La producción de maíz se desplomó en 2022 en casi un millón de toneladas para un total de 26.5 millones de toneladas del grano. En 2021, la producción fue de 27 millones 503 mil 477 toneladas, según cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), afirmó el presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), Luis Eduardo González Cepeda.
En el marco de la conmemoración del Día Nacional del Maíz, este 29 de septiembre, el especialista en protección de cultivos, dijo que esta baja en la producción es resultado de la falta de políticas públicas reales para impulsar la producción de este cereal.
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“Estos resultados se deben a la falta de apoyos y negligencia no solo de este gobierno sino de las administraciones anteriores. Con la diferencia de que entonces se crearon y mantuvieron las instituciones dedicadas al campo. Y ahora se desmantelaron. Y esto solo es benéfico para los productores extranjeros que venden maíz a México”.
En entrevista, González Cepeda dijo que el reto es impulsar el rendimiento por hectárea, esto es producir más maíz en la misma superficie. “Y esto se hace solo con tecnificación y ciencia. No es posible que una década atrás, en 2012 el rendimiento era de 3.19 toneladas por hectárea y en 2022 fueron de 3.90 toneladas por hectárea en la misma superficie, crecimiento insuficiente para lo que demanda el país”.
Comentó que se ve con preocupación cómo se incrementa año con año la importación de maíz, principalmente amarillo y en su mayoría proveniente de Estados Unidos.
De enero a julio de este año, se importó maíz por un valor de tres mil 599 millones de dólares, esto es, 337 millones de dólares más que en 2022 cuando las importaciones fueron por un valor de tres mil 262 millones de dólares, según cifras del Banco de México. Este aumento pese a la apreciación del peso, puntualizó González Cepeda.
En la conmemoración del Día Nacional del Maíz, el especialista hizo un llamado a formar un frente común entre autoridades de los tres niveles de gobierno, agroindustriales y productores así como los demás integrantes del sector agrícola, para enfrentar los retos que ya están aquí y afectan la alimentación de los habitantes.
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Resaltó que mejorar la productividad en el cultivo del maíz no vendrá de ideologías ni de apoyos sesgados que no fomentan la producción.
“El imperativo es aplicar la ciencia al servicio de los productores y de todos los actores de la cadena productiva. El enfoque científico no solo mejorará y protegerá los cultivos sino que potenciará la eficiencia y generará mayores beneficios a los trabajadores de campo”, dijo.
Hasta el momento, lo que se vive es una descalificación sin fundamento en contra de las herramientas tecnológicas como son los herbicidas y plaguicidas que utilizan los productores rurales, tanto pequeños, medianos y grandes. Y a esto se suma la desaparición de los programas de protección a los riesgos del mercado.
Refirió el ingeniero González Cepeda que en Europa, está por aprobarse la renovación por 10 años más el uso del glifosato en la producción agrícola.
Mientras que en México, existe un decreto para su prohibición a partir del 1 de abril de 2024, lo que va a causar serios daños a la competitividad agrícola mexicana, ya que los mercados son abiertos.
“El gobierno no toma en cuenta que esta herramienta tecnológica es necesaria para la producción agrícola, especialmente para el maíz. Según estudio de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud de la Universidad de Sonora, del total de organismos dañinos, la maleza representa el primer lugar”.
Estas malas hierbas significan el 41.6 por ciento de las afectaciones, considerando las reducciones en los rendimientos y los costos de su control. El resto del total lo conforman otros organismos como plagas de insectos, con el 28.1 por ciento; enfermedades, con el 27.1 por ciento y nematodos con el 3.2 por ciento.
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También comentó que un estudio reciente del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se asegura que en zonas de Oaxaca, las malezas pueden reducir el rendimiento del maíz hasta en 63 por ciento en la región cálida y húmeda del Papaloapan y hasta un 65 por ciento en la región semiárida de los Valles Centrales y hasta de 92 por ciento en la región templada de la Mixteca.