El delito de fraude en México le costó a las empresas del país 1.96 por ciento de sus ingresos durante 2019.
Según el estudio El Verdadero Costo del Fraude 2019, de LexisNexis, los comerciantes mexicanos pagaron 3.55 veces más el monto de cada acción fraudulenta en comparación con 2018.
El costo del fraude incluye pérdidas relacionadas con el valor nominal de la transacción por el cual las empresas son responsables, más los honorarios e intereses incurridos, multas y honorarios legales, costos laborales y de investigación y gastos de recuperación externa.
Según el reporte, en las empresas de servicios financieros es donde más se incrementaron los fraudes en 2019, seguidas por las de comercio electrónico y las tiendas minoristas.
Entre las principales transacciones fraudulentas a las que se enfrentaron las empresas mexicanas el año pasado están solicitudes de reembolso de cheques sin fondos, mercancías robadas, toma de control de una cuenta por personas no autorizadas, y uso de sus cuentas para el lavado de dinero.
El documento advierte que los canales en línea son el área más común donde puede ocurrir fraude, seguidos por los dispositivos móviles y el robo en persona.
“En 2019, 37 por ciento del fraude ocurrió en línea, 29 por ciento en persona, 25 por ciento a través de dispositivos móviles, 14 por ciento por teléfono y 12 por ciento por correo electrónico”, reporta.
En ese sentido, el documento de LexisNexis destaca que las empresas mexicanas en general no están equipadas en su totalidad para abordar estafas, ya que carecen de las herramientas adecuadas para rastrear transacciones fraudulentas.
Debido a ello, dice, México ocupa el segundo lugar en América Latina como el principal objetivo entre los atacantes cibernético, solo después de Brasil.
Finalmente, el estudio refiere que el fraude de identidad representa más de un tercio de las pérdidas por este delito de estafa en el país.