La promesa de bajar los precios de los combustibles por parte de Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador es posible si se elimina el IEPS y se otorgan subsidios, señalan grupos gasolineros aunque valoran las repercusiones.
El candidato de Por México al Frente plantea revisar el esquema fiscal aplicable a los combustibles, mientras que el aspirante de Juntos Haremos Historia promete controlar los precios, si es necesario por la vía del subsidio al menos los primeros tres años de su gobierno, en tanto se construye infraestructura de refinación.
El director de operaciones comerciales y jurídicas de FullGas Energy Operation, Abraham Montoya, señaló que el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) representa entre 35% y 40% del costo del combustible, por lo que si se logra reducir ese gravamen a un nivel como en Centroamérica, por ejemplo, de entre 5.0% y 10%, bajaría significativamente. Y es que además de este gravamen se paga el Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo que implica una doble tributación.
La gerencia de relaciones externas de la compañía Shell México opinó mediante un correo electrónico que “los precios de los combustibles se definen por varios factores entre los que están el precio del crudo, los impuestos, la logística, las normas ambientales, el tipo de cambio y los costos operativos, entre otros. En la medida en las que estas variables cambien, los precios pueden subir o bajar, pero estos factores se encuentran fuera del control de los distribuidores minoristas”.
El vicepresidente de la Onexpo en el Valle de México, Fernando González Piña, indicó que la disminución en el IEPS a la gasolina sólo contiene un incremento abrupto en este combustible, pero no produce una disminución significativa. Destacó que, por ejemplo, con la actual fórmula el precio no ha bajado a 17 o 16 pesos por litro, “que es a lo que podríamos estar aspirando”.
Por ello, consideró que con mayor infraestructura los servicios podrían ajustarse en el mediano plazo.