El Indicador de Confianza del Consumidor de febrero, comparado con el nivel nunca antes visto que alcanzó en igual mes del año pasado refleja "un choque con la realidad".
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), explica así la caída anual de 4.7 puntos en ese indicador respecto a febrero de 2019, cuando las expectativas por la llegada de un nuevo gobierno y su agenda social lo llevaron a un nivel histórico.
“Hace un año había una gran expectativa por el inicio de la nueva administración y sus programas sociales, y pasamos de eso a este choque con la realidad”, comenta De la Cruz.
Desde finales de 2018 y aún a principios de 2019 los mexicanos vislumbraban un mejor panorama económico tanto para el país como para sus hogares, pero luego de varios meses de realidad esta confianza se ha ido disipando, señala.
“Los efectos de la contracción económica del país, como son la pérdida de empleo en diciembre, el bajo crecimiento del trabajo formal en enero y mayores niveles de desocupación, ya se están reflejando en el Indicador de Confianza del Consumidor", que lleva tres meses de caídas consecutivas, explica De la Cruz.
El reporte mensual publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestra que la confianza en la situación de la economía del país en los próximos 12 meses (uno de los cinco componentes del indicador) es la que más se deterioró el comparar los meses de febrero de 2019 y 2020, cuando bajó 11.3 puntos.
Alejandro Saldaña, economista en jefe del Grupo Financiero Ve por Más (BX+), considera que un menor optimismo de los consumidores está en línea con un entorno donde sigue habiendo incertidumbre económica y la generación de empleo ha perdido dinamismo, lo que termina afectando las perspectivas de los hogares. La posibilidad de comprar bienes duraderos como televisores, lavadoras y otros eletrodomésticos se redujo (3.3 puntos) entre febrero de 2019 y el mes pasado.
“Hemos visto un detrimento significativo en las condiciones económicas esperadas, estamos hablando de que esto refleja la incertidumbre que viven los hogares actualmente”, refiere Saldaña.
Los especialistas coinciden en que a pesar del incremento en los salarios mínimos de este año, la incertidumbre sigue pesando entre los mexicanos, principalmente por la baja creación de empleos.
La expectativa, añaden, es que la confianza de los consumidores continúe a la baja los siguientes meses, afectada tanto por las condiciones internas como por el contexto global, contagiado por la epidemia de coronavirus.
“No descartamos que podría haber un impacto negativo en el indicador en el corto plazo derivado del brote del Covid-19, aunque resultando sólo en un choque moderado y temporal”, dice un análisis del Grupo Financiero Banorte.
Saldaña descarta incluso que la ratificación del T-MEC o la presentación de proyectos de energía dentro del plan de infraestructura del sector privado vayan a motivar la confianza del consumidor. “Difícilmente estos eventos por sí mismos tendrán efecto directo en la confianza del consumidor. La única forma en la que pueden impulsar el indicador es a través de que se concreten las inversiones y se reactive la generación de empleos”.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Grupo Financiero Base, considera que en este momento la confianza del consumidor muestra incertidumbre y cierta preocupación, pero sin caer en el pánico. El problema, dice, es que se espera que siga una tendencia a la baja y a la larga esto se reflejará en un menor consumo que afectará al crecimiento económico del país.
Por lo pronto, Base revisó a la baja su expectativa de crecimiento para el PIB nacional de un rango de entre 0.2 y 0.7 por ciento a uno de cero a 0.2 por ciento. Igual que en el año pasado se espera que las previsiones de crecimiento vayan paulatinamente a la baja, señala la economista.