El Museo de la Reforma Energética de EPN que la 4T quiere resucitar

Esta es la historia de un museo inconcluso que involucra a funcionarios y empresarios cercanos a Peña Nieto, y que aun después de su salida, sigue alimentándose con dinero público

Saúl Hernández y Enrique Hernández | El Sol de México

  · sábado 8 de agosto de 2020

Foto Iván Luna

Lo apodaron el Museo de la Reforma Energética, aunque su nombre real es Museo Nacional de Energía y Tecnología (Munet). Enrique Peña Nieto lo presentó justo a mitad de su sexenio como la obra magna que proyectaría su legado y “el proceso de modernización del sector energético en México”.

Ese día, un 8 de diciembre de 2015, el exmandatario mexicano aprovechó la inauguración de una refinería en Tula, Hidalgo, para anunciar la creación del nuevo recinto. Lo hizo flanqueado por los principales progenitores de la obra: Emilio N, entonces director de Pemex y hoy detenido por cargos de cohecho, lavado de dinero, asociación delictuosa; Enrique Ochoa Reza, ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y actualmente diputado federal del PRI; Carlos Ruiz Sacristán, presidente del Consejo de Administración de la empresa de infraestructura energética IEnova y Enrique Norten, director del despacho TEN Arquitectos y responsable del proyecto.

Carlos Ruiz Sacristán, presidente del fideicomiso del Munet, mostró los pormenores del proyecto a Enrique Peña Nieto, empresarios y funcionarios federales el 8 de diciembre de 2015. Foto: Presidencia | Cuartoscuro

Programado para abrir sus puertas a finales de 2018, el complejo que presumiría las bondades de la Reforma Energética peñista sigue en obra negra. Paradójicamente, el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador continúa inyectando recursos públicos a un museo que desde su génesis fue pensado para exaltar la reforma que el tabasqueño siempre repudió: hasta febrero de este año, la llamada 4T ya le había inyectado casi 190 millones de pesos.

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El dinero se suma a los 332 millones de pesos en recursos públicos que fluyeron en tiempos de Peña Nieto, para dar un total de 522 millones. Todo se ha entregado vía donativos de Pemex y CFE o a través del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) en la modalidad de “apoyos no recuperables”.

El dinero destinado al Munet se maneja en un fideicomiso privado presidido por Carlos Ruiz Sacristán y administrado por Grupo Financiero Banorte y la asociación civil Amigos del Museo Nacional de Energía y Tecnología.

Sumado a los recursos públicos, hasta ahora el fideicomiso del museo también reporta la entrada de 511.7 millones de pesos provenientes de la iniciativa privada. Pero sucede algo. Ni el fideicomiso ni la ONG cuentan o han contado con autorización oficial para recibir donativos, de acuerdo con la respuesta del Servicio de Administración Tributaria (SAT) a dos solicitudes de transparencia hechas por estos reporteros.

Esta es la historia de un museo inconcluso que involucra a funcionarios y empresarios cercanos a Peña Nieto, y que aun después de su salida, sigue alimentándose con dinero público.

El Museo de ensueño que no fue

El Munet se concibió como un museo de quinta generación y el más grande del mundo dedicado a la energía, símbolo de la modernidad mexicana y orgullo nacional. Supliría al antiguo Museo Tecnológico de la CFE (Mutec), ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, entre el Papalote Museo del Niño y la Feria de Chapultepec.

Con la participación de Pemex, CFE y la iniciativa privada, el proyecto prometía maravillas; sería a la vez un museo interactivo de ciencias, un instituto de enseñanza y un centro de congresos. La realidad virtual se convertiría en una de las experiencias más fascinantes para los visitantes.

El cuento de hadas no acababa ahí. Sobre los 55 mil metros cuadrados que abarca el predio se levantaría un nuevo edificio de 76 mil metros cuadrados con características bioclimáticas y diseño vanguardista, se lee en la evaluación socioeconómica del proyecto.

El museo de primer mundo contaría con 14 salas de exhibición dedicadas a las energías renovables y no renovables, cada una con un elemento icónico que quedaría grabado en la mente de los visitantes. Una plaza central —que incluiría un Terrarium— introduciría al usuario en el recorrido por cada una de las áreas.

El instituto de enseñanza tendría biblioteca física y digital, salones de clase, centro de comunicaciones, laboratorios de investigación y espacios para exposiciones de expertos. Mientras que en el centro de congresos habría un auditorio con capacidad de 700 lugares y salones de eventos para 800 personas.

La obra, proyectada a terminarse en diciembre de 2018, está lejos de ser el recinto prometido tras más de un año de retraso. Una serie de imágenes y videos tomados con dron el 22 de julio de este año, muestran que el lugar se encuentra cerrado, vacío y en obra negra; no hay personas trabajando al interior, a no ser por algunos vigilantes.

Montañas de escombros se acumulan a lo largo del terreno y el edificio del antiguo Mutec aún sigue en pie, con sus vidrios rotos y polvorientos. Del inmueble innovador, los aerogeneradores eólicos o la plaza central presumidos en el proyecto del arquitecto Enrique Norten, no hay ni rastro.

Emilio N pasaba charola a los empresarios

El jueves 9 de abril de 2015, Mariana Borrego Hoffman envió un correo electrónico a Emilio N, exdirector de Pemex, con un listado de cinco empresas candidatas a financiar el nuevo Museo Nacional de Energía y Tecnología (Munet): Mexichem, Cameron International Corporation, Cemex, Samsung y Lukoil. Bajo el asunto “MUNET”, Borrego daba instrucciones precisas a Lozoya sobre qué hacer con cada compañía.

