Restringe Argentina la venta de divisas

La clase media se queja de que los sueldos no alcanzan para cubrir sus deudas ni sus necesidades básicas

AFP y Reuters

  · lunes 2 de septiembre de 2019

Mauricio Macri, presidente de Argentina, negocia con el FMI una ampliación en los plazos para pagar un crédito por 57 mil millones de dólares / Foto: Reuters

El gobierno argentino autorizó al banco central (BCRA) a restringir las compras de divisas, según el boletín oficial publicado el domingo.

El decreto incluye a los principales exportadores que necesitarán permiso de la autoridad monetaria para acceder al mercado de divisas, para comprar dólares y realizar transferencias al extranjero.

La medida se adopta en medio de la crisis financiera que sufre el país sudamericano con una profunda caída del peso y salida de depósitos desde los bancos, junto a una notoria retracción en las reservas internacionales, todo dentro del marco de las dudas políticas que dispararon las recientes elecciones primarias. La disposición estará vigente hasta el 31 de diciembre, detalló el documento.

“Ante los recientes acontecimientos económico-financieros desencadenados (...) es necesario adoptar medidas transitorias y urgentes para regular con mayor intensidad el régimen de cambios”, explicó el decreto.

El viernes, el riesgo país argentino superó dos mil 500 puntos, niveles no vistos desde 2005, mientras que el peso acumuló una depreciación de 26.26 por ciento en agosto y una baja de 36.66 por ciento en lo que va del año.

La entidad monetaria aclaró que la medida busca lograr mayor estabilidad cambiaria y proteger al ahorrista. “Nadie está limitado para extraer dólares de sus cuentas, ni personas físicas ni jurídicas. No hay ningún impedimento al comercio exterior y no hay restricciones sobre viajes”, explicó.

ENDEUDADOS

Tarjetas de crédito que no han sido pagadas, deudas con el psicólogo, el colegio de los hijos y el servicio de salud: la clase media argentina está en crisis y al borde del default, como un espejo de lo que sucede con las cuentas públicas. “No podemos pagar todo, nos hundimos de a poco”, resume Mónica que, avergonzada por el atraso del pago del colegio de sus dos hijos, calla su apellido y se niega a dejarse fotografiar.

Como muchos de sus amigos, Mónica (42 años), abogada, y su esposo, contador, defienden a costa de deudas su modo de vida en medio de una inflación que se proyecta por encima de 50 por ciento anual.

“Sin ahorros, en los últimos tres años empezamos a financiar gastos diarios con tarjeta. Antes eran regalos de Navidad, ahora el pago de la luz, celular, comida ¡todo!”, explica.

Su estrategia terminó en deudas impagables, tal como ha sucedido con la frágil economía del país. Esta semana, Argentina anunció que pediría extender los plazos para el pago de sus compromisos con acreedores privados y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le otorgó el año pasado un crédito de unos 57 mil 100 millones de dólares.

“Al principio pagábamos toda la tarjeta a fin de mes, después no llegamos y con estas tasas de interés de usura (hasta 170 por ciento anual) estamos al borde de la ruina”, dice Mónica, incrédula del repentino cambio.

“Le debemos al psicólogo, estamos atrasados con las expensas (gastos de condominio) y la prepaga (seguro de salud), cambiamos el supermercado por el mayorista y renunciamos a las vacaciones”, enumeró. No apoya al gobierno de Mauricio Macri, que acaba de impulsar la refinanciación del crédito con el FMI.

Miguel tiene 50 años, trabaja desde hace 13 en la limpieza de una oficina y lo desvelan las deudas. Tampoco quiere revelar su apellido.

"En tres años saqué cuatro préstamos, dos para pagar la tarjeta que el banco me terminó sacando por falta de pago y otros dos para pagar los primeros créditos porque las tasas se fueron al carajo", relata.

La mitad de su salario de 30 mil pesos (500 dólares) se lo lleva el banco. Es padre de una adolescente de 17 años y su esposa trabaja como niñera por poco dinero.