El cierre de restaurantes, las restricciones a las reuniones y a la actividad turística impactaron a las principales productoras de aceite en México. Empresas como Cargill, Agydsa, Coral Internacional, El Calvario, Grupo Oleofinos y La Corona decidieron frenar sus inversiones, revela un reporte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
“Debido a la incertidumbre generada por la pandemia y las condiciones económicas desfavorables actuales, estas principales empresas trituradoras han retrasado o pospuesto inversiones adicionales para ampliar la capacidad en sus plantas”, precisa el documento.
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Dichas compañías, añade, representan más de 80 por ciento de la producción de aceite vegetal, utilizado en la preparación de alimentos, pero el año pasado su consumo tuvo un fuerte descenso.
El organismo estadounidense señala que con la recuperación económica esperada para este año, impulsada por la campaña de vacunación, se estima que la tendencia negativa del mercado de aceites pueda recuperarse, pero aun así el sector privado ha decidido pausar sus inversiones para aumentar su producción en territorio mexicano.
La decisión se da además tras un incremento de hasta 70 por ciento en la importación de oleaginosas y granos, debido a la sequía que azota gran parte del territorio nacional.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) asegura que México cerrará el año con un récord en importaciones de productos agropecuarios, impulsado principalmente por los granos y oleaginosas como el maíz, frijol y soja.
Solo al cierre del primer semestre del año, la balanza comercial agroalimentaria del país registró su primera contracción luego de ocho años de alzas para el periodo enero-junio, debido al incremento en las compras de productos al exterior.
Ana Azuara, analista de Commodities de Banco Base, indicó que el problema de la sequía no es exclusivo de México, ya que es un fenómeno que se ha presentado prácticamente en todas las regiones del mundo, afectando a la producción agroalimentaria.
“En realidad todo el mundo, con excepción de Europa, está padeciendo sequías (…) Debido a ello, en general la producción de oleaginosas y de granos se ha reducido bastante a nivel global”, comentó la especialista a El Sol de México.
Ana Azuara consideró que dependerá de las empresas determinar sus costos y si les conviene mantener la producción de oleaginosas y aceites en México o de plano importarlas.
“México es uno de los principales consumidores de granos y oleaginosas en el mundo, por lo que las empresas tendrán que determinar qué les conviene, porque si los costos de producción aumentan no habría caso en seguir invirtiendo aquí”, apuntó.
Si las empresas deciden suspender en definitiva sus inversiones en México y apostar por la importación de oleaginosas y aceites esto impactará a la balanza agroalimentaria nacional, que en el primera mitad del año se contrajo 29 por ciento respecto al mismo periodo de 2020.
Juan Carlos Anaya, director general del GCMA, comentó previamente a este diario que se espera que para este año las importaciones de productos agrícolas, principalmente los granos y oleaginosas, alcancen niveles récord y que la balanza comercial de México en el sector primario disminuya por primera vez desde 2013.
La analista de Banco Base concluyó que si se mantiene la decisión de las empresas de no realizar más inversiones en México para aumentar su producción, esto no solo impactará este año sino en adelante, ya que las importaciones pueden crecer incluso más que las exportaciones agroalimentarias.