La hotelera veneciana Judith Boulbain retrocede casi dos décadas, hasta los atentados del 11 de Septiembre, para recordar una época en la que el negocio estuviera tan mal.
Sólo un mes antes de la Pascua, una de las fiestas más concurridas del calendario europeo, la propietaria del Hotel San Samuele, en el corazón de Venecia, tiene más del 80% de sus reservas canceladas, sin esperanzas de que se reactiven en un futuro próximo.
Aunque el coronavirus surgió en la ciudad china de Wuhan a fines del año pasado, el patógeno se ha extendido por el mundo.
Italia es el país más afectado de Europa, preparándose para el cierre de escuelas, cines y teatros tras la muerte de más de 100 personas y que los casos confirmados superaran los tres mil.
"La gente está asustada: algunos clientes se fueron antes de tiempo, algunos no se presentaron y otros llamaron para pedir un reembolso", dice Boulbain, quien dirige el hotel desde 2006 y lleva casi 25 años en el negocio.
Sus problemas ilustran los estragos que produce el brote en el turismo mundial, con restricciones en viajes de negocios y cancelaciones de grandes eventos, al tiempo que muchos turistas optan por quedarse en casa o posponen sus planes de reservas para la primavera o el verano.
UN GRAN NEGOCIO
La rápida propagación del virus ha sumido al sector de viajes y turismo, que representa más del 10% del crecimiento económico mundial, en una de sus peores crisis, según concluye Reuters tras una serie de entrevistas con más de una decena de expertos del sector, dueños de hoteles y operadores turísticos.
El turismo representaba en 2018 unos 319 millones de puestos de trabajo, es decir, el 10% del empleo mundial, según datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés). Los viajes de placer representan casi el 80% del total, frente al 20% de los que se hacen por negocios.
Las aerolíneas son las que más han sufrido desde el inicio del brote, pero los grupos hoteleros como Hyatt Hotels, los operadores de cruceros como Carnival y las compañías de vacaciones como TUI también se tambalean.
PERSPECTIVAS SOMBRÍAS
Los expertos pintan un panorama sombrío a corto plazo.
Se espera que los viajes internacionales bajen un 1,5% este año, su primera caída desde la crisis financiera en 2009, según la consultora Tourism Economics, unidad de Oxford Economics.
Durante el brote de Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, por sus siglas en inglés) de 2003, los volúmenes de viaje cayeron tan sólo un 0.3%.
Con China en el centro de este último brote, la región Asia-Pacífico será la más afectada, con un descenso de dos dígitos en la afluencia de visitantes, que para 2020 estaba prevista en un 10.5%, según Tourism Economics.
Los turistas se han vuelto más flexibles ante las crisis sanitarias de la última década, volviendo a viajar y a desplazarse por vacaciones rápidamente una vez que se contiene un brote, según el análisis de Tourism Economics.
Pero el coronavirus no tiene precedentes en la escala geográfica de su propagación. La consultoría está usando el SARS como referencia, lo que significa que esperan que el virus sea contenido para finales de la primera mitad del año.
En ese escenario, las cifras de viajes mejorarían a partir de julio, pero en ese caso la recuperación completa del sector no se produciría hasta 2021 o 2022, según dijo a Reuters David Goodger, director general para Europa y Oriente Medio de Tourism Economics.
"Si la propagación del coronavirus continúa, su impacto en el turismo podría durar más tiempo y ser mucho más severo que el del SARS", dijo la firma en un informe publicado esta semana.
EFECTO DOMINÓ
Pero el brote tiene repercusiones más allá del turismo. Los negocios cercanos a un hotel de la isla española de Tenerife, que permanece con cientos de turistas en aislamiento desde el 24 de febrero, sufren por la ausencia de clientes.
Beverley Veness, propietaria de una peluquería ubicada en un centro comercial frente al Hotel Palacio H10 Costa Adeje, dijo que su negocio se ha visto "profundamente afectado".
"La semana pasada probablemente hice tantos clientes en toda la semana como los que habría hecho en unas dos horas (en circunstancias normales)", dijo a Reuters, mientras mostraba una agenda vacía.
Para alentar a clientes a hacer reservas para fechas más adelante este año, muchas cadenas hoteleras como Meliá, Pangea Group y la división de viajes del grupo Barceló ofrecen descuentos y relajan sus políticas de cancelación.
Ante la ausencia casi total de reservas para próximos meses, Ca'Pagan, un hotel "boutique" en el centro de Venecia, ofrece un descuento de hasta 60% en marzo y de hasta 30% en abril, dijo su propietario Giacomo Busatto.
Las medidas pueden acabar atrayendo a viajeros, pero es más probable que la gente espere a ver cómo y dónde se propaga el virus para hacer sus reservas de última hora.
"No sabemos por cuánto tiempo podemos seguir así. Estamos perdiendo dinero. Ya tuvimos una marea excepcionalmente alta, ¿qué será lo siguiente? ¿Una plaga?", preguntó Boulbain