En enero, la preparación de una salsa mexicana a base de cebolla, jitomate y chile serrano resultó 4.3 veces más cara que el año anterior, debido en gran parte a condiciones climáticas atípicas en las zonas de producción.
El incremento más significativo se registró en el precio del chile serrano, cuyo precio se elevó más de ocho veces en un año. La oferta se contrajo drásticamente dado que la producción finalizó en Jalisco y Michoacán, mientras que en Sinaloa, uno de los principales productores, el abasto se retrasó porque los cultivos fueron afectados por el exceso de humedad caudado por paso del huracán Willa, en noviembre pasado, explicó Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Personal de la Central de Abasto de la Ciudad de México indicó a este diario que los agricultores en Sinaloa informaron a los bodegueros que se había cosechado poco producto, lo que elevó el precio de la que es una de las hortalizas con mayor demanda.
En el caso de la cebolla, comerciantes de la Central de Abastos aumentaron el precio debido a una alta demanda del producto y poca oferta.
El director del GCMA refirió que este alimento concluyó su ciclo productivo y también se vio afectado por condiciones climáticas.
A esto, agregó Anaya, debe sumarse una caída en el abasto de envíos desde Guanajuato, uno de los principales productores en el país.
“Los envíos de Guanajuato, principal oferente del mercado mayorista del Valle de México, han sido menores en parte porque está concluyendo el ciclo productivo, y por otro lado, las condiciones del clima afectaron algunos cultivos”.
Para el especialista como para el personal de la Central de Abasto capitalina, para febrero ya se ven reducciones de cinco por ciento en el costo de la cebolla y en casi la mitad para el chile serrano.