El programa Sembrando Vida paradójicamente ha matado a más de 100 programas de los que se beneficiaban productores de limón en el estado de Colima, que enfrentan encarecimiento de fertilizantes, falta de tecnología, poco acceso a la agroecología y, además, son víctimas del “robo hormiga” y de un abusivo mercado, donde ellos apenas reciben 14 pesos por kilo del cítrico, cuando al consumidor final le llega en estos momentos rebasa los 70 pesos kilo.

Colima es uno de los principales productores de limón en el país, con 300 mil toneladas anuales y 20 mil hectáreas sembradas, de las cuales 15 mil se ubican en el municipio de Tecomán.

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De acuerdo con el tesorero del Consejo Nacional de Productores de Limón, Óscar Ávalos Verdugo, en ese transitar de las parcelas hasta el mercado, el encarecimiento del cítrico -y cualquier otro cultivo- se da al momento de la comercialización.

“A la hora que el vendedor final, que es la tienda de abarrotes o centro comercial, oferta el producto, en las grandes cadenas de Colima y (Ciudad de) México vemos precios al día de hoy por arriba de los 80 pesos y a mi como productor me pagaron a 14 pesos el kilo”, expresa.

Esto además se corrobora con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística(Inegi), cuyo precio del limón ha roto un nuevo récord en este 2022 al ubicarse en un umbral de 440.8 puntos, que se considera significativamente por encima del Índice Nacional de Precios al Consumidor general que se ubicó en 118.9 puntos.

Asimismo, el agroproductor lleva el riesgo por los “robos hormiga” en las huertas, el costo de mano de obra, fertilizante, abono y químico, así como la espera del tiempo para que salga la fruta.

Los fertilizantes, otro problema

Los productores limoneros enfrentan también el aumento en el precio de los fertilizantes. En 2021, la tonelada del sulfato de amonio, que utilizan como fertilizante, estaba en 3 mil 400 pesos y hoy cuesta arriba de 10 mil pesos; en tanto la urea, que antes se compraba en 10 mil pesos actualmente está arriba de 30 mil pesos la tonelada.

Esto ha generado encarecimiento del costo de la producción ya que no se alimenta a los árboles de manera adecuada.

Sin embargo, Ávalos Verdugo reitera que la situación para el campo es complicada y no existen recursos o apoyos para la superficie agrícola a nivel nacional.

Asegura que antes de la actual administración federal se tenían más de 100 programas distintos para apoyo al campo.

“Desde apoyo a fertilizantes, abonos y agroquímicos, mejoramiento de ganados, más de 100 programas; el nuevo gobierno federal viene a sustituir a todos ellos con un solo programa: Sembrando Vida”.

Aunque reconoce que es un buen programa, pero, considera, no se podrán cosechar hasta dentro de 20 a 25 años los beneficiarios productores de esas plantas.

El citriproductor agregó que los programas de apoyo al campo de asistencia técnica y orientación que se daba a quienes menos tenía, todo ello ha desaparecido y lo calificó de lamentable.

“Y a la gente que más afectan es a quienes tienen menos oportunidades de recursos y superficie agrícola tienen”, afirma.

Por su parte, el subsecretario de Desarrollo Rural de Colima, Jaime Sotelo, reconoce que existe una crisis en materia de fertilizantes, por el encarecimiento del producto, pero asegura que se trabaja con diversos sectores agrícolas de la entidad para, en un mediano plazo, se pueda transitar a una agroecología que permita disminuir el uso de fertilizantes químicos.

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“Hemos estado en pláticas con el Gobierno federal, con los distribuidores de fertilizantes y los mismos productores para encontrar una solución que pudiera garantizar dos cosas, el suministro y precios adecuados para que la producción siga teniendo márgenes de rentabilidad”, detalla