El año pasado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) destinó 191 mil 336 millones de pesos al pago de salarios, prestaciones sociales y beneficios para 91 mil trabajadores sindicalizados.
Del total, 120 mil 789 millones de pesos a pagar los beneficios sindicales a sus empleados, lo que representó 3.3 veces más que el año previo.
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Este costo, reportado por la empresa que lidera Manuel Bartlett Díaz en su Estado Financiero del año pasado, representó 26.46 por ciento del presupuesto que le asignaron a la compañía, incluso cuando casi uno de cada cinco empleados trabajó desde casa por la pandemia.
Además, este es el segundo costo más alto que tiene la CFE, sólo por debajo de los 158 mil 323 millones de pesos que gastó en el combustible para echar a andar sus plantas de generación eléctrica.
De acuerdo con el Contrato Colectivo de Trabajo de la compañía, que fue renovado el año pasado, los 91 mil trabajadores sindicalizados de la empresa productiva del Estado tienen derecho a recibir aportaciones en 15 mil becas para sus hijos desde la secundaria hasta la universidad, que van de 608 a 695 pesos mensuales.
El contrato también suma premios por asistencia y puntualidad, entrega de ropa y calzado, energía eléctrica gratuita para sus hogares, así como el reembolso por cambio de residencia.
Los beneficios incluyen fondo de habitación, servicios sociales, cajas de ahorro, beneficios en servicio de bibliotecas, ayuda para el transporte, despensa y hasta estímulos de fomento al deporte, entre otras prestaciones.
A los 120 mil 789 millones de pesos que gastó la CFE en beneficios de los empleados, hay que sumar 70 mil 547 millones de pesos que ejerció la compañía por el concepto de sueldos y prestaciones sociales.
En septiembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que los trabajadores de Pemex y la CFE están “ayudando muchísimo” en el rescate de ambas empresas, por lo que instruyó a Manuel Bartlett, director general de la CFE, a mejorar las prestaciones de los trabajadores, lo que incluye el regreso al sistema anterior de jubilación.
El cambio implica la reducción de cinco años de trabajo y 10 en la edad de jubilación, por lo que ahora se pueden retirar con 25 años de servicio y 55 años de edad.