Boeing redujo el miércoles la producción de su emblemático Dreamliner y retrasó la llegada de un sucesor a su 777 mini-jumbo, sumando presiones en su equipo de alta gerencia en momentos en que la suspensión de vuelos de los 737 MAX hizo caer fuertemente las ganancias del tercer trimestre.
El mayor fabricante mundial de aviones también afirmó que estaba retrasando los planes para aumentar la producción de su lucrativa línea 737 en el área de Seattle y no alcanzará un nivel récord de 57 aviones al mes hasta finales del 2020, meses después de lo previsto.
Pese al trío de contratiempos industriales, las acciones de Boeing subían un 2,9% en las operaciones de media mañana en Wall Street ya que una estimación constante de un retorno del 737 MAX en el cuarto trimestre parecía eclipsar el lado negativo de un recorte de producción del 787, aseguró un analista.
La caída de las ganancias y nuevos contratiempos culminaron un semana tumultuosa para la compañía, ya sumida en ocho años de una crisis cada vez más profunda debido a la prohibición de vuelos de su aeronave más vendida de un solo pasillo tras accidentes mortales.
El martes, la firma destituyó al máximo ejecutivo de su crucial división de aeronaves, Kevin McAllister, en una inesperada reestructuración relacionada a la crisis del MAX que según fuentes de la industria pone al presidente ejecutivo, Dennis Muilenburg, en la línea de fuego en el caso de nuevas revelaciones o si la compañía no se recupera de la crisis.
Muilenburg perdió este mes su cargo de presidente del directorio.
"Nuestra máxima prioridad sigue siendo el regreso seguro del 737 MAX y estamos logrando avances constantes", dijo Muilenburg en un comunicado que acompañó los resultados de la empresa.
Boeing reportó una caída de 53 por ciento de sus utilidades en el tercer trimestre y registró un flujo negativo de caja de dos mil 890 millones de dólares, lo que se compara con un saldo positivo de flujo de caja de cuatro mil 100 millones de dólares registrados en el mismo periodo del año anterior.
Las ganancias operativas estructurales bajaron a 895 millones de dólares, o 1.45 dólares por acción, desde mil 890 millones de dólares, o 3.58 dólares por papel, reportados en el mismo lapso del 2018.