Buscan flexibilidad en sus horarios, pero con pagos justos, seguridad social y, sobre todo, mejorar sus condiciones de vida. Se trata de medio millón de repartidores y conductores que laboran vía plataformas digitales y que, ante la regulación de la economía colaborativa, advierten a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del peligro y riesgo de tratar de convertirlos “en trabajadores de tiempo completo”.
“Queremos conservar los derechos que tenemos como trabajadores. Lo principal es que se mantenga la flexibilidad. Es decir, conectarnos por el tiempo que queramos, por las horas que deseemos y si tienes alguna emergencia familiar o alguna actividad, nos podamos desconectar sin ningún tipo de penalización”.
Saúl Gómez, fundador y líder de la organización Ni un Repartidor Menos, en entrevista refiere, además, que de aprobarse esta iniciativa de la STPS dejaría a 500 mil familias sin la posibilidad de ingresos e impactaría su calidad de vida y su misma supervivencia.
“Es importante reabrir el diálogo entre autoridades laborales, plataformas, conductores y repartidores para encontrar alternativas que brinden mayor seguridad social, pero con un modelo independiente”.
Se requiere escuchar a los actores, a los que día a día están detrás de cada entrega o viaje. “Solo nosotros conocemos las necesidades que hay en estas actividades”, dijo el fundador del colectivo Ni un Repartidor Menos.
Refirió que en otros países que regularon la industria de la movilidad y reparto son ejemplos claros de los impactos de reformas mal estructuradas. Citó el caso de países europeos en donde después de reclasificar a conductores y repartidores como “empleados de tiempo completo”, provocó que un tercio de estos trabajadores se quedaran sin la posibilidad de generar ingresos y sustento para sus familias.
Insistió: “Consideramos fundamental que se escuche a todas las voces involucradas en este modelo de negocio para llegar a acuerdos que beneficien y no que perjudiquen a quienes formamos parte del ecosistema”.
Recordó que en noviembre de 2022, en un proceso de diálogo inédito en México, las plataformas DiDi, Rappi, Uber, NURM, Nosotrxs, entre otras organizaciones, presentaron diez principios que se consideró, deberían tomarse en cuenta para la creación de un marco regulatorio de la economía colaborativa.
Señaló que varios puntos de ese decálogo tienen un trabajo y avance de la mano de plataformas.
Así, las aplicaciones mejoraron su cobertura de gastos médicos para repartidores. Se trabajaron mejoras en guías para promover respeto, trato digno y no discriminación.
Se lanzó una línea para brindar atención psicológica a conductoras y repartidoras que enfrentan situaciones de violencia de género. Se establecieron procesos para revisar las desactivaciones.
Además, se implementó un asistente de ganancias que permite que los conductores planifiquen sus viajes y zonas de cobertura en función de lograr una meta de ingresos.
Y se actualizaron y expandieron las guías de seguridad vial con la ayuda del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) México, con buenas prácticas en la vía pública para distintos vehículos.
En opinión de Saúl Gómez, el modelo de trabajo tradicional, en donde se tiene una relación de subordinación entre patrón y empleado, no se adapta a las características del trabajo de las plataformas de movilidad y reparto.
Explicó que la generación de ingresos independientes tiene muchas caras. Hay personas que deciden conectarse 10 minutos, pero otras, hasta 40 horas. Y es importante tomar en cuenta los puntos de vista de todos para considerar y exigir las mejoras a las plataformas para que cada día, podamos contar con mejores condiciones.
Hizo un llamado a otros actores como las cámaras empresariales, restauranteros, dueños de plazas comerciales, plataformas y autoridades a que se sumen a participar, a nutrir y construir este decálogo en conjunto.
CINCO AÑOS DE LUCHA
En el curso de la entrevista con El Sol de México, Saúl Gómez, joven muy compenetrado de lo que desean en su mundo de movilidad y entrega vía plataformas digitales, refirió que ya son 5 años de lucha a cuestas.
Habla de los inicios del colectivo Ni un Repartidor Menos allá por el 27 de noviembre de 2018, debido a la muerte “de un compañero que fue atropellado en Eje 5 San Antonio y Periférico. “A partir de ahí nos empezamos a organizar”.
También dijo que antes de presentar el Decálogo trabajaron en un articulado con organizaciones de la sociedad civil, con el doctor Manuel Fuentes Muñiz y las compañeras de “Ni una Repartidora Menos”.
En éstos se plasma cómo mantener un modelo flexible de trabajo, como es el de plataformas para construir una iniciativa de ley que nos beneficie realmente a la comunidad que trabajamos mediante estas herramientas digitales tanto conductores como repartidores. Es un esfuerzo que hemos hecho.
Afirmó: “Este es un sector precarizado que necesita muchas atenciones pero también requiere una regulación pero no hecho al vapor, al ay se va. No. Necesitamos mucha atención”.
Con un poco de sarcasmo comentó: “Durante la pandemia del Covid-19 fuimos héroes. Todo lo acercamos a domicilio. Y ahora, hasta nos quieren hacer exámenes de doping, que porque trabajamos en la calle. ¡Es absurdo¡”.