El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el gabinete de Claudia Sheinbaum Pardo es el doctor Julio Berdegué Sacristan.
Nació en Mazatlán, Sinaloa el 17 de julio de 1957, Julio Berdegué es especialista en temas agrícolas. El experto en política agroalimentaria, fue nombrado en diciembre pasado como parte del equipo de Claudia Sheinbaum cuando era jefa de Gobierno, en específico, como coordinador del Eje de Soberanía Alimentaria y Desarrollo Rural de los Diálogos por la Transformación.
Licenciado en Ciencias de la Agricultura por la Universidad de Arizona. Cuenta con una maestría en Ciencias de la Agronomía por la Universidad de California. Es doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Wageningen, Holanda y candidato a doctor por la Universidad de California.
Entre otros cargos, fue investigador principal del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, con sede en Santiago, en Chile y oficinas en Quito, Ecuador y en la Ciudad de México.
También se ocupó como investigador especialista en el Instituto Interamericano para la Cooperación en Agricultura (IICA), en la capital chilena.
Por invitación del director general del IICA fue miembro del Comité Asesor del Proyecto insignia: “Inclusión en la Agricultura y en los Territorios Rurales”.
Además, Julio Berdegué ha sido miembro del directorio de diversas organizaciones internacionales, como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT-CGIAR) del cual fue presidente entre 2008 y el 2011, y el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED).
Es autor de múltiples libros y artículos en revistas científicas internacionales. Además, cuenta con una amplia y destacada trayectoria en la promoción del desarrollo agrícola en México, América Latina y el Caribe.
Julio Berdegué se desempeñó como investigador principal y coordinador del Grupo de trabajo Desarrollo con Cohesión Territorial del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP). Ahí dirigió investigaciones, asesorías a gobiernos y programas de desarrollo de capacidades centrados en la desigualdad territorial.
En 2017, el oriundo de Mazatlán, Sinaloa, fue designado como representante regional de la FAO, organismo de la ONU, para América Latina y el Caribe.
“La única manera de alcanzar hambre cero en América Latina y el Caribe es a través de una transformación real. Esto no se logra mediante proyectos e intervenciones puntuales, sino que requiere un cambio a gran escala. Esa es la misión de la FAO en la región”, señaló el entonces Representante Regional.
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Durante se gestión en la FAO, enfatizó que el hambre en la región está estrechamente vinculada con la desigualdad económica y la histórica rigidez de la distribución de los ingresos en América Latina y el Caribe.
“El crecimiento con desigualdad es una característica de nuestra región, la cual sigue siendo la más inequitativa del mundo”.
“No podremos erradicar el hambre si las mujeres -la mitad de nuestra población- siguen ocupando un espacio marginal, sin poder político, mercados laborales ni empleo digno. Tampoco podemos tolerar los altísimos niveles de pobreza e inseguridad alimentaria de nuestros pueblos originarios y afro-descendientes”, explicó.