Ante la crisis de los altos precios de los fertilizantes, que llegan hasta el 130% y que llevará a un incremento en los precios de los alimentos y la degradación ambiental en suelos agrícolas en diversos estados del país, es urgente una reconversión de la agricultura convencional hacia una agricultura orgánica.
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Así lo proponen los profesores investigadores Gerardo Noriega Altamirano y Enrique Rico Arzate de la Universidad Autónoma Chapingo y del Instituto Politécnico Nacional, quienes ponen a disposición de los campesinos, pequeños y medianos productores, sus conocimientos y experiencia, para trabajar conjuntamente en este proyecto de reconversión de la agricultura.
El eje es el cultivo del maíz pero se pueden considerar otros cultivos, por lo que invitan a todos los actores sociales interesados en fortalecer este planteamiento.
Refieren que a nivel mundial existe una crisis energética que provocó un inédito incremento en los 3 fertilizantes de síntesis química de mayor uso en la agricultura: urea, fosfato monoamónico y fosfato diamónico.
Y señalaron que se debe restaurar la fertilidad del patrimonio suelo y trabajar con productores que practican y demandan que se fomente la agricultura orgánica. Para esto, proponen el rescate del conocimiento, los saberes y conocimiento de los campesinos, atesorados por años y generaciones.
Así como implementar el diagnóstico de la fertilidad del suelo y diseñar el aprovechamiento del cultivo del maíz, junto con la promoción de la nutrición vegetal con fertilizantes foliares y estimulantes.
Todo lo anterior junto con el desarrollo en el manejo de malezas con principios agroecológicos y el impulso del control de plagas y enfermedades más cordial con el ambiente.
A esto debe sumarse el desarrollo de prácticas de restauración y conservación de suelo y agua así como la construcción de experiencia de extensionismo para la conversión de la agricultura convencional a orgánica.
Este sistema ya se implementa en varias entidades. La última, Tlaxcala, cuyos suelos agrícolas se encuentran degradados en un 68%, equivalentes a 273 mil 386 hectáreas. Donde el 96% de los suelos: 382 mil 486 hectáreas son bajos en contenidos de materia orgánica.
Y en donde 291 mil 824 hectáreas, que representan el 73% del territorio tlaxcalteca, su capacidad de intercambio catotónico, que es el parámetro que se asocia a la salud del suelo, se encuentra degradado. Por esta condición, las raíces de los cultivos tienen poca capacidad de extraer los nutrientes del suelo.
Estos factores limitan a la agricultura tlaxcalteca, además de la escasez y altos precios de los fertilizantes químicos.
Ante esta realidad, los profesores investigadores de la UACH y del IPN, propusieron este programa de reconversión a la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, de quien dijo el doctor Noriega, ya giró instrucciones al secretario de Fomento Agropecuario que se implemente una estrategia para restaurar el patrimonio suelo en dicha entidad.
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Con esto se producirán alimentos sanos y conservar el patrimonio genético del maíz, acciones que se encauzan hacia una agricultura orgánica que impactará en la mejora de la alimentación y salud de los tlaxcaltecas.
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