Alfonso Romo, presidente del Consejo Nacional para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, pidió a Andrés Manuel López Obrador resolver la debilidad en la supervisión del sistema bancario, porque existe la posibilidad de otro Fobaproa.
Como publicó El Sol de México, el jefe de la Oficina de la Presidencia entregó el 2 de octubre al mandatario el informe Convertir al Elefante en un Caballo de Carreras, que señala riesgos para la economía.
“Una debilidad en supervisión financiera (de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) podría generar un riesgo sistémico o Fobaproa”, advierte el documento del cual tiene copia este diario.
Explica que entre los inhibidores críticos y urgentes por resolver está la reactivación de 600 proyectos energéticos estancados y 13 mil permisos rezagados en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Además, advierte que hay debilidad en la vigilancia del sector financiero, lo que podría significar otro Fobaproa.
Con la crisis de 1994 se presentaron casos de bancos cuyos accionistas no tenían capacidad de aportar recursos para capitalizarlos y hacer frente a sus obligaciones con los ahorradores.
En los casos en que la insolvencia provenía de irregularidades graves y operaciones fraudulentas, se tuvo que intervenir directamente la administración de las instituciones para sanearlas.
Si la insolvencia se debía a una administración deficiente, falta de capital o problemas agudos en la recuperación de los créditos otorgados, la CNBV buscó que los accionistas o nuevos socios aportaran más dinero a través del Programa de Capitalización y Compra de Cartera.
Cuando esto no fue posible, el Fobaproa procedió al saneamiento de las instituciones aportando el capital necesario.
En el regulador del sector, en los últimos 18 meses renunciaron de manera voluntaria más de 274 funcionarios de alto nivel como el presidente, vicepresidente, directores generales, directores adjuntos y de área, así como supervisores, de acuerdo con documentos del organismo.
Además, 60 empleados pidieron su jubilación a la CNBV durante los últimos días del gobierno de Enrique Peña y el inicio de la nueva administración.
Al final del sexenio anterior se fue el presidente de la Comisión, su secretario particular y asesores, cinco vicepresidentes, 18 directores generales, 28 directores adjuntos, 18 directores de área, 33 subdirectores de área y nueve inspectores.
Entre el 1 enero y el 25 de junio la CNBV se quedó sin cuatro vicepresidentes, 11 directores generales, 20 directores adjuntos, 38 subdirectores de área y 26 inspectores o especialistas, quienes se encargaban directamente de la supervisión de los bancos, casas de bolsa, mercado de valores y otras entidades financieras. Ninguno recibió compensación.
La renuncia de varios funcionarios de la CNBV ha retrasado algunos procesos como trámites y la supervisión del lavado de dinero en el sistema financiero, afirma Jorge Sánchez Tello, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).
Para que el sistema financiero funcione bien se necesitan reglas claras, un buen regulador financiero y tener un buen árbitro, comenta el economista por el ITAM.
“Un riesgo sistémico nunca se descarta. Es un riesgo total que puede contagiar a todo el sistema financiero en México y en un caso extremo, generar una crisis financiera. Todavía estamos muy, muy lejos de eso, porque el presidente de la CNBV, Adalberto Palma, tiene la experiencia”, afirma Sánchez Tello.
“Muchos de los supervisores que hacían la supervisión bancaria, los corrieron, se fueron o renunciaron a la CNBV por la ley de remuneraciones”, afirma Mario Alberto Di Costanzo Armenta, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
“Hay un riesgo sistémico en la función, porque no se está supervisando a las instituciones como se hacía antes”, dice.
El economista del ITAM, quien ayudaba en materia de finanzas públicas a Andrés Manuel López Obrador en 2006, afirma que México ya no aguanta otro rescate bancario.
“No creo que haya otro Fobaproa, porque se acaba el país. Lo que sí es cierto es que eso genera incentivos para que las instituciones bancarias se porten mal y más con lo que se viene, como el alza de los índices de morosidad", dijo.