Los precios del petróleo se mostraron al alza este viernes con la entrada en vigor de un acuerdo mundial de reducción de la producción de crudo, que debía devolver algo de equilibrio a un mercado que se hunde.
El barril de Brent del mar del Norte para entrega en julio valía 27.05 dólares en Londres, 2.23 por ciento más que al cierre el jueves. En Nueva York, el barril estadounidense de WTI para junio se situaba por encima de los 20 dólares por barril, a 20.15 dólares, un aumento del 6.95 por ciento.
Los precios del oro negro continuaban su recuperación en el día en el que entra en vigor el histórico ajuste de producción de 9.7 millones de barriles por día (bpd) que puso fin a la guerra de precios que protagonizaron Rusia y Arabia Saudí a lo largo de marzo en un contexto en el que la demanda ha caído gravemente como consecuencia de la pandemia del Covid-19 y las medidas para la contención del virus.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus principales asociados, reunidos en la OPEP+, acordaron, el 12 de abril, una reducción de la producción de 9.7 millones de barriles diarios en dos meses, una medida excepcional que entra en vigor el viernes 1 de mayo.
La reducción se suavizará progresivamente y será de 7.7 millones de barriles diarios de julio a diciembre y de 5.8 millones de barriles diarios de enero de 2021 a abril de 2022.
Fuera del acuerdo, Estados Unidos disminuyó su producción por la cuarta semana consecutiva, según las últimas cifras publicadas el miércoles por la Agencia estadounidense de Información sobre a Energía (EIA).
Noruega, el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental, anunció el miércoles una reducción de su producción de petróleo hasta finales de año para contribuir también a la estabilización de los precios.
Datos de la Administración de Energía de Estados Unidos revelaron que los inventarios de crudo en el país sumaron unos 9 millones de barriles la semana pasada hasta alcanzar los 527.6 millones, cerca de 1.5 millones menos de lo que preveían los analistas.
Este dato alivió ligeramente las preocupaciones en el mercado con respecto al desborde de los sistemas de almacenaje, aunque es un problema que algunos expertos señalan que todavía no se ha solventado sino que se ha ralentizado.
La situación frente a la congestionada costa californiana es todavía complicada y en ella se aglomeran cerca de un centenar de barcos petroleros que esperan a que la capacidad de almacenaje en tierra mejore para poder descargar en puerto todo el crudo que transportan.
Asimismo, los expertos confían en que una reapertura económica más rápida de lo previsto podría ayudar a impulsar los precios y a corregir ligeramente el exceso de oferta que existe actualmente en el mercado.
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