compañía en sus resultados luego de que se convierta en empresa pública, y no de los planes o promesas del gobierno, aseguró la calificadora Fitch Ratings.
A inicios de octubre, la firma publicó una nota en la que expuso tres escenarios para la petrolera. En uno de ellos plantea que la calificación de Pemex puede mejorar, sin embargo, esto dependerá de diversos factores.
“En este momento es difícil verlo. Pueden decir que se va a producir tanto, que va a ser más rentable, pero hasta que nosotros no veamos una tendencia tangible en los estados financieros de la empresa no podemos tomar una acción de rating positiva, basados simplemente en planes y promesas”, dijo Adriana Eraso, directora de Corporativos de Latinoamérica de Fitch Ratings.
En entrevista con El Sol de México, la especialista sostuvo que una mejora en la calificación dependerá enteramente de cómo cambien las cosas en la empresa, las mejoras en su operación y principalmente cuál será el impacto en términos de flujo de efectivo, de coberturas, de endeudamiento y de rentabilidad.
En diciembre del año pasado, Fitch Ratings mantuvo a Pemex con una calificación de ‘B+’ en el incumplimiento a largo plazo, es decir, en grado especulativo, sin embargo, mejoró su perspectiva al pasarla de negativa a estable, derivado del apoyo del gobierno federal a la petrolera reflejado en el presupuesto para este año.
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Hace unos días, la agencia de riesgo crediticio consideró que si se dan garantías para la deuda de Pemex por más de 75 por ciento de sus pasivos totales, su nota podría subir hasta ‘BBB-’, es decir, regresar al grado de inversión.
Eraso dijo que lo anterior es un escenario bastante remoto que dependerá de las leyes secundarias que vengan tras la reforma que regresó a las empresas productivas del Estado a ser empresas públicas, y de cómo se ejecuten y se pongan en práctica para que puedan darle a Pemex otro tipo de acceso a fondeo y a operaciones.
La semana pasada, el Congreso aprobó cambios a la Constitución para que Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sean consideradas nuevamente como empresas públicas del Estado, con el fin de que eviten competir en igualdad de condiciones con empresas privadas.
“De inmediato echarla para atrás (la reforma de 2013) no va a tener un efecto muy tangible. A partir de este cambio va a haber leyes secundarias que van a ser las que se apliquen en el día a día y de forma más práctica. Cuando tengamos una visión de lo que estas leyes van a reflejar en términos de habilidad de Pemex para acceder al mercado capital y al fondeo directamente del gobierno, ahí podremos entrar a hacer una revisión de factores de vínculo entre el corporativo con el soberano y si puede haber o no fundamentos para hacer un cambio de rating”, explicó la analista de Fitch Ratings.
Eraso añadió que en el caso de que el gobierno asuma la deuda de Pemex, que al cierre del segundo trimestre sumaba 1.8 billones de pesos, eso no tendrá un impacto sobre la calificación crediticia de México debido a que se trata de una deuda contingente que está contemplada dentro de la de la nota actual del soberano.
No obstante, la especialista dijo que se ve complicado el panorama para Pemex si las cosas siguen como se han dado para la empresa, con menor producción y, ahora, con recortes a su gasto.
La semana pasada, este diario dio a conocer que la dirección general de Pemex Exploración y Producción recortará su gasto para el último trimestre del año en cerca de 26 mil 800 millones de pesos, lo que tendrá impacto tanto en su producción como en el pago a proveedores.
“(Este recorte al gasto) puede tener implicaciones en el desempeño financiero de la empresa”, dijo la analista.
Recordó que el perfil crediticio individual de la compañía está calificado en ‘CCC-‘, “no puede empeorar más”.
En el caso de la CFE, Fitch Ratings también esperará a que se aprueben las leyes secundarias tras la reforma para plantear un escenario para la empresa.
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Velia Valdés, directora asociada de Corporativos de Latinoamérica para la calificadora, destacó que el hecho de convertirla en empresa pública va a fortalecer el vínculo que tiene con el gobierno, lo que podría incrementar la puntuación de la CFE que actualmente está en ‘BBB-‘, es decir, el último escalón dentro del grado de inversión.
Coincidió en que el gobierno debería garantizar 75 por ciento de la deuda de CFE para mejorar la perspectiva de la empresa, sin embargo, las analistas dejaron ver que esto puede implicar un riesgo para la nota soberana del país, la cual es de ‘BBB-’ con perspectiva estable.