México no cuenta con un reconocimiento del hidrógeno como generador de energía ni cuenta con planes de adopción ni incentivos para incorporar su tecnología en el país, revelaron la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ por sus siglas en alemán) y la Alianza Energética Germano-Mexicana.
Dentro de su análisis “Hidrógeno verde en México: el potencial de la transformación”, las alemanas mencionan que hasta septiembre de 2020, 19 países, que acumulan el 44 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, definieron una hora de ruta o una estrategia para aprovechar el hidrógeno como fuente de energía, sin que se tenga algo similar en el país.
“En muchos casos, las estrategias de hidrógeno se acompañan de fondos de inversión para el desarrollo de proyectos piloto y la habilitación de ecosistemas productivos”, señala el documento.
En América Latina, Chile es el país líder en el desarrollo de esta tecnología y su estrategia se publicó a finales de 2020 con algunos proyectos piloto para aplicaciones de alta demanda de energía, como la fabricación de camiones mineros y explosivos que están en fase de planificación.
En el marco mexicano el Programa Sectorial de Energía (Prodesen), que elabora la Secretaría de Energía, destaca que el Estado mexicano buscará aprovechar, de manera sostenible, todos los recursos energéticos de la nación (...) Además, “explorar el uso de otras fuentes de energía como el hidrógeno”, sin compañía de una estrategía para su desarrollo e implementación como fuente de energía.
“No hay planes de adopción ni incentivos para las tecnologías del hidrógeno. Más allá de las referencias explícitas al hidrógeno dentro de las leyes y regulaciones, el marco regulatorio mexicano ofrece posibilidades para la producción y uso de hidrógeno dentro del país, que actualmente es utilizado por los productores privados de este gas”, señala el estudio, parte del programa Apoyo a la Implementación de la Transición Energética en México (TrEM).
Sin embargo, el documento reconoce que el marco regulatorio mexicano permite la producción y uso del hidrógeno que es utilizado sólo por privados, mientras que el gobierno lo ve como un subproducto.
En México el mercado de hidrógeno consumió más de 220 mil toneladas de este gas en 2020, de los cuales 98.6 por ciento está cautivo en manos de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien lo utiliza para sus procesos de refinación y elaboración de amoniaco.
La producción de hidrógeno mercantil en México es de aproximadamente dos mil 650 toneladas de hidrógeno al año, donde la empresa Linde participa con el 55 por ciento, seguida de Air Liquide con 30 por ciento del mercado y Cryo-Infra con el resto.
El intercambio comercial se debe a transacciones privadas: 40 por ciento de las interacciones representan exportaciones a Centroamérica y El Caribe, mientras el 60 por ciento restante es importado de Estados Unidos.
GIZ y la Alianza Energética Germano-Mexicana apuntan que el país tiene un potencial de energía renovable adecuadamente distribuido, una infraestructura energética bien desarrollada que podría permitir el desarrollo del hidrógeno verde, el más limpio dentro de los distintos procesos para explotar el hidrógeno.
“Hay al menos un par de empresas internacionales que han visto el potencial de desarrollos de hidrógeno verde en México y ya están conceptualizando sus primeros proyectos piloto en el país”, señalan.
Además, apunta que universidades y centros de investigación, liderados por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), han trabajado en tecnologías y el desarrollo del hidrógeno desde la década de 1990.
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“Aquello significa que México tiene la capacidad técnica para aprovechar el desarrollo de proyectos industriales de hidrógeno verde”, se lee en su informe.