La economía no registró crecimiento económico durante el segundo trimestre del año en comparación con los primeros tres meses de 2019, impactada por una contracción en la industria.
El Inegi revisó a la baja el dato preliminar del Producto Interno Bruto (PIB) que dio a conocer el 31 de julio, cuando señaló que la actividad se expandió 0.1 por ciento.
Ayer, el organismo estadístico publicó la cifra final para el PIB, donde precisó que el crecimiento fue de cero.
El resultado del sector agropecuario (-3.4%) y del consumo (+0.2%) se mantuvo sin cambios en relación con el reporte preliminar, pero el Inegi corrigió el dato de la actividad industrial, al señalar una contracción de 0.2 por ciento, cuando el reporte anterior la ubicó en cero.
Con este ajuste, la economía mexicana presenta un crecimiento acumulado de 0.2 por ciento en los primeros seis meses del año, lo que representa su peor dato desde la crisis de 2008-2009.
Este dato está muy lejos del objetivo para este año del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ayer por la mañana insistió en que el país cerrará 2019 con una tasa de crecimiento de dos por ciento.
Durante su conferencia de prensa matutina, que se realizó en Tabasco, insistió en que a su gobierno le preocupa más el desarrollo que el crecimiento económico y reiteró que el país va bien.
Además de mantener su pronóstico de crecimiento, el Presidente aseguró que no modificará su política económica.
“Son otros parámetros de medición, voy a seguir insistiendo en eso. Antes tenían una metodología que se sigue aplicando para medir crecimiento, a nosotros sí nos importa el crecimiento, pero nos importa más el desarrollo porque, repito, crecer es crear riqueza y el desarrollo es crear riqueza y distribuir la riqueza.
“Crecer puede ser que beneficie a un pequeño grupo, pero ahora se está creciendo y hay más y mejor distribución del ingreso. Abajo, la gente tiene más capacidad de compra, más poder adquisitivo, la mayoría de los mexicanos, por eso no me preocupa mucho el asunto”, dijo.
GOBIERNO, RESPONSABLE
El estancamiento de la economía nacional es responsabilidad del gobierno federal, pues es el encargado de fomentar las políticas que estimulen la inversión, aseguró Enoch Castellanos, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
“Por supuesto que hay responsabilidad del gobierno federal, por eso estamos muy activos en la relación. Lo que queremos es que hayan políticas anticíclicas, que se tengan por políticas públicas que ayuden al crecimiento, restablecer la confianza y la atracción de inversiones”, dijo al llegar a su Consejo Directivo Nacional.
El miércoles pasado, López Obrador dijo que durante el segundo semestre de este año su gobierno se enfocará en cuatro ejes para catapultar la economía. El primero, dijo durante su participación en el Foro Banorte, es el fortalecimiento de los programas sociales, seguido de la promoción del desarrollo con proyectos del Estado como el Tren Maya, el Tren Transístmivo y la refinería de Dos Bocas.
Los otros dos ejes tienen que ver con la inversión privada nacional y extranjera. En ese mismo foro, el presidente admitió que el crecimiento económico es una “asignatura pendiente” de su gobierno.
PANORAMA MIXTO
Mientras que el banco Ve Por Más (BX+) estimó que durante el segundo trimestre habrá un rebote en la actividad económica, aunque será modesto, BBVA México prevé mayor debilidad al cierre del año.
Alejandro Saldaña, economista en Jefe de BX+, dijo que el rebote está condicionado a la normalización del gasto público, que incluye un paquete de 485 mil millones de pesos para estimular la economía.
En segundo término, añade, el consumo deberá mantenerse estable, con un avance en las remesas, una mayor cartera de crédito y una baja en la inflación, así como la aplicación de programas sociales.
“Esto daría estabilidad al gasto de los hogares y compensaría parcialmente efectos de la menor generación de empleos”, dice el especialista.
En sentido contrario, BBVA estimó que la caída en el déficit de cuenta corriente, es decir, la diferencia entre el dinero que entra y el que sale del país, que llegó a 1.8 por ciento en el primer semestre, impulsada principalmente por una baja en la importación de mercancías, que se destinan generalmente al consumo.
Según el banco español, la baja en el déficit de la cuenta corriente fue consecuencia de la menor actividad económica en los primeros seis meses del año.