Si el bitcoin (BTC) fuera un país, sería la nación número 27 con el mayor consumo de energía al año, superior a lo que gastan países como Noruega, Chile o Suecia, según datos de la firma de análisis de Statista.
El alto consumo de energía de esta criptomoneda se debe a que, al ser una divisa digital, su producción no depende de la impresión de algún billete o diseño de una moneda y se utilizan grandes computadoras y procesadores para dar soporte a sus transacciones, explica David Yao, director de operaciones de Binance en México.
El directivo de la firma, la cual se dedica a la compra venta de criptomonedas a nivel mundial, comentó en entrevista con El Sol de México que la contaminación ambiental de estas divisas es un tema que siempre ha estado en discusión, casi desde su origen en 2009.
Aquellos años, característicos por la crisis financiera de las hipotecas en Estados Unidos, vieron surgir al BTC como un activo contra la inflación o para proteger el dinero de sus compradores. En medio del mundo digital y los mercados marcados por la incertidumbre, nació una divisa para realizar compras e inversiones en todo el mundo.
En un inicio, se acusó que el BTC servía como una moneda de cambio para delincuentes cibernéticos, pues era muy difícil de rastrear y pocos tenían acceso a ella. Sin embargo, con el paso de los años, aunado a los intereses de gobiernos mundiales, se crearon canales para tener un mayor control sobre las operaciones realizadas en esta criptomoneda.
Pero para los inversionistas este no era el gran debate o problema. Ellos estaban ocupados en torno al consumo de energía y contaminación que causaba la moneda en sus principales países productores, como China.
La información de Statista revela que el consumo anual del BTC es de 143 terawatts por hora (TWh). Este monto queda por encima de los cinco TWh consumidos por Facebook o de los 12 TWh que necesita Google para trabajar en 12 meses.
Toda la energía que consume la producción del BTC puede abastecer por 26 años a todas las teteras utilizadas para hervir agua en Reino Unido o por un lapso de casi cuatro años a todas las teteras de Europa, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Cambridge.
De hecho, la institución asegura que la energía de esta criptomoneda podría satisfacer sus necesidades energéticas hasta por 661 años. En 2016, según la Universidad de Cambridge, el consumo anual de energía del BTC no superaba los 4 TWh.
El impacto ambiental en México por la generación eléctrica del BTC es mínimo, puesto que no todos sus productores están en el país, según David Yao.
Elon Musk: ¿héroe o amenaza?
Al menos cuatro de cada 10 personas quieren utilizar las criptomonedas para realizar un pago en su vida, reveló un estudio de Mastercard.
El interés por usar este tipo de pagos surgió a raíz de la pandemia, que también dejó nuevas enseñanzas en materia de pagos sin contacto para evitar contagios de Covid-19, explicó Irina Valassi, vicepresidenta de Producto para Mastercard México.
“Ya hay lugares donde se aceptan criptomonedas como un método de pago para cualquier compra. Una vez más el consumidor se vuelve dueño de su experiencia, y nosotros tenemos la responsabilidad de entregarles seguridad de una manera simple, sencilla y omnicanal”, resaltó la directiva en entrevista con este diario.
En 2020, mientras el mundo entró en confinamiento por la crisis sanitaria, los consumidores cambiaron sus hábitos de compra a favor de los pagos sin contacto y las compras en línea, de acuerdo con la compañía.
Según un estudio de la firma titulado Nuevo índice de pagos, realizado en 18 mercados de todo el mundo, nueve de cada 10 personas están dispuestas a usar un método de pago emergente, como biométricos, códigos QR, entre otros.
Actualmente, este tipo de monedas digitales se utilizan en diversos países para llevar a cabo todo tipo de transacciones, gracias a sus niveles de seguridad que evitan falsificar operaciones, además de que no sufre la volatilidad de la inflación.
Y fue justamente en la época del Gran Confinamiento, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) nombró a la crisis provocada por el coronavirus, que las criptomonedas, principalmente el BTC, tomó mayor relevancia.
La tendencia hacia el uso de estos activos se debe en gran parte a Elon Musk, director y fundador de Tesla, quien hasta hace unos meses apoyaba libremente en Twitter el uso del BTC.
A finales de enero, el BTC tocó un crecimiento histórico de 14 por ciento en un día, cotizando por arriba de 38 mil 400 dólares. La criptomoneda escaló a este valor luego de que el magnate escribió “bitcoin” en su biografía de Twitter, causando furor entre los internautas.
Semanas después, Musk dijo que Tesla aceptaría al BTC como una moneda de cambio para comprar algún vehículo en la compañía, pionera en la fabricación de autos eléctricos que funcionan con energía solar y otros medios renovables.
