El balance financiero de Petróleos Mexicanos al cierre de 2018 arrojó una pérdida 63 mil 182 millones de pesos, lo que representó su mejor dato desde 2013, debido a un mayor precio del petróleo y un ligero incremento en la exportación de crudo.
El resultado ocurre mientras el gobierno federal busca inyectar recursos adicionales por 107 mil millones de pesos para aliviar la deuda de la empresa de más de 100 mil millones de dólares, la más abultada del sector petrolero.
El anuncio del 15 de febrero fue criticado por inversionistas internacionales como JP Morgan, BBVA Bancomer y Capital Economics, así como las agencias Moody’s y Fitch, al considerarlo insuficiente para dar solidez a las finanzas de Pemex.
Incluso, el Banco de México advirtió en su última minuta de política monetaria que las finanzas de la petrolera representan un riesgo para las condiciones macroeconómicas del país.
La mayoría de los subgobernadores alertaron que un deterioro adicional en la calificación crediticia de Pemex, impactará en los intereses que tendrá que pagar el gobierno federal por la deuda.
Según el balance financiero de la petrolera, entre 2017 y 2018 la pérdida se redujo 32.5 por ciento, debido principalmente a un mayor ingreso por venta de bienes y servicios.