El gobierno de Andrés Manuel López Obrador redujo su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana en este año a un rango de 1.1 a 2.1 por ciento, con lo cual la media del intervalo se ubica en 1.6 por ciento.
Los Precriterios Económicos para 2020 enviados ayer a la Cámara de Diputados indican que este recorte en las proyecciones por parte de Hacienda desde el dos por ciento previo -que es la media del intervalo anterior que estaba entre 1.5 y 2.5 por ciento- se alinea con las proyecciones del Banco de México, economistas privados y agencias calificadoras.
A finales de febrero el Banco de México bajó su previsión de crecimiento a un rango de 1.1 a 2.1 por ciento, desde el previo de 1.7 a 2.7 por ciento.
Más recientemente, Fitch Ratings redujo su proyección del anterior 2.1 por ciento de diciembre a 1.6 por ciento, aunque el ajuste más drástico hasta ahora ha sido el de Bank of America Merrill Lynch, de dos por ciento a uno por ciento.
Ayer, la SHCP estimó también una menor expansión para 2020, al ajustar el rango de 2.1 a 3.1 por ciento a uno entre 1.4 y 2.4 por ciento.
Estas estimaciones "no consideran los efectos de la estrategia de desarrollo económico de la actual administración ni otros factores que pueden implicar un mayor crecimiento. Entre estos factores destacan: un fortalecimiento del consumo por el efecto de los programas sociales y una mayor inclusión financiera; el impulso que realizará el gobierno a la inversión privada en infraestructura y sectores estratégicos; una mayor inversión pública y un incremento de las exportaciones por la reconfiguración de las cadenas de valor globales y la posición estratégica de México", justificó Hacienda.
Para el sexenio, el gobierno de López Obrador tiene la meta de alcanzar un crecimiento promedio de cuatro por ciento.
En un análisis divulgado este lunes, Citibanamex advirtió que uno de los mayores riesgos para la economía es la "equivocada" política energética propuesta por el gobierno de López Obrador.
“Los mercados están atentos al tercer programa de apoyo a Pemex a ser anunciado en la primera quincena de abril. Las declaraciones de que se usarán los fondos de estabilización para apoyar a Pemex y evitar que salga al mercado a refinanciar su deuda este año, es un paliativo positivo en el corto plazo para esa empresa, aunque vuelve más vulnerable en el largo plazo a las finanzas públicas, pues no parece que habrá cambios sustanciales en la equivocada política energética”, detalló la institución bancaria en su Examen de la situación económica de México.
La entidad financiera advirtió que el nuevo plan de Pemex deja dudas sobre la procedencia de los recursos para aliviar el balance de deuda de la petrolera, pues si no se aplican cambios estructurales, que integran la reactivación de las asociaciones de la empresa con privados, conocidos como farm-outs, y “la suspensión de la nueva refinería para usar esos recursos en producción”, todo apoyo implica debilitar las finanzas públicas pues se usarían los fondos de estabilización para ese apoyo y se debilitaría así un seguro con el que contaba el gobierno federal ante situaciones adversas. De hecho, ello requerirá cambios legales en el Congreso, los cuales sin duda serán aprobados”, complementa.
Pero Citibanamex no es la única institución en señalar el riesgo que representa la actual política energética. Analistas consultados por el Banxico para su encuesta mensual bajaron la expectativa para el PIB de este año a 1.56 desde 1.64 por ciento y apuntaron que la inseguridad y la producción de Pemex son los principales factores que juegan en contra de la economía nacional.