La eliminación del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) supondrá mayor presión a las finanzas de los gobiernos estatales y municipales, advierte Moody 's en su análisis “Eliminación de Fonden aumenta riesgos para sectores vulnerables”.
El pasado 6 de octubre, la Cámara de Diputados aprobó la eliminación de 109 fideicomisos incluido el Fonden, decisión que fue ratificada por el Senado de la República 15 días después.
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La calificadora internacional señala que si bien el gobierno federal admitió que los recursos seguirán disponibles para mitigar cualquier desastre natural, considera que “hasta la fecha no se han publicado pautas claras, transparentes y específicas (como las del Fonden) que indiquen cómo se asignarían y distribuirían los recursos y qué porcentajes de daño se cubrirían”.
“Tampoco está claro si se introducirá un nuevo mecanismo con un presupuesto anual definido incluido en el Presupuesto de Egresos de la Federación (como en el caso del Fonden). Esto da lugar a incertidumbre sobre cómo y hasta qué punto el gobierno federal apoyará a los gobiernos estatales y municipales”, añade el estudio.
De acuerdo con el análisis de Moody’s la posibilidad de que los desastres naturales ocurran está en aumento, en escala y frecuencia, como resultado del cambio climático, lo cual implicaría que muchos gobiernos podrían recurrir a endeudamientos de corto y largo plazo para reconstruir infraestructura pública, así como brindar apoyo y vivienda a las poblaciones más vulnerables y de bajos ingresos, “a falta de un mecanismo presupuestario transparente, eficaz y suficiente”.
“Esto podría conducir a un deterioro de los perfiles de liquidez de algunos estados o a un aumento de la deuda de largo plazo”, acota.
Según Moody 's los estados mexicanos recibieron de este fondo 19 mil 338 millones en promedio de 2015 a 2019.
Eléctricas y transporte, los más afectados
El estudio de Moody 's también indica que las compañías eléctricas y de infraestructura de transporte son particularmente vulnerables a los efectos de los desastres naturales, pues los fuertes vientos, inundaciones y terremotos dañan o destruyen fácilmente los activos de infraestructura.
Dentro de estas, considera que el sector de generación de energía eléctrica es más relevante que cualquier otro, ya que sin una rápida restauración de la electricidad, todo lo demás, incluidas las instalaciones vitales como los hospitales, no pueden reanudar sus servicios y los esfuerzos de recuperación pueden verse obstaculizados.
Igualmente, estima que para la industria hotelera la eliminación del Fonden supone un riesgo significativo, ya que implicará períodos de recuperación más prolongados después de las tormentas para un sector hotelero que depende en gran medida del turismo internacional que busca turismo de playa, aún más cuando la pandemia global ha afectado a este sector.
También afirma que las aseguradoras mexicanas están bien preparadas para enfrentar las consecuencias de los desastres naturales, ya que presentan una solvencia sólida y herramientas significativas de mitigación de pérdidas, como reservas específicas para catástrofes, acuerdos de reaseguro, deducibles y colaterales.
Sin embargo, apunta que el costo de las pólizas de seguros es particularmente relevante cuando se considera que los daños producidos por los desastres naturales afectan desproporcionadamente a las poblaciones de bajos ingresos, que en su mayoría no están aseguradas.