En el marco de la cumbre en Roma que se realizó este sábado, los líderes del G20 confirmaron una histórica reforma fiscal global, que gravaría a las grandes empresas con 15% de impuesto, aunque las miradas están puestas en el posicionamiento de las principales economías del mundo sobre la lucha contra el cambio climático en vísperas de la COP26 en Glasgow.
El G20 aprobó "un acuerdo histórico sobre las nuevas reglas fiscales internacionales, incluyendo un impuesto mínimo mundial que podrá fin a la perjudicial carrera a la baja en el impuesto de sociedades", festejó la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, en un comunicado.
El nuevo acuerdo, que se daba por aprobado después de que 136 países respaldaran a principios de octubre la negociación realizada bajo el cobijo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es el último anuncio que se ha realizado en la cumbre.
Los dirigentes de las 20 principales economías aprovecharon su primera cumbre cara a cara desde Osaka en 2019 para reuniones en paralelo como las mantenidas por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, en plena renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fernández lanzó una ofensiva diplomática con conversaciones con líderes de Alemania, Francia, España –país invitado– y la Unión Europea (UE), antes de reunirse en la tarde con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en la embajada argentina de la Ciudad Eterna.
"Buen encuentro (...) para avanzar en negociaciones que nos permitan salir del lugar social y económicamente insostenible en donde el gobierno que me precedió dejó" a Argentina, escribió en Twitter sin más detalles el mandatario, cuyo país renegocia una deuda de 44 mil millones de dólares.
Activistas medioambientales presionan al G20
Aunque la lucha contra el cambio climático está formalmente en la agenda del domingo, esta cuestión protagoniza la cumbre, mientras la presión aumenta para que los dirigentes de las 20 naciones responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero envíen una señal fuerte.
"Pedimos a los líderes del G20 que dejen de jugar entre ellos y escuchen finalmente al pueblo y actúen a favor del clima como la ciencia reclama desde hace años", declaró a la AFP Simone Ficicchia, de 19 años, activista de Fridays for Future.
Este movimiento, iniciado por la activista sueca Greta Thunberg, organizó junto a otros movimientos de izquierda una manifestación en la que participaron unas 5 mil personas en el centro de Roma, según la policía, bajo la atenta mirada de las fuerzas del orden.
Sin embargo, en "La Nube", el ultramoderno Centro de Congresos construido en un barrio ideado por el dictador Benito Mussolini en la primera mitad del siglo XX, no se esperan grandes progresos en los temas de la reunión de líderes, que también incluyen la lucha contra el Covid-19.
Algunos elementos sobre clima en la declaración final "todavía se están negociando", aseguró un alto funcionario estadounidense. Durante la cena de gala en el Palacio del Quirinale, el presidente italiano, Sergio Mattarella, les urgió a no mirar hacia otro lado.
"No debemos dejar a los que vendrán después de nosotros un planeta sumido en conflictos, cuyos recursos han sido malgastados", les dijo Mattarella, quien llamó a lograr un "avance decisivo". "Los ojos de miles de millones de personas (...) están puestos en nosotros", agregó.
Las negociaciones aparecen aún más complicadas, ya que algunos dirigentes participaron por videoconferencia, como los presidentes mexicano, Andrés Manuel López Obrador, chino, Xi Jinping, y ruso, Vladimir Putin, así como el primer ministro japonés, Fumio Kishida.
"Moralmente inaceptable"
Antes de abordar los efectos, tanto humanos como económicos de la pandemia, los líderes quisieron rendir un homenaje al personal médico y de urgencias que estuvo en la primera línea en la lucha contra el Covid-19, invitándolos a la tradicional foto de familia.
Y, en su primera intervención, el primer ministro italiano, Mario Draghi, cuyo país ejerce la presidencia protémpore del G20, consideró "moralmente inaceptable" el diferente nivel de vacunación entre los países más y menos desarrollados.
"Creemos que le corresponde al G20 hacer esfuerzos adicionales para producir vacunas, medicamentos y tratamientos en los países en desarrollo", dijo el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante la plenaria, según el discurso publicado por su servicio de prensa.
El grupo de los 20 expresó su apoyo al objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de lograr un 40% de la población vacunada contra el SARS-CoV-2 en 2021 y de un 70% para mitad de 2022, pero las oenegés esperan compromisos concretos de los líderes para ayudar a los países pobres.
Tanto Xi como Putin pidieron por su parte a los líderes del G20 un "reconocimiento mutuo" de las vacunas producidas en sus respectivos países, según sus discursos retransmitidos por sendas televisiones estatales. "Todos los países que lo necesitan no pueden acceder a las vacunas" anticovid, aseguró el ruso.
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Tras una jornada previa el viernes marcada por la diplomacia del papa Francisco, las reuniones paralelas continuaron este sábado, entre ellas una dedicada a la reactivación del acuerdo nuclear con Irán en la que participaron los dirigentes de Francia, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos.
En una declaración conjunta, los mandatarios de estos cuatro países occidentales expresaron su "viva y creciente preocupación" por el incumplimiento del acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear iraní por Teherán, al que instaron a "cambiar de rumbo".
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