MADRID. Santander México redujo su pronóstico de crecimiento para México de 1.5 a 1.2 por ciento. Una de las razones es que la inversión pública y privada no crece.
Para el mediano plazo, la visión de la institución financiera es que la expansión del crecimiento podría acelerar a niveles de 1.4 y 1.7 por ciento.
“Vemos una desaceleración tanto en la tasa (de inversión) pública como privada desde hace varios trimestres. Prácticamente desde 2017 se viene desacelerando y por ello es necesario incrementar la tasa de inversión para que el crecimiento también se dé”, dijo Rodrigo Brand, economista en jefe de Santander México en el XVIII Encuentro Santander América Latina.
En materia de inversión extranjera directa, precisó, hacia adelante se advierte que las propias necesidades de capital de las empresas trasnacionales que operan en México mantendrán un cierto nivel “circular”, aunque en el mediano plazo no se observa una aceleración en la tasa de crecimiento de la inversión.
Al presentar la visión del tercer grupo financiero en México, el economista señala que es clave fortalecer las instituciones, pues uno de los factores que más inciden en la inversión es el Estado de derecho.
La receta incluye fortalecer la procuración de justicia, combatir la inseguridad pública, mejorar la calidad de la educación, reducir la informalidad laboral y elevar la calidad de la infraestructura, particularmente en el sur de México.
En el balance de los últimos seis meses, en el que México vivió un cambio de régimen con un nuevo gobierno con un claro mandato popular, Brand reconoce que la nueva administración, al menos en el discurso, tiene el compromiso de mantener las políticas macroeconómicas prudentes de los últimos 25 años, tanto en materia fiscal como monetaria, para asegurar la consolidación fiscal.
“En el primer trimestre observamos una caída en los ingresos totales, sobre todo por la caída en la plataforma de petróleo y hemos visto a un gobierno que ha reaccionado en consecuencia, ajustando el gasto y así manteniendo la trayectoria de deuda pública”.
En materia de inflación, después del shock negativo de 2017, el Banco de México ha reaccionado de manera proactiva hasta llevar la tasa a 8.25 por ciento y la perspectiva de Santander hacia el cierre de año es que al final del año la inflación se ubique cerca de cuatro por ciento, lo cual permitirá al Banco Central bajar la tasa de interés para ubicarla en un nivel de ocho por ciento, agrega el economista.
La economía México tiene fundamentos sólidos tanto en el balance interno como externo “y no vemos ninguna señal de que por lo menos en el corto plazo esto vaya a cambiar”, subraya Brand.
“¿Cuál es nuestra reflexión? Las políticas prudentes y la estabilidad macro es una condición necesaria, pero insuficiente para el crecimiento. México, a pesar de la estabilidad, ha crecido poco. Compartimos la reflexión de la administración de que es necesario crecer más para ofrecer mejores condiciones de desarrollo”.
En un encuentro al que asistieron economistas en jefe de Santander en Chile, Argentina y Brasil, Brand habla de la importancia de que México mantenga y acelere las reformas estructurales, además de superar las disparidades regionales, con una región Norte en donde cinco estados (Baja California Sur, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Quintana Roo) crecen cuatro por ciento, en contraste con el sur, en donde cinco entidades tienen un crecimiento promedio de 0.4 por ciento.