Las conexiones entre el edificio central de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y las estructuras de posiciones de contacto de los aviones conocidas como “dedos”, donde se encuentran las salas de última espera, muestran daños derivados de una cimentación diferenciada entre las construcciones.
De acuerdo con un proyecto de estudios de preinversión para conocer los daños estructurales en el AICM, la Terminal 2 se construyó con dos sistemas de cimentación diferentes.
“Los dedos sur y norte están a base de pilotes de fricción, los cuales se mueven en conjunto con los hundimientos que se generan de manera continua en la zona, mientras la cimentación del edificio terminal se realizó a través de pilas hundidas a 60 metros de profundidad, lo cual hace que el edificio se mantenga relativamente estable en su sitio”, señala el documento.
La existencia de dos sistemas de cimentación distintos, añade el proyecto, ha generado importantes hundimientos diferenciales entre las estructuras de los dedos y el edificio Terminal.
Además, el piso del hotel NH muestra agrietamientos y hundimientos dispares, así como una columna y una trabe dañadas por esta condición en la estructura de la Terminal 2.
Asimismo, el edificio del estacionamiento muestra un hundimiento diferencial que se puede observar tanto a nivel de piso como en la separación del edificio donde se ubica el hotel.
Para solucionar los daños en la Terminal 2, ocasionados por el hundimiento de la zona y los sismos de septiembre de 2017, el AICM quiere hacer seis estudios por un monto de 136 millones de pesos.
El mayor de estos estudios, con un valor de 65.4 millones, es para analizar la estructura de la T2 y elaborar un dictamen técnico, mediante el levantamiento de estructuras, estudios geofísicos y geotécnicos, así como pruebas en laboratorio para determinar la calidad de los materiales.
Carlos Smith Picco, consultor y especialista aeroportuario, destacó que la T2 requiere ajustes para nivelarla, “eso es indudable, se tienen que hacer esos trabajos y tomar en cuenta cómo va a crecer para darle mejor servicio a los pasajeros”.
Añadió que si el gobierno federal pretende construir un sistema metropolitano, se deben hacer una serie de estudios que permitan ver su viabilidad tanto en el AICM como en los otros aeropuertos.
Manuel de la Torre, analista del sector, recordó que el aeropuerto tiene hundimientos de entre 20 y 30 centímetros anuales, derivados de la condición del terreno donde se ubica y acentuados por los sismos de septiembre de 2017.
En ese sentido, opinó que los estudios que pretende hacer el AICM y para los que requirió 196 millones de pesos resultan “extemporáneos”, en función de que ya se conocen los daños a la terminal.
“Ya se sabía que existían hundimientos y era uno de los motivadores para que hubiera una nueva terminal en Texcoco (…) Ya es algo que sabemos, no va a haber ninguna sorpresa en los resultados, este presupuesto que se piensa destinar para este fin realmente parece que es una pérdida de tiempo y recursos”, concluyó.