El Fondo Monetario Internacional (FMI) se sumó a las entidades que bajaron su expectativa de crecimiento económico para México, al ubicarla en 2.1 por ciento para 2019, contra una estimación previa de 2.5 por ciento, aunque se mantiene por encima del resto de las proyecciones del sector privado.
El organismo internacional presidido por Christine Lagarde comentó que la disminución en su pronóstico es consecuencia de un menor crecimiento internacional y una caída en la inversión privada esperada para este año.
La semana pasada Bank of America Merril Lynch redujo a la mitad la previsión de crecimiento para el país de dos por ciento a uno por ciento, mientras que el consenso de la última encuesta de Citibanamex estimó un repunte de 1.8 por ciento para 2019, tres décimas de punto por debajo a la expectativa del FMI.
En su informe Perspectivas de la economía mundial, el fondo mencionó que la desaceleración de México tendrá consecuencias para toda la región, pues para los próximos dos años el repunte en América Latina será 0.2 puntos menor para ubicarse en dos por ciento este año y 2.5 en 2020, aunque Venezuela también aporta al ritmo económico semilento de la zona.
“Las rebajas sólo se compensan parcialmente con una revisión al alza del pronóstico para 2019 para Brasil, donde se espera que continúe la recuperación gradual de la recesión de 2015".
El organismo internacional abundó que otro riesgo, tanto para México como para la economía del resto del mundo es la tensión comercial que generó Estados Unidos con sus vecinos y con China.
El FMI precisó que si bien México y Canadá lograron la firma de la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con la Unión Americana el pasado 30 de noviembre, el resultado final se mantiene pendiente, pues todavía tienen que ser ratificados por los congresos de los tres países.
Una situación similar ocurre con la disputa entre el país de las barras y las estrellas con China, ante la guerra comercial. Aunque la disputa está en pausa, después de que los presidentes Donald Trump y Xi Jin Ping alcanzaron un acuerdo el pasado 30 de noviembre para congelar la guerra comercial por 90 días, durante una reunión en el G20 de Buenos Aires, Argentina, las partes todavía no alcanzan un acuerdo definitivo.
“De no resolverse las diferencias y de materializarse el consiguiente aumento de las barreras arancelarias, aumentarían los costos de los bienes intermedios y de capital importados y los precios de los bienes finales para los consumidores”, advierte el FMI.
Estos problemas pueden desembocar en una desaceleración en las inversiones y moderar aún más el crecimiento, tanto a nivel nacional como regional, e incluso entre las economías en vías de desarrollo.
“Los mercados emergentes y economías en vías de desarrollo han estado sometidas a condiciones externas difíciles durante los últimos meses, en medio de tensiones comerciales, tasas de interés más altas en Estados Unidos, un dólar más caro, fugas de capital y precios volátiles del crudo”, advirtió el organismo.