Foto El Sol de México

El mensaje forma parte de una serie de correos electrónicos que intercambió el exdirector de Pemex, Emilio N, con Mariana Borrego Hoffman y otros personajes involucrados en la creación del Munet

Borrego Hoffman trabajó en Pemex como asesora de Emilio N cuando este dirigía la paraestatal. Su relación, sin embargo, viene desde sus padres.

La exfuncionaria es hija del exgobernador de Zacatecas y expresidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Genaro Borrego Estrada. Este experimentado político formó parte del grupo compacto más cercano al expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari, junto a Pedro Aspe Armella, José Córdoba Montoya, Luis Téllez, Emilio Gamboa Patrón y Emilio Lozoya Thalmann, padre de Emilio N.

Hasta antes de entrar a Pemex como asesora del director general, la experiencia laboral de Borrego Hoffman estaba lejos del sector energético. De acuerdo a su última declaración patrimonial, la exfuncionaria contaba con un doctorado en Historia por la Universidad Iberoamericana y sus últimos tres trabajos habían sido como jefa de Departamento en la Secretaría de Relaciones Exteriores (2002-2003), investigadora del despacho de comunicación Guerra Castellanos y Asociados (2008-2010) y supervisora en el bufete jurídico Alemán Velasco y Asociados (2011).

Los correos electrónicos revelan que la exfuncionaria apoyaba a Emilio N a generar el material necesario para convencer a las empresas privadas de donar al nuevo museo.

La 4T rediseña el museo

Una nueva versión del Museo Nacional de Energía y Tecnología (Munet), acorde con la visión de la cuatroté, estará lista en su primera hasta el primer trimestre de 2021, afirmó a este medio Carlos Puente López, director de Agua, Energía y Medio Ambiente del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).

Esta primera fase consistirá de un edificio principal con dos pisos de exposiciones permanentes, un lobby con objeto monumental de 26 metros de altura y planta baja con sala de exposiciones temporales y un auditorio, además de jardinería básica alrededor del edificio, indica una presentación entregada por Carlos Puente a El Sol de México.


Según el documento, también se prevé la finalización de un parque tecnológico y un vestíbulo que conectará el edificio principal con el parque, el cual contará con recepción, cafetería, restaurante, tienda y unas salas de enseñanza denominadas STEAM (siglas en inglés de Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics).

"Al día de hoy el avance en la construcción de la fase 1 es de 91 por ciento y la museografía va en 86 por ciento", afirma el funcionario federal.

La segunda etapa del proyecto consistirá en la construcción de un edifico administrativo, estacionamientos, jardines secundarios y una zona de trenes que aún no tienen fecha de inauguración, pues su tiempo de ejecución está sujeto a recaudación.

Museo exhibirá el fracaso de la reforma energética: CFE

El Museo Nacional de Energía y Tecnología (Munet) va porque va, indicó Luis Bravo Navarro, coordinador de Comunicación Corporativa de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En entrevista con El Sol de México, el funcionario señaló que el espíritu del museo, que antes era exaltar la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto, ahora será destacar su fracaso.

“Evidentemente el origen y el espíritu con el cual fue creado (el Munet), era destacar la Reforma Energética y sus virtudes, pues vamos a hacer exactamente lo contrario: destacar que no sirvió, que no tenía ninguna virtud (…) Creo que ahora tendrá que dar un vuelco, un giro de enorme relevancia desmintiendo o más bien exhibiendo lo perverso que era la Reforma Energética”, explicó Bravo Navarro.

El nuevo Munet, agrega el vocero de la CFE, también exhibirá la grandeza de la paraestatal y sus capacidades tecnológicas y técnicas.

Luis Bravo no quiso abundar en detalles sobre el estado actual de la obra porque se trata, argumenta él, de un fideicomiso público-privado. “Son cuestiones privadas, no estoy autorizado ni yo ni nadie para hacer público algo que es un fideicomiso privado”.

Munet no resaltará plan energético: Enrique Ochoa Reza

No era un proyecto que estuviera enfocado a la reforma energética, por el contrario el objetivo del Museo Nacional de Energía y Tecnología (Munet) tenía que ver la manera en que contribuye la energía al desarrollo económico, social y cultural de la humanidad”, señala el exdirector de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa Reza.

“En el tiempo en el que estuve dirigiendo la Comisión Federal de Electricidad, el proyecto lo respaldé, lo apoyé y lo sigo respaldando”, comenta el exsubsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía (Sener).

Foto Iván Luna

“Yo estoy a favor de que se haga ese museo en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Hace más de cuatro años que no soy director de la CFE, no sé qué haya sucedido y me imagino que te lo podrán platicar los directores subsecuentes”, dice el expresidente nacional del PRI a El Sol de México.

¿Te ordenaron desde Presidencia de la República darle prioridad a la construcción del Munet?, se le cuestiona a Enrique Ochoa Reza.

Este proyecto era un esfuerzo conjunto entre Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, el cual se decidió construir en la sede de lo que era en su momento la oficina del director general de CFE y ahí estaba el Munet. Ese espacio es propiedad de la CFE, por lo que llevó a cabo un contrato de comodato para la construcción del Museo Nacional de Energía y Tecnología. La CFE sigue siendo la propietaria del predio.

Cambian las reglas

En la última recta del peñismo, y pasado mes y medio del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en los comicios de 2018, el convenio entre Banobras y el INEEL sufrió un nuevo ajuste para darle celeridad a la obra y contar con un museo funcional a finales de año.

El 17 de agosto, Banobras aceptó que el museo se llevara a cabo en dos fases y que para la etapa uno, correspondiente a los tres primeros módulos del complejo, el Fonadin entregará la totalidad de recursos aun si el Fimunet no tenía en ese momento todos los donativos privados. Los recursos se entregaron, pero el museo jamás se terminó.



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