La agencia calificadora Fitch Ratings ratificó la calificación de la deuda soberana de México en un nivel de ‘BBB-’, con perspectiva estable, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Según la dependencia, la decisión de Fitch Ratings está en línea con las ratificaciones de otras agencias como Moody’s, HR Ratings, JCR, DBRS y KBRA.
“Los resultados se lograron sin elevar impuestos ni contraer el gasto, manteniendo los ingresos tributarios en 0.8 por ciento reales en 2020, pese a la caída económica y contrario a otras crisis. La ratificación preserva el #acceso favorable a los #mercados nacionales e internacionales”, comentó Gabriel Yorio González, subsecretario de Hacienda.
Las agencias calificadoras o calificadoras de riesgo son entidades privadas que evalúan la solvencia económica de empresas, privadas o públicas; de estados, municipios, el gobierno o de instituciones bancarias y de seguros.
Para ello, otorgan una calificación que demuestra qué tan buen pagador es la persona, empresa o país que está adquiriendo la deuda, y funciona como referencia en estándares internacionales para atraer o no más inversionistas.
De acuerdo con el análisis de Fitch Ratings, la calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica “coherente”, finanzas externas estables y sólidas, así como por el nivel de la deuda pública.
No obstante, señaló que la calificación está limitada por una gobernanza relativamente débil, un desempeño de crecimiento moderado a largo plazo y las implicaciones para las propias finanzas del Gobierno Federal por la estrategia para aliviar la carga fiscal de Pemex.
Políticas públicas afectan inversión y crecimiento económico de México
La agencia Fitch Ratings advirtió que si bien la recuperación económica después de la pandemia del Covid-19 provendrá, en gran parte, de Estados Unidos, las políticas públicas del gobierno pueden desalentar la inversión y con ello el potencial de crecimiento del país.
“Un patrón de intervención del gobierno en los mercados y algunos organismos reguladores, junto con controvertidas propuestas de reforma, podría desalentar la inversión, ejerciendo un lastre en el potencial de crecimiento”, expuso la firma.
Ejemplo de ello, abundó, fue la propuesta de reforma a la Ley del Banco de México o las iniciativas dentro del sector energético para fortalecer a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
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“Las elecciones de mitad de período al Congreso del 6 de junio podrían cambiar el equilibrio de poder, haciendo que el partido gobernante Morena y sus aliados pierdan su mayoría de dos tercios en la cámara baja, lo que haría más difícil aprobar cambios constitucionales”, agregó.
Fitch Ratings también elevó su pronóstico de crecimiento para 2021, al pasar de 4.2 a 5 por ciento, donde los principales impulsores del repunte serán la reapertura de la economía después del Covid-19 y la demanda externa proveniente de Estados Unidos.