Esto bastó como una señal para el mercado de que, finalmente, las criptomonedas serían tomadas en cuenta dentro del sistema financiero tradicional. Así, el valor de la divisa rebasó 50 mil dólares.
“Lo que hizo fue inflar el precio de un activo y hacer que todo el mundo invierta en criptomonedas, una práctica común en Wall Street; es un truco viejo para los inversionistas que ya tienen muchos años operando en los mercados financieros”, resaltó en entrevista con El Sol de México, Miguel Orea, director y cofundador de Aurea Capital Markets.
El gusto duró poco entre los usuarios de criptomonedas e Elon Musk, porque recientemente dijo que Tesla ya no aceptaría estos activos debido al alto consumo de energía y la contaminación que esto implica.
Para Miguel Orea la decisión se trató de una mera alineación de negocios y objetivos, porque resultaba “ilógico” producir autos con energías verdes y aceptar monedas “contaminantes” para el mundo.
Como era de esperarse, el BTC se desinfló en cuestión de horas y regresó a sus niveles de inicios de año, cerca de los 34 mil dólares. Hasta este 5 de junio, su valor aproximado es de 37 mil 800 dólares por unidad.
El enojo de la comunidad llegó a tal grado de crear la criptomoneda StopElon, bajo la premisa de cobrar venganza y frenar el boom financiero de Musk en lo que va de 2021.
“¿Por qué necesitamos parar a Elon Musk? Es infame por manipular irresponsablemente el mercado de criptomonedas con su cuenta de Twitter. Hace poco lo hizo de nuevo, causando un colapso masivo a través de todas las fronteras cuando tuiteó que Tesla dejará de aceptar Bitcoin como pago”, se lee en el sitio web del movimiento denominado bajo el mismo nombre.
“Está jugando con la cartera de la gente como dulces, como el multimillonario narcisista que es y siempre será”, añade el sitio.
INICIATIVAS VERDES
Los especialistas de Binance México y Aurea Capital Markets consideran que, si bien el debate de la contaminación de las criptomonedas siempre estuvo presente, en los últimos años se han creado divisas que consumen energías renovables y que también están alineadas a objetivos sustentables.
Esto último también ha cobrado relevancia durante la pandemia. Los inversionistas globales cada vez están más interesados en invertir en empresas que se preocupen por el medio ambiente o que tengan proyectos de impacto social.
“El ánimo de estas inversiones también está presente en las criptomonedas y día a día surgen más iniciativas”, añade David Yao. Muestra de ello, precisó, es Binance Smart Chain, un espacio de producción y transacción para criptomonedas con bajos niveles de consumo energético o creadas con energías verdes.
Los ahorros para empresas o usuarios son de hasta 100 veces menos que una plataforma tradicional y se espera que en el corto plazo siga ampliando su base de clientes a nivel mundial.
“Se le conoce como la blockchain verde, porque siguen volteando a ver proyectos que no dejen huella en el medio ambiente. Se construyó para hacer que las comisiones de transacción fueran más baratas y pudieran ser más rápidas con un menor consumo de energía”, destacó.
Sin embargo, para Miguel Orea la idea de tener una criptomoneda verde va más allá de que pueda producirse con energía solar, eólica o hidroeléctrica. Él piensa que si esta moneda puede ser posible en el corto plazo, empresas y comercios de todo el mundo podrían aceptarla como un método de pago oficial.
Esto no sólo tendría un impacto en la economía de un país o sector en específico, sino que también contribuiría a la inclusión financiera, señala el directivo.
“Sería como dar un salto cuántico. Si retrocedemos miles de años, anteriormente los animales eran usados como moneda de cambio en distintas economías; así pasó el tiempo hasta que llegamos al oro y otros metales, pero todo requirió de esfuerzo e inversión”, comentó.
¿México podría tener su propia cripto?
La semana pasada, en conferencia de prensa, Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México (Banxico), dijo que la institución está recabando información a nivel internacional y consultando con los actores del sistema financiero la posibilidad de tener una moneda digital.
“Sí es un tema que ocupa al Banco de México; es un tema de gran interés de toda la Junta de Gobierno y estamos haciendo una inmersión profunda en la esencia de este tipo de monedas digitales”, aseguró.
Para el banquero central, el país cuenta con una posición “inmejorable” respecto a otras economías avanzadas, puesto que existe el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), que permite a las personas hacer transferencias entre bancos o pagos en comercios.
“Estaremos haciendo esta reflexión. No adelanto algún tipo de decisión al respecto, pero en cuanto haya algo, haremos de conocimiento público”, concluyó.
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